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El ultimo domingo de enero es el día mundial de la lepra, una enfermedad que se remontan a las civilizaciones antiguas de China, India y Egipto, afectando a la población de todo el mundo y habiendo en la actualidad siete millones de personas en todo el mundo, siendo los países más afectados, la India (que concentra el 80% de todos los enfermos del mundo), Brasil, Birmania, Vietnam y Filipinas. Esta enfermedad que deja de ser contagiosa desde que el enfermo ingiere la primera dosis del medicamento que la cura y que la OMS distribuye de forma gratuita desde 1987,ha sido considerada siempre como maldita, lo que genera un rechazo hacia los enfermos que va más allá de la discriminación y la deshumanización, al negarles todo contacto social y muchas veces la atención que se merecen. Y es que en los países menos desarrollados, el miedo a la marginación y las deficientes condiciones de la sanidad pública hacen que los pacientes oculten su enfermedad incluso al personal sanitario, con lo que no reciben el tratamiento y la lepra continúa siendo contagiosa, además de provocar daños permanentes. Al descubrirse que el tratamiento era tan sencillo, la OMS estableció el año 2003 como objetivo para su eliminación. Pero anualmente siguen registrándose 700.000 nuevos casos, más de un diagnóstico por minuto, por lo que esta fecha ha sido prorrogada. En el Día Mundial contra la Lepra, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que siete millones de personas sufren este mal en el mundo, que sólo uno de cada tres enfermos tiene acceso al tratamiento y que cada año se diagnostican más de 700.000 casos, de los cuales el 15% corresponden a niños menores de 14 años. El primer Día Mundial contra la Lepra se celebró hace más de 50 años, el 31 de enero de 1954, tras una serie de movilizaciones y manifestaciones promovidas por Raoul Follereau, escritor y periodista francés en favor de los enfermos aquejados de esta enfermedad. En la actualidad más de 100 países se han sumado a esta iniciativa y promueven en este día diferentes programas, medidas y actividades para cooperar en esta lucha. Aunque muchas personas creen en pleno siglo XXI que la lepra es una enfermedad del pasado (¿quién no recuerda la novela o la película Ben-Hur?), la realidad es bien otra. Según la Organización Mundial de la Salud, cada 45 segundos un ser humano contrae la lepra, que en la actualidad padecen más de siete millones de personas en el mundo, especialmente en zonas de escasos recursos económicos. Y según la American Leprosy Missions tan sólo se necesitarían 344$ para curar a un paciente con esta enfermedad.

Datos y cifras

  • La lepra es una enfermedad crónica causada por un bacilo de multiplicación lenta: Mycobacterium leprae.
  • M. leprae se multiplica muy despacio y el periodo de incubación de la enfermedad es de unos cinco años. Los síntomas pueden tardar hasta 20 años en aparecer.
  • La enfermedad afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos
  • La lepra es curable.
  • Aunque no es muy contagiosa, la lepra se transmite por gotículas nasales y orales cuando hay un contacto estrecho y frecuente con enfermos no tratados.
  • El diagnóstico temprano y el tratamiento multimedicamentoso siguen siendo los elementos fundamentales para lograr la eliminación de la enfermedad como problema de salud pública.
  • Si no se trata, la lepra puede causar lesiones progresivas y permanentes en la piel, los nervios, las extremidades y los ojos.
  • Según las cifras oficiales procedentes de 115 países, la prevalencia registrada de la lepra a finales de 2012 era de 189 018 casos, y ese mismo año se notificaron aproximadamente 232 857 nuevos casos.

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La lepra es una enfermedad infecciosa crónica causada por Mycobacterium leprae, un bacilo acidorresistente. Afecta principalmente la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias altas y los ojos.  La lepra es una enfermedad curable. Si se trata en las primeras fases, se evita la discapacidad. Desde 1995, la OMS proporciona gratuitamente a todos los enfermos leprosos del mundo el tratamiento multimedicamentoso, que es una opción curativa simple, aunque muy eficaz, para todos los tipos de lepra. La eliminación mundial de la lepra (es decir, una tasa de prevalencia mundial de menos de 1 caso por 10 000 habitantes) se alcanzó en el año 2000. A lo largo de los últimos 20 años, con el tratamiento multimedicamentoso se ha conseguido curar a cerca de 16 millones de pacientes con lepra.

La lepra en la actualidad

El control de la lepra ha mejorado mucho gracias a las campañas nacionales y locales llevadas a cabo en la mayor parte de los países donde la enfermedad es endémica. El diagnóstico y tratamiento de la enfermedad se han visto facilitados por la integración de los servicios primarios contra la lepra en los servicios sanitarios generales. La detección de todos los casos en cada comunidad y la compleción del tratamiento multimedicamentoso prescrito son los principios básicos de la Estrategia mundial mejorada para reducir la carga de morbilidad debida a la lepra: 2011-2015. La estrategia hace hincapié en la necesidad de mantener los conocimientos especializados y aumentar el número de personal capacitado para atender esta enfermedad, mejorar la participación de los afectados en los servicios de atención a la lepra y reducir las deformidades visibles (también llamadas discapacidades de grado 2), así como la estigmatización relacionada con la enfermedad. Los programas nacionales de lepra para 2011-2015 se han centrado más en las poblaciones desatendidas y las zonas de acceso difícil, con el fin de mejorar el acceso y la cobertura. En vista de que las estrategias de control son limitadas, los programas nacionales tratan activamente de mejorar la retención de los casos, el rastreo de los contactos, el seguimiento, la derivación de los pacientes y la gestión de los registros. Según los informes oficiales procedentes de 115 países, la prevalencia mundial de la lepra registrada a finales de 2012 fue de 189 018 casos, mientras que el número de casos nuevos notificados en el mundo ese mismo año fue de 232 857, en comparación con 226 626 en 2011. Las estadísticas mundiales revelan que 220 810 (95%) de los nuevos casos de lepra se notificaron en 16 países, y que solo el 5% restante procedía del resto del mundo. Todavía quedan focos de gran endemicidad en algunas zonas de muchos países, aunque aquí solo se mencionan algunos a modo de referencia: Angola, Bangladesh, Brasil, China, Etiopía, Filipinas, India, Indonesia, Madagascar, Mozambique, Myanmar, Nepal, Nigeria, República Democrática del Congo, República Unida de Tanzanía, Sri Lanka, Sudán y Sudán del Sur.

