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El día 6 de Julio del presente año  se llevó a cabo en la Academia Nacional de Medicina, la Sesión Homenaje al Académico Dr. Hernando Matiz Camacho, a cargo del Dr. Cristian Vallejo Romo y su nieto Sebastián Flores Matiz.

 

Al inicio de la sesión, el presidente de la Academia Dr. Germán Gamarra compartió su experiencia al lado del Dr. Matiz en actividades profesionales y académicas.  El Dr. Ricardo Salazar López, vicepresidente de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina hizo una breve semblanza personal y profesional del Dr. Matiz.

La presentación del libro: ATLAS COLOMBIANO DE ELECTROCARDIOGRAFÍA “Hernando Matiz Camacho, el coloso de Bogotá” estuvo a cargo del Dr. Cristian Vallejo Romo, miembro de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina, organizador del primer y segundo simposio de Medicina y Humanidades de Risaralda. Conferencista en el Sexto encuentro de Medicina y Arqueología en Colombia y conferencista en el Primer Congreso Latinoamericano de Electrocardiografía “Del electrocardiograma a la ablación”. Actualmente está dedicado a la investigación en Antropología Médica.

El Dr. Vallejo dedicó la charla a su maestro, amigo, compañero, confidente  y paciente al final de su vida, el Dr. Hernando Matiz Camacho.

Para hablar del profesor Hernando Matiz Camacho, tenemos que remitirnos a 1963 cuando se graduó como Médico en la Universidad Nacional de Colombia, posteriormente emigró a los Estados Unidos a estudiar Medicina Interna en  Lahey Clinic en Boston, Massachusetts y Cardiología en el Buffalo General Hospital en New York. Sus profesores más famosos fueron el cirujano cardiovascular William Chardak y el ingeniero eléctrico Wilson Greatbatch, las primeras personas que diseñaron un marcapasos en  Estados Unidos  de Norteamérica. Otro personaje importante en la vida del doctor Hernando Matiz Camacho, fue su jefe de posgrado de Cardiología Joules Constant, quien es considerado el pionero de la electrocardiografía clínica en Estados Unidos, y un mexicano que influyó mucho en su vida fue su Maestro, Demetrio Sodi Pallares, quién era el jefe de electrovectocardiografía, en la meca de la cardiología y electrocardiografía en la década de los 60, el Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, de México. Ahí nació la electrofisiología  con Arturo Rosenblueth Stearns,  José Alanís junto a sus discípulos Paul Puech los primeros  en describir el potencial del haz de His en animales y en un ser  humano además del egresado más brillante   Michel Mirowski el inventor del cardiodesfibrilador implantable en el manejo de las arritmias ventriculares que ha salvado muchas vidas en el mundo .

 

El coloso de la cardiología latinoamericana

En la National Library of Medicine NLM (principal proveedor de bibliografía médica en Estados Unidos), se puede encontrar el tratamiento del infarto agudo de miocardio en la primera unidad de cuidado crítico creada en América Latina. Esta unidad de cuidado crítico, la fundó el profesor Hernando Matiz junto a su gran amigo Alberto Ramírez, dos cardiólogos que se conocieron en Boston y crearon la primera unidad de cuidado crítico en Santafé de Bogotá, en el Hospital San Juan de Dios.

En 1998, el profesor Eugene Braunwald, quien se considera el pionero de la cardiología moderna manifiesta que las unidades de cuidado crítico coronario son el avance más importante que ha tenido la cardiología, porque disminuyeron la mortalidad por arritmias, las complicaciones del infarto agudo de miocardio y disminuyeron también las complicaciones del infarto de miocardio mecánicas. 30 años antes, en 1970, el profesor Matiz presentó en el IX Congreso de Medicina Interna, los resultados de la primera cohorte de 50 pacientes con infarto agudo de miocardio de la UCI del San Juan de Dios, donde se disminuyó la mortalidad de un 48% a un 30% en la época pretrombolítica. En la época trombolítica después de  1986, con la administración de algunos medicamentos fibrinolíticos se disminuyó un poco más la mortalidad.  También el profesor Matiz influyó en los estudios de las arritmias ventriculares asociadas con la  enfermedad de  Chagas- Mazza en Colombia.  En 1969 publicó  en la revista Acta Médica del Valle, actualmente llamada Colombia Médica el primer reporte de  arritmias ventriculares resistentes a tratamiento farmacológico en los pacientes chagásicos con tormentas arrítmicas y en los pacientes que eran resistentes a tratamiento farmacológico con antiarrítmicos, que no servían realmente para tratar las tormentas arrítmicas, lo único que servía era el marcapasos para capturar la frecuencia ventricular con lo cual realmente mejoraban los pacientes.

