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Reproducimos una carta del Comité de Editores de revistas de la Universidad Nacional , a la Profesora Carmen María Romero Isaza Vicerrectora de Investigación Universidad Nacional de Colombia, fechada en Bogotá D. C., 27 de octubre de 2016, en la que expresan sus preocupaciones por la reciente convocatoria de Publindex.
Desde hace varios meses, el comité de editores de nuestra Universidad ha venido definiendo sus alcances y plan de trabajo, con el propósito de cohesionar más nuestros grupos editoriales y que tanto profesores editores como coordinadores y asistentes editoriales, tengan un respaldo institucional más uniforme y mejores herramientas.
Una de las primeras acciones de este comité ha sido el de hacerle seguimiento a la convocatoria 768 de Publindex, con la que Colciencias busca implementar un nuevo modelo para la evaluación y clasificación de las revistas científicas en el país. Ese modelo, en diferentes espacios y momentos, ha sido comentado por varios miembros de la comunidad académica propia y de otras universidades (editores, investigadores y expertos en edición y medición de la producción científica). Algunos de los propósitos del nuevo modelo son positivos pero se ha señalado que tiene problemas conceptuales, técnicos y otros asociados al manejo mismo que Colciencias le ha dado a la convocatoria y a una plataforma Publindex que continúa siendo obsoleta y que no representa ningún valor agregado para los editores, las universidades, las asociaciones o las instituciones que editan revistas científicas. Debido a los problemas de fondo del nuevo modelo Publindex y a la solicitud de información adicional y obligatoria a las revistas (fecha de nacimiento de los colaboradores, documento de identidad, índice H, número Orcid), en el desarrollo de la convocatoria 768, el comité de editores pidió la intervención de la Universidad, a través de la Vicerrectoría de Investigación, y se convocó a una reunión a las universidades que pertenecemos al Centro de Estudios Interdisciplinarios Básicos y Aplicados (Ceiba).
En esa reunión, los representantes de varias de esas universidades, expresaron sus reservas sobre el modelo y la convocatoria, y se tomó la decisión de enviar una carta a la dirección de Colciencias, informando que las universidades que la suscribían, se iban a abstener de participar con sus revistas en la convocatoria Publindex. Esa carta se presentó el 10 de octubre a la directora de Colciencias, Yaneth Giha Tovar, y ese mismo día se hizo una reunión con ella y miembros de las universidades. Luego de la carta y de la reunión, el 13 de octubre, Colciencias publicó en su sitio web una adenda a la convocatoria que propone dos ajustes a los términos de referencia: 1) La creación de un comité de expertos para validar los resultados de la fase diagnóstica y la modificación del cronograma de la convocatoria (el cierre se posterga por ocho días hábiles). 2) La no divulgación de los resultados de la fase de diagnóstica de la convocatoria, y que se menciona como el punto dos en el comunicado que envió la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Nacional a la comunidad universitaria, no es una concesión de Colciencias pues ya estaba previsto así en los términos de referencia.
El diálogo que se estableció con Colciencias es positivo, sin embargo, y a pesar de la adenda a la convocatoria 768, queremos expresar e insistir en las siguientes preocupaciones:
1. Apoyo institucional coherente con las preocupaciones editoriales y discusiones académicas. Las decisiones institucionales sobre la participación o no en el modelo Publindex, deberían tomarse en correspondencia con las preocupaciones de los editores y equipos editoriales de la Universidad, y como resultado de una discusión académica. La adenda a la convocatoria no solucionó ningún problema de fondo del modelo y tampoco de forma, pues Colciencias apenas si modificó la plataforma. En ese sentido, el comunicado que emitió la Vicerrectoría el 18 de octubre de 2016, sugiriendo que se participara en la convocatoria, luego de la adenda, menoscabó el consenso interno y con otras universidades que se había conseguido, y parte del trabajo que se venía realizando para discutir y generar propuestas sobre el modelo Publindex. 2. Alcance y conformación del comité de expertos. Por varios años, se han creado comités de expertos integrados por editores, investigadores o directivas de nuestras universidades, y han participado en sesiones de trabajo para la formulación y actualización de la política de indexación de revistas científicas nacionales. Estos expertos han dedicado su reflexión, consejo, experiencia y muchas horas de trabajo para tal propósito. Sin embargo, hay una percepción generalizada y evidencia de que los resultados del acompañamiento de estos comités no se reflejan en las políticas que promulga Colciencias y, en este caso, en el modelo de indexación que resultó publicado en agosto de 2016. Lanzamos una alerta en ese sentido, y solicitamos, entonces, el respaldo institucional y el de otras universidades, para que la comisión de editores y expertos que se va a conformar sí tenga un papel real, efectivo en la revisión y modificación del actual modelo. También es importante que el comité que propone Colciencias sea representativo de todas las áreas y que la conformen editores universitarios y profesores con conocimientos editoriales y técnicos sobre la evaluación y medición de la producción. 