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Sesión Especial Academia Nacional de Medicina de Venezuela y Academia Nacional de Medicina de Colombia.
La presidenta de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela, Dra. Isis Nézer de Landaeta, celebró este encuentro conjunto de las dos instituciones como una oportunidad para construir una relación más sólida y estructurada, para el mejoramiento de sus respectivas funciones nacionales. El presidente de la Academia Nacional de Medicina de Colombia, Dr. Gabriel Carrasquilla Gutiérrez resaltó la importancia de discutir los sistemas de salud de cada país, manteniendo un liderazgo constructivo e imparcial y enfocado la salud de los pacientes por encima de intereses particulares, económicos o políticos.
El Dr. Marino González, investigador asociado de la Universidad de La Rioja en España y miembro correspondiente nacional de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela, destacó el papel actual de Colombia en la vida de los venezolanos, no sólo como vecino histórico y cultural sino también como un espacio de seguridad y cordialidad en tiempos difíciles. Se estima que hay alrededor de 3 millones en Colombia, entre ellos miles de niños.
Venezuela enfrenta actualmente al menos tres tipos de crisis: política, social e individual.
El V-Dem Institute de la Universidad de Gotemburgo que analiza las cualidades gubernamentales alrededor del mundo, identificó a Venezuela como una de las cinco autocracias de América Latina debido a un importante deterioro democrático desde 1999, que se refleja en la salud y otras áreas. Además, Venezuela ha experimentado una grave crisis económica desde aproximadamente el año 2012, lo que ha resultado en una drástica disminución del ingreso per cápita, convirtiéndolo en uno de los países más pobres de la región. Esta inestabilidad económica ha provocado una falta de información confiable sobre la cobertura de salud. El último dato completo de nacidos vivos se registró en 2012 y el último registro de mortalidad y boletín epidemiológico en 2016.
Según los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, para 2030 ningún hogar en el mundo debería tener un gasto catastrófico en salud, que se define como gastar más del 10% de sus ingresos en salud. Sin embargo, muchos países de América Latina, incluida Venezuela, carecen de datos actualizados de encuestas de hogares para medir este gasto.
Para el Dr. González los indicadores para medir la cobertura de los servicios, y que incluyen salud reproductiva, materna e infantil, enfermedades infecciosas, enfermedades crónicas y la capacidad y el acceso a los servicios señalados por Venezuela ante la OMS no son consistentes con la realidad de los servicios disponibles en el país.
Para el Dr. González existen tres grandes asimetrías en la región: la disponibilidad de tecnología vs. la generación de datos para la toma de decisiones, la salud individual y la salud poblacional y el conocimiento requerido para implementar políticas que mejoren la calidad de vida de las personas. Desde 2014, la Universidad Simón Bolívar en Venezuela realiza encuestas para recopilar información sobre las condiciones de salud, y en 2018 realizaron una Encuesta Nacional de Salud y Pensiones, que fue la primera de su tipo en el país. La encuesta determinó que aproximadamente el 30% de los hogares venezolanos se encontraban en una situación catastrófica, requiriendo una parte importante de sus ingresos para cubrir gastos de atención médica.
El Ministerio del Poder Popular para la Salud es la principal fuente de atención médica para los venezolanos, alrededor del 75% de las primeras consultas se realizan allí. No obstante, casi el 65% de la población, no tenía cobertura de seguro médico y casi el 40% de los niños menores de cinco años no tenían cobertura para el tratamiento de la neumonía y el 25% tampoco recibía tratamiento para la diarrea. Aproximadamente el 30% de la población no pudo acceder a un tratamiento adecuado para la hipertensión y más del 35% de la población no recibió tratamiento para problemas de salud mental. Además, los exámenes de detección de cáncer esenciales, como el de cuello uterino, mama y próstata, no estaban cubiertos, lo que dejaba una brecha significativa en el acceso a la atención médica. Esperan recopilar nuevos datos en 2024 y que la inestabilidad política del país y la falta de mecanismos regulares de medición, no afecten este nuevo registro.
El Dr. Marino González concluye que para superar la crisis en Venezuela se debe poner foco en fortalecer las fuentes financieras para la atención de salud, asociar el financiamiento con el empleo y organizar sistemas de salud intergubernamentales con múltiples modalidades de provisión.
