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El uso de plasma de personas que han superado el virus es una alternativa promisoria de tratamiento.
Los pacientes con covid-19, enfermedad producida por el coronavirus SARS-CoV-2, pueden ser sintomáticos y presentar un cuadro leve en cerca del 80 por ciento de los casos. El resto sufren una respuesta inflamatoria exagerada a la infección, para la cual no hay tratamiento ni tampoco una vacuna, explica Juan Manuel Anaya, director del Centro de Estudios de Enfermedades Autoinmunes (Crea) de la Universidad del Rosario.

Sin embargo, dice el experto, sobre la base de esta respuesta inmune inflamatoria desproporcionada se han propuesto diferentes modelos de tratamiento para intervenir la enfermedad en diversas etapas. Una de ellas es la que permitió que un hombre en Nueva Delhi se recuperara por completo de la covid-19 después de la aplicación de plasma proveniente de pacientes con la enfermedad, de acuerdo con información recibida de la India.

Este procedimiento, dice Anaya, consiste en la aplicación de plasma (contenido no celular de la sangre) extraído a personas que se han curado (convalecientes) de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus o incluso obtenido de algunos que aún tienen la enfermedad latente.

Anaya dirige hace varias semanas un equipo que investiga esta propuesta de tratamiento, que está fundamentada en que los pacientes que se curan de esta enfermedad tienen anticuerpos y otras sustancias de su sistema de defensas que podrían tener efectos antivirales y atenuar la respuesta inflamatoria exagerada y, de paso, disminuir los daños ocasionados en órganos vitales de otros contagiados.

En teoría, “se trata de reforzar las defensas específicas de una persona para enfrentar de manera más efectiva al coronavirus invasor”, agrega Anaya. En tal sentido, esteprocedimiento es hoy en día evaluado como una alternativa viable para enfrentar la infección.

No es nuevo

De acuerdo con el Crea, este tratamiento con plasma ha sido utilizado con el mismo fin desde la época de la gripa española de 1918, al igual que contra el virus del Ébola y el síndrome respiratorio agudo grave (SARS), producido también por un coronavirus.

En tal sentido, lo reportado por las agencias de noticias, que dieron cuenta de la evolución favorable de un paciente en el hospital Max en Delhi después de aplicar este tratamiento, se convierte en una puerta promisoria en la lucha contra la actual pandemia.
Según se conoció, se trata de un hombre de 49 años al que se le diagnosticó covid-19  el pasado 4 de abril. Él desarrolló neumonía y, mientras estaba con un ventilador, el 8 de abril, la familia solicitó que le realizaran un tratamiento con plasma obtenido de un paciente que había superado la enfermedad, tres semanas atrás.

Según un informe del India Today, el paciente recibió “terapia de plasma por motivos compasivos”; sin embargo, fue evolucionando al punto de que Sandeep Budhiraja, el director médico del Max Health Care, afirmó que en este caso la terapia funcionó bien, pero aún se requiere más investigación.

De acuerdo con información de Infobae, en el hospital Papa Giovanni XXIII de Bérgamo, el más grande de esta provincia italiana tan severamente afectada por el coronavirus, se está llevando a cabo un estudio que hasta ahora ha mostrado muy buenos resultados.

Ensayos en Colombia

Con base en estos conocimientos, un grupo interdisciplinario conformado por investigadores del Crea, la Universidad CES de Medellín, el Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Innovación en Salud en Bogotá (IDCBIS), la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS) y Servicios y Asesorías en Infectología de Bogotá (SAI) inició el proyecto PC-Covid-19, que prueba la aplicación del plasma de pacientes enfermos después de estudios rigurosos a quienes enfrentan la enfermedad en estado grave, pero no en estado crítico. Es decir, a aquellos hospitalizados, pero no en cuidados intensivos.

De acuerdo con Anaya, este proyecto es el primer estudio “aleatorizado y controlado” de su tipo y hace parte de los 33 registrados en Clinical Trials, la plataforma de registro de investigaciones clínicas que cumplen estándares mundiales, además de haber sido registrado en el Invima y recibir financiación independiente de la Universidad del Rosario y las demás entidades participantes.

No sobra decir que esta investigación cuenta con los avales de las secretarías de Salud de Bogotá y Medellín, y pretende ser una política nacional e institucional pública y, por lo tanto, gratuita.

Más de 2.600 pacientes en Estados Unidos

Este proceso empieza a tener adeptos en el mundo científico, a tal punto que varios grupos de investigación en Estados Unidos recogen las experiencias anecdóticas de más de 2.600 pacientes que ante la carencia de tratamientos y vacunas efectivos han sido tratados con plasma de convalecientes en diferentes hospitales de ese país.

Según recoge el Milwaukee Journal Sentinel, aunque los resultados se han reportado como favorables, la falta de ensayos clínicos y los controles respectivos en un marco de investigación impiden que esta opción terapéutica sea avalada con certeza por las agencias regulatorias.

En tal sentido, instituciones como la Clínica Mayo, la Escuela de Salud Pública de Johns Hopkins y otros grupos de investigación en los Estados Unidos están reuniendo estos resultados empíricos para involucrarlos en protocolos de análisis que se siguen con premura.

Las cerca de 2.600 personas han sido tratadas bajo el programa de acceso ampliado, un mecanismo creado por la Agencia de Medicamentos y Alimentos (FDA, por su sigla en inglés), para favorecer a pacientes que requieran esta clase de intervenciones experimentales antes de que se completen ensayos clínicos rigurosos y que requieren mucho tiempo.

Este ha sido usado antes en enfermedades como el sarampión, la poliomielitis, las paperas, la influenza y en el marco de la salud pública global para enfrentar los virus del Ébola y el Sars.

Algunos criterios que tiene en cuenta la FDA para la elegibilidad de candidatos son un diagnóstico positivo de covid-19, que esté en estado grave, aunque no hay una última palabra sobre este protocolo.

Colombiano recibe esta terapia

Rodrigo Valderrama es colombiano, residente en Washington (Estados Unidos) y hoy se aferra a la vida como paciente de esta terapia experimental con plasma. Su familia cuenta que su contagio con el nuevo coronavirus se produjo en una reunión con amigos en un apartamento, a mediados de marzo.
Para el 29 de marzo ya tenía una neumonía, por lo que tuvo que ser intubado de inmediato. Estaba oxigenando por debajo del 70 por ciento, le dio un choque séptico, presentó falla renal y caída en la tensión arterial, según relatan sus seres queridos.

En principio, a Rodrigo lo trataron con hidroxicloroquina y un medicamento experimental para tratar de controlar el sistema inmunológico y sacarlo del shock séptico. Esa medicina evitó que el cuerpo se siguiera atacando, pero no controló la neumonía causada por el virus.

Sus indicadores empeoraron y lo trasladaron al Hospital Inova de Fairfax, Virginia, donde le propusieron a la familia la posibilidad de aplicarle plasma de convaleciente. En ese punto, las otras medicinas poco hacían efecto y Rodrigo solo se mantenía vivo por la ayuda de las máquinas.

La familia aceptó y comenzó una campaña por redes sociales para conseguir a un recuperado del virus que tuviera el mismo tipo de sangre. Lo lograron y el 18 de abril se inició el tratamiento. Los exámenes posteriores han mejorado y el pulmón desinflamó un poco. Luego de una segunda trasfusión su pronóstico mejoró.

Su familia cuenta que le quitaron el respirador de la garganta, le hicieron una traqueostomía y sus pulmones están mejorando. Salió del coma, sonríe y parpadea.

Tomado de EL TIEMPO, Unidad de Salud, Bogotá

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