Sir William Osler, el padre de la medicina interna, sostenía que un buen médico de poseer las 3 H: primero debe ser humanista, humilde, y tener buen humor. El profesor Matiz lo cumplió a cabalidad, cultivó la poesía, cultivó la filosofía al hacer una maestría en filosofía de la ciencia y cultivó algunas ramas del saber con su posgrado en dirección de universidades e  universitología, además supo transmitir estas virtudes a partir de sus conocimientos. Su sentido del humor lo ayudó a sobrellevar hasta su propia enfermedad y su amor a la poesía lo llevó a publicar el libro “Poemas de amor vida y muerte” que obsequiaba en los congresos a los que asistía. Su humanismo lo llevó a visitar varios leprocomios (hospitales de aislamiento para leprosos) en Colombia y otros países.

La bibliografía del Dr. Matiz ha sido extensa con la publicación de 42 libros incluyendo, las guías de arritmias ventriculares y supraventriculares basadas en la evidencia del antiguo Instituto de Seguro Social hace 25 años fueron hechas por él. Es pionero de las arritmias ventriculares en el mundo y ya en 1998 hacía publicaciones con Joseph Brugada, renombrado cardiólogo español, quien actualmente es el encargado de la publicación de las guías más actualizadas en el mundo de la Sociedad Europea de Cardiología. Dentro de sus publicaciones también se encuentran su primer libro: Electrocardiografía Clínica Aplicada, un libro de examen Semiológico cardiovascular, guías de reanimación clínica y otro sobre simulación clínica y práctica de la cibernética, también un curso de elearning, sobre arritmias y electrofisiología.

En el Congreso Colombiano de Pediatría y Puericultura, el profesor Hernando Matiz logró impulsar la Ley 1831 del 2 de mayo del año 2017 que establece la obligatoriedad, la dotación, disposición y acceso a los Desfibriladores Externos Automáticos (DEA) en los transportes de asistencia básica y medicalizada, así como en los espacios con alta afluencia de público esta ley de la República, fue una realidad gracias a que el coautor de la Ley Iván Duque era senador de la República y después la firmó como presidente de Colombia  en su periodo que comprendió desde el año 2018-2022.

El atlas colombiano de electrocardiografía, representa el trabajo de 2 años de los autores Hernando Matiz Camacho y Cristian Vallejo Romo, allí se tomó la base de datos del Profesor Matiz de 10,000 electrocardiogramas en físico, se escogieron 270, los más didácticos y pedagógicos. El propósito de este atlas es contribuir al desarrollo y a la difusión de la electrocardiografía en Colombia y América Latina. Definimos su estado actual  y proponemos  un abordaje basado en la evidencia científica realizando un análisis sistemático y de fácil comprensión con el acróstico “FRESITAS”. Escribimos este libro para nuestros compañeros médicos, enfermeras y estudiantes de medicina  y de otras ciencias de la salud preocupados por las enfermedades eléctricas del corazón, sin olvidar que la capacidad didáctica no se relaciona con la inteligencia del profesor ni con la cantidad de conocimientos que éste pose, sino que depende de la calidad y la capacidad de adaptarse al lector.    Según el diccionario de la Real Academia Española,  un atlas es una colección sistemática  de láminas descriptivas  pertenecientes a una disciplina científica en este caso la  electrocardiografía. Los electrocardiogramas son una herramienta paraclínica  o  un conjunto de imágenes que nos ayudan a ubicarnos mentalmente a través de una señal, la señal eléctrica del corazón de nuestros pacientes que son el objetivo principal de la medicina.

