Por Franklin José Espitia De La Hoz.
El síndrome de ovario poliquístico (SOP), hiperandrogenismo ovárico funcional o anovulación crónica hiperandrogénica, como también se le conoce, es un heterogéneo trastorno endocrino-metabólico que se caracteriza por la presencia de ovarios de morfología poliquística, oligoanovulación e hiperandrogenismo clínico o bioquímico, afectando gravemente la calidad de vida de la mujer que lo padece. De acuerdo con los criterios de Rotterdam, se han descrito cuatro fenotipos clínicos del SOP: fenotipo “A” (oligoanovulación + hiperandrogenismo o hiperandrogenemia + ovarios poliquísticos), fenotipo “B” (oligoanovulación + hiperandrogenismo o hiperandrogenemia), fenotipo “C” (hiperandrogenismo o hiperandrogenemia + ovarios poliquísticos) y fenotipo “D” (oligoanovulación + ovarios poliquísticos).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel mundial, más de 116 millones de mujeres (3,4%) se ven afectadas por el SOP; sin embargo, los estudios internacionales informan que la prevalencia del SOP oscila entre el 4 y el 10 % de las mujeres en edad reproductiva; convirtiéndolo en el trastorno endocrino más común en mujeres en edad reproductiva. En Colombia, en la población general joven (18 a 45 años), la prevalencia ha sido reportada entre el 4 y el 8 %.
En la fisiopatología del SOP ocurren una serie de alteraciones interrelacionadas entre sí, como son:
- Disfunción neuroendocrina (hipersecreción de la hormona luteinizante (LH) y una secreción normal o disminuida de la hormona foliculoestimulante (FSH)).
- Trastorno metabólico (resistencia a la insulina e hiperinsulinemia con mayor secreción de andrógenos por el ovario y las suprarrenales (hiperandrogenismo bioquímico).
- Disfunción de la esteroidogénesis ovárica/ suprarrenal (incremento de la actividad de la enzima citocromo P450c17, con aumento en la producción de andrógenos ováricos y adrenales).
- Disfunción de la foliculogénesis ovárica (aumento de folículos preantrales y antrales pequeños con mayor reclutamiento folicular, además de detención del proceso de selección folicular y ausencia de ovulación, lo que favorece un incremento del pool de folículos en crecimiento productores de andrógenos).
Las manifestaciones clínicas en el SOP suelen ser multivariadas y polimorfas, las que fluctúan su aparición de acuerdo con la edad de la mujer. Se destaca la presencia de alteraciones menstruales (de 75 a 85%) del tipo oligomenorrea, amenorrea primaria/secundaria o episodios de metrorragia e infertilidad; la obesidad del tipo androide (“forma de manzana”: índice de cintura/cadera > 0,85) y signos de hiperandrogenismo (acné, hirsutismo, seborrea/piel grasosa y alopecia androgénica con patrón masculino) suelen estar presentes hasta en dos tercios de las mujeres afectadas, de igual manera aparecen alteraciones dermatológicas como la acantosis nigricans en las zonas de pliegues o papilomas filiformes o acrocordones (marcadores cutáneos de resistencia a la insulina).
Al ser una enfermedad sindrómica, las pacientes con SOP se encuentran en un amplio espectro clínico a la hora de establecer el diagnóstico; si bien existen varias pautas de diagnóstico y, aunque son diferentes, cada una se basa en la combinación de tres principales elementos para hacer el diagnóstico: oligoanovulación, hiperandrogenismo o hiperandrogenemia y ovarios poliquísticos.
A la fecha actual y desde hace tres décadas se han venido ejecutando cambiantes y distintos propósitos para estandarizar los criterios diagnósticos del SOP; al comienzo se realizó e inauguró un consenso auspiciado por el National Institute of Health (NIH), seguido del consenso de expertos en Rotterdam de la European Society for Human Reproduction and Embryology (ESHRE) y la American Society for Reproductive Medicine (ASRM) (3), y los criterios propuestos por la Androgen Excess and PCOS Society criteria for the polycystic ovary syndrome: the complete task force report.
En la última década, el NIH hizo una reevaluación de los criterios diagnósticos publicados o existentes, sacando un nuevo consenso en el que se reconocieron los criterios de Rotterdam y como resultado se sugirió su utilización junto con la descripción detallada de la clasificación del fenotipo clínico del SOP (tabla 1).
La bioquímica sanguínea en las mujeres con SOP se caracteriza por elevación de los andrógenos (testosterona total, testosterona libre, androstenediona, dehidroepiandrosterona sulfato e índice de andrógenos libres). La 17-hidroxiprogesterona ayuda a descartar el déficit de la enzima 21-hidroxilasa, cuya deficiencia hace que los niveles elevados de la 17-hidroxiprogesterona sean altamente sensibles para diagnosticar hiperplasia suprarrenal congénita de inicio tardío.
La relación elevada de la LH/FSH (mayor de 2,5) se asocia con la resistencia a la insulina. Su normalidad no descarta el diagnóstico del SOP, pero no tiene utilidad como criterio diagnóstico, aunque es un reporte orientador siendo posible detectarla en mujeres delgadas. La resistencia a la insulina es conveniente estudiarla mediante la medición de la glucosa e insulinemia basal. Por otra parte, en las mujeres con SOP es importante descartar hiperprolactinemia, disfunción tiroidea, hiperplasia adrenal y síndrome de Cushing como diagnósticos diferenciales, de manera que el diagnóstico de SOP requiere imperativamente descartar las otras patologías mencionadas.
La ultrasonografía pélvica (transvaginal) es útil para detectar la morfología de los ovarios. El volumen ovárico en las mujeres sexualmente maduras oscila entre 6 y 8 ml, mientras que en las mujeres con SOP, según los criterios de Rotterdam, se requiere un aumento del volumen ovárico > 10 ml y demostrar 12 o más folículos que midan entre 2 y 9 mm de diámetro en cada ovario; sin embargo, hasta un 30% de las mujeres pueden presentar volúmenes ováricos normales.
Hasta donde hemos investigado no se ha publicado ninguna investigación en la población del Eje Cafetero, donde se evalúe tanto la prevalencia como la caracterización de los fenotipos clínicos del SOP, por lo que el objetivo de la investigación consistió en estimar la prevalencia, describir la frecuencia de los fenotipos y caracterizar los fenotipos del SOP en las mujeres del Eje Cafetero (Armenia, Pereira y Manizales), Colombia.
La metodología implementada, los resultados y conclusiones pueden verse en el estudio completo en:
El Doctor Franklin José Espitia es médico de la Universidad Libre Seccional del Atlántico y especialista en Ginecología y Obstetricia de la Universidad Militar Nueva Granada, expresidente de la Asociación Quindiana de Obstetricia y Ginecología, y actual Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Medicina.