Por Colombia, el Académico Honorario Dr. Roberto Esguerra Gutiérrez, especialista en Medicina Nuclear y Medicina Interna, presentó una visión general del sistema de salud de Colombia. El Sistema de Salud colombiano, ha pasado por varias reformas, la última significativa fue establecida por la Ley 100 de 1993, donde se constituyó una asociación público-privada, en la que el gobierno regula y supervisa los servicios públicos esenciales de salud y permite la participación de entidades privadas. El sistema era obligatorio para todos los residentes, con tres regímenes iniciales: contributivo para los trabajadores formales, subsidiado para los de menores recursos y regímenes especiales para poblaciones específicas. Las entidades promotoras de la salud, conocidas como EPS, jugaron un papel crucial en la promoción, prevención y prestación de servicios de atención primaria. Las IPS actuaban como prestadoras de salud y servían a los usuarios.
El sistema estaba gobernado por un Consejo Nacional de Seguridad Social, que reunía a representantes de diversos sectores, incluidos el mundo académico y los profesionales de la salud. La vigilancia se encargó a la Superintendencia de salud, el financiamiento al Fondo de Solidaridad y Garantía (FOSYGA) y la administración a las EPS.
La concepción inicial se fue modificando con el tiempo. Las EPS eran simples entidades que facilitaban la gestión del riesgo financiero, actuando el Estado colombiano como el verdadero asegurador. Sin embargo, surgieron complejidades que llevaron a modificaciones como la eliminación de la especialización de roles y la integración de estructuras verticales. El sistema de salud en Colombia ha experimentado numerosas reformas, incluidas leyes y decisiones judiciales, como la Sentencia 760 de la Corte Constitucional y la Ley Estatutaria de Salud 1751 y se ha ido adaptando a las circunstancias cambiantes.
En general, los índices de salud son buenos, aunque se han visto afectados los últimos años por la pandemia y la masiva migración desde Venezuela. Adicionalmente, las disparidades regionales en los indicadores de salud muestran progreso en algunas áreas y retroceso en otras al punto que se asemejan a los países de África, por ejemplo en mortalidad infantil y perinatal. Una de las principales quejas, es que el sistema de salud funciona en unas zonas pero en otras no.
El sistema de salud colombiano ha logrado avances en la cobertura de riesgos financieros. Sin embargo, en los últimos años han surgido problemas financieros, con recursos insuficientes que han provocado problemas sistémicos. Las causas de este desequilibrio financiero incluyen la transición demográfica y otros factores.
El país ha atravesado una transición demográfica que ha llevado a un aumento de enfermedades crónicas y prevenibles. Además, la corrupción se infiltró en el sistema de salud, particularmente en el régimen subsidiado, debido a la repentina afluencia de recursos y la falta de mecanismos para protegerlos. Las nuevas tecnologías también han contribuido positivamente a la atención sanitaria, pero han aumentado los costos significativamente, impactando las finanzas del sistema.
Hoy, el régimen subsidiado, atiende a más del 50% de la población, lo que ejerce mayor presión sobre las finanzas del sistema y el gasto crece aceleradamente pasando del 5.31% al 8% del PIB en 20 años. Además, las decisiones judiciales han eliminado los límites al plan de beneficios, haciendo que sea prácticamente ilimitado. Muchos prestadores de servicios de salud tienen deudas no pagadas con una vigencia de hasta 360 días, que suman más de 16 mil millones de pesos. Esta situación impacta negativamente en la prestación de servicios, afectando a hospitales, clínicas y profesionales que no son remunerados.
No es lo mismo estar asegurado que tener acceso efectivo a los servicios de salud. Las barreras de acceso incluyen cuestiones financieras, transporte y obstáculos administrativos. Hay acuerdo en que se requieren ajustes al sistema de salud colombiano; diversas organizaciones, entre ellas la Academia Nacional de Medicina y la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, han hecho sugerencias técnicas al respecto, que no han sido acogidas plenamente. El impacto de la prolongada discusión a la reforma ha sido perjudicial, particularmente para los pacientes, que no están seguros sobre el futuro de sus EPS y de su propia atención médica.
El Dr. Esguerra sugiere eliminar la intermediación financiera, un sistema con funciones especializadas para aseguradoras, proveedores y pacientes, que permita un acceso más fácil a los servicios de atención sanitaria. Enfatiza la necesidad de un sistema que considere las diferencias regionales y se centre en mejorar los servicios en lugar de reducirlos para todos, reforzando la atención primaria. Proteger y promover el talento humano en salud, creando incentivos a la calidad y eficiencia, y crear un plan de salud con exclusiones explícitas, ningún país puede cubrir un sistema ilimitado. Poner exclusiones puede asegurar su sostenibilidad.
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COBERTURA DE SALUD SITUACIÓN ACTUAL PERSPECTIVAS ACADEMIAS NACIONALES MEDICINA VENEZUELA Y COLOMBIA
Nota resumen. Victoria Rodríguez G. Plataformas digitales Academia Nacional de Medicina