 

El Chamán y la Cardiología portada de la obra del Atlas Colombiano de electrocardiografía

Cuando el profesor Hernando Matiz Camacho, en la Escuela Colombiana de Medicina  hoy denominada Universidad del Bosque, hizo su primer Manual de reanimación cerebrocardiopulmonar,  el logo del primer encuentro de egresados de Medicina era un chamán que representa la medicina del periodo  pretécnico. En épocas pretéritas y desde la antropología, el chamán y la cardiología se asocian con la medicina, y el corazón con la vida, la sede del pensamiento, las emociones y el alma. La música y los sonidos son fundamentales en la transmisión de nuestros sentimientos y nuestra vida que se representan con las señales eléctricas  del corazón. La medicina es la más humana de las ciencias y la más científica de las artes. La representación del chamán o sabio curandero según la mitología es quien hace lo posible por conservar sano a su pueblo. Representando el pensamiento mágico y empírico muy relacionado con la música y los rituales de sanación, importantes en el misticismo ancestral. Colombia es un país que mantiene sus raíces autóctonas, incluyendo el arte de la medicina junto a la música que reflejan parte de esa cultura que hoy en día persiste con simbolismos propios como el corazón   denominado pquyquy por la cultura muisca, soncco por el imperio inca puksi´ikal por los mayas, yóllotl por los mexicas, que lo asociaban con las enfermedades del alma y la mente. El chamán utiliza un instrumento musical llamado zampoña, en forma de corazón, que identifica las culturas andinas y los petroglifos o dibujos en sus pómulos para la comunicación directa con los espíritus junto al poder equivalente en el artista que interpreta el instrumento, en este caso el médico de la comunidad.

Atlas Colombiano de Electrocardiografía

En el Congreso Internacional de Electrofisiología  “del ECG a la ablación organizado por el prestigioso cardiólogo electrofisiólogo  argentino Luis Barja y  la cardióloga nuclear  boliviana Ana Michel Vásquez del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, se presentó  la penúltima conferencia del maestro Matiz “el diagnóstico diferencial de las taquicardias de complejo QRS ancho” junto a el atlas colombiano de electrocardiografía, y el decálogo de las arritmias ventriculares que suelen ser mortales.

 

décalogo de las arritmias ventriculares

La última conferencia del Dr. Matiz fue  la Historia de la Enfermedad de Chagas-Mazza, para ser  elegido  miembro de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina, para él Chagas es una mancha que categoriza y define la pobreza en América Latina, que marca las dificultades políticas administrativas. Y su control constituye una obligación moral y ética de todos los médicos de América Latina.

 

“No sé si mi nombre y mi fama perdurarán después de mi muerte,
pero si sé que mi corazón siente cada gesto de amor y agradecimiento
de los miles de enfermos que atendí, curé o alivié en mi prolongada vida”.
Hernando Matiz Camacho.

 

LEPRA CARDIOLOGÍA Y ARTE

La sesión continuó con la intervención del nieto del Dr. Matiz, Sebastián Flores Matiz, actualmente estudiante de quinto semestre de medicina de la Universidad del Bosque, con la conferencia inédita realizada por el maestro Hernando Matiz Camacho: “Cardiología, lepra y arte”, realizando un homenaje a su abuelo. El objetivo principal de su conferencia  es que instruya de manera que inspire y al mismo tiempo humanice con rostros concretos los fríos aspectos de la realidad científica.  El diccionario de la Real Academia Española define al arte  como: “una manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal desinteresada que interpreta lo real o imaginado con sus recursos plásticos, lingüísticos y sonoros”.

Dentro del séptimo arte tenemos al cine: una de las películas más importantes para el cine colombiano “El olvido que seremos”, relata la historia del doctor Héctor Abad Gómez, especialista en salud pública, y en uno de sus apartes ya menciona la lepra:

…así le pagaba mi Dios, igual como le había pagado al tío Luis, que se había ido de capellán para Agua de Dios, el lazareto colombiano, un pueblo de Cundinamarca, y allí habría contraído la enfermedad que acabó por matarlo, con la espalda que se le caía a jirones, y los dedos que se le desprendían en pedazos.

Fragmento de El Olvido que seremos (Abad, 2006, p.108)

La historia de la lepra comenzó con la llegada de los conquistadores españoles y la reconstrucción de la primera ciudad de tierra firme, Santa María la Antigua del Darién, entre los años 1510 y 1524. Esta ciudad registra, el primer Hospital de Santiago y el primer lazareto en donde estuvieron los primeros enfermos de lepra junto con el primer médico Alonso de Santiago.

