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Según una encuesta mundial de la OMS, el 90% de los países han sufrido interrupciones de sus servicios de salud esenciales desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Desde Ginebra, la OMS pondrá en marcha instrumentos de aprendizaje y monitoreo para mejorar la prestación de servicios durante una pandemia. Se encuestó en 5 de las 6 regiones de la OMS en el mundo, exceptuando los países de América.
«El estudio arroja luz sobre las deficiencias de nuestros sistemas de salud, pero también sirve para fundamentar nuevas estrategias con las que mejorar la prestación de atención de la salud durante la pandemia y después de ella,» dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «La COVID-19 debería enseñar a todos los países que la salud no consiste en elegir entre una cosa u otra. Debemos prepararnos mejor para las emergencias pero también seguir invirtiendo en sistemas de salud que respondan plenamente a las necesidades de las personas a lo largo de toda la vida.»Los servicios se vieron afectados negativamente de forma generalizada: Según los datos proporcionados por informantes clave, los países experimentaron en promedio interrupciones en el 50% de un conjunto de 25 servicios indicadores. Los servicios que sufrieron interrupciones con mayor frecuencia fueron los de inmunización rutinaria y servicios periféricos (70%), los servicios prestados en centros (61%), el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades no transmisibles (69%), la planificación familiar y la anticoncepción (68%), el tratamiento de los trastornos de la salud mental (61%), y el diagnóstico y tratamiento del cáncer (55%).

Los países también notificaron interrupciones en los servicios de diagnóstico y tratamiento del paludismo (46%), detección y tratamiento de los casos de tuberculosis (42%) y tratamiento antirretrovírico (32%). Aunque es posible que algunas esferas de la atención de la salud, como la atención dental y la rehabilitación, se hayan suspendido deliberadamente de conformidad con los protocolos gubernamentales, se espera que la interrupción de muchos de los demás servicios tenga efectos perjudiciales en la salud de la población a corto, medio y largo plazo.

Los servicios de urgencias que pueden salvar vidas se interrumpieron en casi una cuarta parte de los países que respondieron a la encuesta. Los servicios de las salas de emergencia que funcionan las 24 horas del día, por ejemplo, se vieron interrumpidos en el 22% de los países, las transfusiones de sangre urgentes se interrumpieron en el 23% de los países, y la cirugía de urgencia se vio afectada en el 19% de los países.

Interrupciones debidas a una mezcla de factores relacionados con la oferta y la demanda. El 76% de los países comunicaron una reducción de la asistencia de pacientes a los servicios ambulatorios debido a la menor demanda y a otros factores como el confinamiento y las dificultades financieras. El factor más comúnmente comunicado desde el punto de vista de la oferta fue la cancelación de servicios opcionales (66%).  Entre los demás factores indicados por los países figuran la redistribución de personal para prestar servicios de socorro en relación con la COVID-19, la falta de disponibilidad de servicios debido a los cierres y las interrupciones en el suministro de equipo médico y productos sanitarios.

Adaptación de las estrategias de prestación de servicios. Muchos países han comenzado a aplicar algunas de las estrategias recomendadas por la OMS para mitigar las interrupciones de los servicios, como el triaje para determinar las prioridades, el paso a las consultas en línea con los pacientes, los cambios en las prácticas de prescripción y en la cadena de suministro y las estrategias de información sobre salud pública. Sin embargo, solo el 14% de los países comunicaron que habían eliminado las tarifas a los usuarios, algo que la OMS recomienda para compensar las posibles dificultades financieras de los pacientes.

La encuesta también proporciona una indicación de las experiencias de los países en la adaptación de estrategias para mitigar el impacto en la prestación de servicios. A pesar de las limitaciones de este tipo de encuestas, se pone de relieve la necesidad de mejorar la vigilancia en tiempo real de los cambios en la prestación y utilización de los servicios, ya que es probable que el brote aumente y disminuya en los próximos meses, y de adaptar las soluciones en consecuencia.

A tal fin, la OMS seguirá colaborando con los países y proporcionando instrumentos de apoyo para hacer frente a las consecuencias de la COVID-19. Habida cuenta de la urgente demanda de asistencia por parte de los países durante la respuesta a la pandemia, la OMS está creando el Centro de aprendizaje sobre los servicios de salud en el contexto de la COVID-19; se trata de una plataforma basada en la web que permitirá compartir experiencias y aprender de las prácticas innovadoras de los países con el fin de orientar la respuesta mundial colectiva. La OMS también está elaborando encuestas adicionales a nivel subnacional y en los centros de salud para medir el impacto a largo plazo de las perturbaciones y ayudar a los países a sopesar los beneficios y los riesgos de aplicar diferentes estrategias de mitigación. 

Nota 

La encuesta «Evaluación rápida de la continuidad de los servicios de salud esenciales durante la pandemia de COVID-19»  se llevó a cabo en 159 países (de todas las regiones de la OMS excepto de las Américas. Se recibieron 105 respuestas (tasa de respuesta del 66%) de altos funcionarios de los ministerios de salud que abarcaban el período comprendido entre marzo y junio de 2020. El objetivo de la encuesta era obtener conocimientos y perspectivas tanto de los efectos de la pandemia de COVID-19 en hasta 25 servicios de salud esenciales de los países como de la forma en que los países están adaptando las estrategias para mantener los servicios esenciales.

Aunque la encuesta tienen algunas limitaciones, su utilidad radica en que es integral, ya que examina 25 servicios de salud esenciales (en contraposición a las encuestas sobre un solo tema) y evidencia las interrupciones de esos servicios de manera comparable en más de 100 países. Pone de manifiesto que incluso los sistemas de salud más sólidos pueden verse rápidamente desbordados y comprometidos por un brote de COVID-19, lo que refuerza la necesidad de una recopilación sostenida de datos y de adaptaciones estratégicas para garantizar el mantenimiento de la prestación de servicios de atención esenciales.

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