Breve historia de la enfermedad y su tratamiento

La lepra ya era conocida por las antiguas civilizaciones de China, Egipto y la India. La primera referencia escrita a esta infección se remonta aproximadamente al año 600 a.C. A lo largo de la historia, los enfermos leprosos se han visto condenados al ostracismo por sus comunidades y familias. En el pasado el tratamiento de la lepra era distinto. El primer avance importante se realizó en los años cuarenta con la obtención de la dapsona, medicamento que detuvo la enfermedad. No obstante, la larga duración del tratamiento —de años o incluso durante toda la vida— dificultaba su cumplimiento. En los años sesenta, M. leprae empezó a manifestar resistencia a la dapsona, el único medicamento antileproso conocido por entonces. A principios de los años sesenta se descubrieron la rifampicina y la clofazimina, los otros dos componentes del tratamiento multimedicamentoso. En 1981, un grupo de estudio de la Organización Mundial de la Salud recomendó el tratamiento multimedicamentoso a base de dapsona, rifampicina y clofazimina, asociación que elimina el bacilo y logra la curación. Desde 1995, la OMS proporciona el tratamiento multimedicamentoso gratuitamente a todos los enfermos leprosos del mundo; inicialmente lo hizo por conducto del fondo para medicamentos de la Fundación Nippon, y desde 2000 mediante las donaciones de los medicamentos que hacen Novartis y la Fundación Novartis para el Desarrollo Sostenible.

La eliminación de la lepra como problema de salud pública

En 1991, el órgano rector de la OMS, la Asamblea Mundial de la Salud, adoptó una resolución para eliminar la lepra como problema de salud pública en el año 2000. Por eliminar la lepra como problema de salud pública se entiende conseguir una tasa de prevalencia de menos de 1 caso por 10 0000 habitantes. La meta se alcanzó a tiempo y el uso generalizado de esta pauta terapéutica ha reducido la carga de morbilidad de forma espectacular.

  • A lo largo de los últimos 20 años se han curado más de 14 millones de enfermos de lepra, unos 4 millones de ellos desde el año 2000.
  • La tasa de prevalencia de la enfermedad ha disminuido un 90%, es decir, de 21,1 casos por 10 000 habitantes a menos de 1 caso por 10 000 habitantes en 2000.
  • La carga de morbilidad mundial por esta causa ha disminuido espectacularmente: de 5,2 millones de casos en 1985 a 805 000 en 1995, 753 000 a finales de 1999, y 189 018 a finales de 2012.
  • La lepra se ha eliminado en 119 de los 122 países en los que constituía un problema de salud pública en 1985.
  • Hasta el momento no han aparecido casos de resistencia al tratamiento multimedicamentoso.
  • Actualmente, las medidas se centran en eliminar la lepra a nivel nacional en los países donde aún es endémica, y a nivel subnacional en el resto de los países.

Medidas y recursos necesarios

Para poder llegar a todos los pacientes, el tratamiento de la lepra debe integrarse plenamente en los servicios de salud generales. Además, es necesario un compromiso político sostenido en los países donde la lepra sigue siendo un problema de salud pública. Asimismo, los asociados para la eliminación de la lepra deben seguir velando por que se proporcionen los recursos humanos y económicos necesarios para ello. La milenaria estigmatización de la enfermedad sigue siendo un obstáculo para que el propio paciente informe sobre la enfermedad y se beneficie de un tratamiento temprano. Hay que cambiar la imagen de la lepra a nivel mundial, nacional y local. Es imprescindible crear un nuevo entorno en el que los pacientes no duden en buscar atención para obtener un diagnóstico y tratamiento en cualquier centro sanitario.

Respuesta de la OMS

La estrategia de la OPS para la eliminación de la lepra consiste en:

  • lograr que todos los enfermos tengan acceso a servicios de tratamiento multimedicamentoso ininterrumpido mediante la creación de sistemas de distribución flexibles y cómodos para los afectados;
  • procurar la sostenibilidad de los servicios de tratamiento multimedicamentoso mediante la integración de los servicios de atención de la lepra en los servicios de salud generales y el fortalecimiento de la capacidad del personal sanitario general para tratar la enfermedad;
  • promover la concientización de las comunidades y cambiar la imagen que tiene la lepra a fin de alentar a los enfermos a que busquen un tratamiento temprano;
  • vigilar el desempeño de los servicios de tratamiento multimedicamentoso, la calidad de la atención dispensada a los enfermos y los progresos realizados hacia la eliminación mediante sistemas nacionales de vigilancia de la enfermedad.

El trabajo incesante y dedicado de los programas nacionales, así como el apoyo constante de los aliados nacionales e internacionales han permitido reducir la carga mundial que representa la lepra. El aumento del poder de decisión de los enfermos leprosos, aunado a su mayor implicación en los servicios y la comunidad, nos permitirá estar cada vez más cerca de un mundo exento de esta enfermedad.

Fuente: OMS

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