La epidemiología de la lepra hacia el siglo XVIII, época colonial 1767 – 1809, registra el pico más alto de casos de lepra que se presentaba en la ciudad de Cartagena, Bolívar, esta ciudad por ser un puerto recibía mucha gente proveniente de África y España. Los conquistadores traían en sus barcos esclavos traídos de África, considerados los primeros portadores de la enfermedad. La lepra o enfermedad de Hansen no es una enfermedad extinta. El boletín epidemiológico semanal del 2017 al 2019, antes de la pandemia, daba a conocer que la lepra aún está vigente, es una enfermedad que no ha desaparecido. Hoy se presentan más de 400 casos al año. Atlántico, Barranquilla, Bolívar y Cali siguen siendo los territorios con más casos de lepra. Pero hubo una pequeña ciudad en Colombia representativa de la lepra, Agua de Dios, Cundinamarca, llegó a ser considerada por muchos la “cárcel” de muchos enfermos de lepra, allí eran en muchos los enfermos abandonados a su suerte por sus familiares, las personas al entrar perdían sus derechos e incluso manejaban una moneda y pasaporte diferentes al resto de la población. Este municipio fue importante en la vida del Dr. Matiz, que acompañó la enfermedad y apoyó a muchos pacientes.

 

Relación entre lepra, arterioesclerosis y la cardiología.

La célula espumosa descrita por Rudolf Virchow, fue inicialmente estudiada en pacientes leprosos y posteriormente se relacionó con  la ateroesclerosis,  siendo  ambas  enfermedades inflamatorias  y un factor de riesgo cardiovascular para desarrollar enfermedad coronaria  principal causa de mortalidad a nivel mundial en medicina y cardiología,  este  eslabón perdido entre la lepra y la cardiología fue descubierto y estudiado por  Daniel Cruz quien indicó  que el Micobacterium Leprae toma las lipoproteínas oxidadas por macrófagos para:

  • Proveer fuentes de energía para Micobacterium Leprae
  • Fabricar bloques para la síntesis bacteriana de fosfolípidos complejos
  • Inhibir la respuesta de la inmunidad innata hacia el patógeno.

Volviendo a la historia de la lepra, los niveles de estigmatización eran tan elevados que incluso la religión consideraba la enfermedad un castigo divino. Los leprosos tenían que vestir de manera diferente para que la gente notara su presencia, y debían portar una campana como una señal de alarma para las demás personas. El arte también se encargó de registrar la enfermedad y en todos los casos su representación era basada en una escala social donde los enfermos de lepra ocupaban el lugar más alejado y apartado, incluso por debajo de ladrones y asesinos como se representó en tríptico del  juicio final y las siete obras de misericordia de Bernaert Van Orley en 1520, que se encuentra en el  Real Museo de Bellas Artes de Amberes en Bélgica, entre otros artistas famosos de su época como:  Jheronimus van Aken “el Bosco” y Hans Holbein el viejo.

Pero también surgieron personajes en la historia que acompañaron el dolor de los enfermos de lepra. San Francisco de Asís, San Martín y San Pedro Claver fueron reconocidos como protectores de los enfermos y los desposeídos. En Europa Santa Isabel de Hungría, dedicó su riqueza a construir hospitales y atender a los enfermos.

En Colombia hubo varios personajes reconocidos, que padecieron lepra. Uno de ellos el Doctor Adolfo León Gómez, fundador y presidente de la Academia Colombiana de Historia, durante su enfermedad escribió obras como: “Secretos del panóptico” y “La ciudad del dolor” la historia más desgarradora de Agua de Dios Cundinamarca. A finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, fue un preso político durante la guerra de los mil días, en su obra  “Secretos del panóptico” relata con minucia y detalle los vejámenes que ocurrieron en este centro Penitencial, en donde  actualmente se encuentra la  sede del Museo Nacional de Colombia.

Otro gran autor, el maestro de música colombiana Luis Antonio Calvo, también padeció lepra, escribió aproximadamente un total de 258 obras musicales,  172 obras de música instrumental, 86 de música vocal. En “Adiós a Bogotá”  escrita en 1916, una obra triste y hermosa reflejo de su situación como personaje que padeció la enfermedad de Hansen. Por último vale la pena recordar en homenaje a los pacientes de todo el mundo, el  día establecido para conmemorar a los enfermos de Lepra es el 31 de enero de cada año. Un día para recordar y pedir disculpas a todos aquellos enfermos que hemos vulnerados por nuestra falta de conocimiento de la enfermedad.

“El primer paso para diagnosticar la lepra es pensar en la posibilidad de lepra”. D.L.Leiker


El Dr. Cristian Vallejo Romo es médico de la Universidad Tecnológica de Pereira, Miembro de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina. Médico adscrito a la Unidad de Terapia Intensiva del Centro Cardiovascular Colombiano y el Hospital San Carlos de Bogotá.

Sebastián Flores Matiz es actualmente estudiante de Medicina en la Universidad El Bosque.

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