3. Comunicación con Colciencias. La discusión académica y técnica sobre la pertinencia del modelo —sus implicaciones para las revistas de diferentes áreas y la manera como tales proyectos editoriales generan un impacto en la visibilidad del país— se propone de manera posterior a su aplicación. Hemos ya señalado que desde las universidades se han identificado problemas en el nuevo modelo Publindex, que se han compartido con la Dirección de Fomento de Colciencias y que no han sido tenidos en cuenta. Se ha dicho que el nuevo modelo no es incluyente, que hace una medición inequitativa para diferentes áreas, que indicadores como el H no están implementados de manera adecuada y que hay poca claridad de Colciencias sobre estos y otros aspectos técnicos. Estos problemas no son simples puntos de vista que se podrían bien tener o no en cuenta, sino que afectan directamente los resultados de la clasificación. Insistimos, entonces, en que debemos llegar a un consenso sobre la política para poder implementar el modelo de medición y que sí se establezca un diálogo con Colciencias y no un monólogo de parte del comité y las universidades, con unos resultados que no se reflejen en la propuesta final del modelo. 4. Política de comunicación científica. A pesar de los argumentos que sustentan el modelo del nuevo Publindex, no se define claramente cómo un cambio en la política de indexación sirve para posicionar la producción científica y académica colombiana que, además, no se puede equiparar al posicionamiento de las revistas colombianas. Si Colciencias busca mejorar la visibilidad de la producción científica del país desde su objetivo misional de fomento a la ciencia, tecnología e innovación, debería concentrarse en generar impactos reales en su uso, su transferencia, y en la solución de problemas propios. Hay un vacío grande y una necesidad de formular una política efectiva de comunicación científica, que las universidades, asociaciones e institutos editores respalden, validen e impulsen. ¿Cómo lograr, por ejemplo, que los investigadores colombianos usen la producción propia en sus procesos de investigación y docencia, y la referencien? ¿Cómo se podría apoyar desde Colciencias a los proyectos editoriales de revistas, a la consolidación de políticas editoriales institucionales que fortalezcan la postpublicación y el uso de los contenidos? 5. Énfasis del modelo Publindex en aspectos de forma y operativos. La nueva convocatoria de Publindex recayó en un detalle excesivo en sus requerimientos e hizo que la participación implicara una gran carga de trabajo y un desgaste innecesario en los equipos editoriales. Estos procesos de Colciencias son sui géneris, completamente atípicos, pues ningún sistema de indexación y resumen conocido exige la cantidad y la naturaleza de la información que requiere Publindex. La aceptación o rechazo de una revista en el sistema nacional no debería depender de si el editor sube o no una información a una plataforma. El proceso de postulación debería ser sencillo, y Publindex debería estar en capacidad de emitir un resultado con la información que ya está disponible en las revistas publicadas. Si el modelo debe cambiar, los procedimientos también deben simplificarse y modernizarse. 6. Desgaste de los equipos editoriales y política de depuración de Colciencias, no de fomento. Los equipos editoriales de las universidades están desgastados, desmotivados y frustrados con el modelo Publindex, con los vaivenes de la convocatoria, con la comunicación a destiempo de Colciencias, distante de la realidad de las revistas (y del contexto mismo de la convocatoria que ellos formularon), sin profundizar en los efectos del mal funcionamiento y configuración de la plataforma. También, las convocatorias del Publindex demandan recursos adicionales de las universidades, algunas hasta han tenido que contratar personal adicional para responder a estos procesos o permitir que sus editores descuiden la gestión editorial o producción de las revistas. Sumado a esto, la estratificación que genera la clasificación del Publindex y el uso de un proceso de evaluación simple, facilista, sin que considere unos análisis diferenciales por disciplina (y no por gran área del conocimiento, como ahora lo plantea Colciencias, en un indicador H mal usado) es una condena para algunas buenas revistas. Y no nos referimos a proyectos de revista que funcionan bajo un modelo de supervivencia, que probablemente terminarán desapareciendo, sino a revistas que pueden ser importantes para ciertas disciplinas y que contribuyen a la validación del conocimiento mediante procedimientos editoriales y de evaluación serios. El modelo de Colciencias parece estar enfocado en evaluar no para nivelar, fortalecer y fomentar, sino para arrasar. De parte de Colciencias no hay inversión en las revistas, el Índice Bibliográfico Nacional no es, en realidad, un índice ni es posible usarlo como un sistema de información eficiente o de búsqueda sobre los contenidos de las revistas, la indexación que concede no es reconocida internacionalmente, no da prestigio editorial, ni es tenida en cuenta por otros países. En su momento, el Publindex cumplió un papel muy importante, dio orientaciones, mejoró las capacidades editoriales y los proyectos universitarios, pero la actual propuesta, insistimos, no es de fomento sino de depuración.
En el caso de nuestra Universidad, en la que en varias revistas hay unos equipos muy competentes y una experiencia de años en edición científica, se puede también dar, con la estratificación del Publindex, y si algunas buenas revistas desaparecen, un detrimento patrimonial. 7. ¿Para qué el diagnóstico? Derivado del proceso de socialización del nuevo Publindex, es evidente que la Dirección de Fomento ya desarrolló un diagnóstico general de las revistas colombianas, e incluso tiene un concepto detallado de cada una de ellas. No es claro, entonces, con qué intención se propone un análisis con base en los resultados de la aplicación del nuevo modelo. Si se quiere “depurar”, que varios proyectos editoriales de revista desaparezcan, se reorienten y algunos otros se consoliden más, por qué no se plantean unos cursos de acción más claros al respecto y con base en la información que el Publindex ya tiene.
Estas son algunas de las principales preocupaciones que tenemos sobre el Publindex, su nuevo modelo, y el trabajo conjunto que se anuncia en la adenda a la convocatoria. De tal manera, queremos plantear lo siguiente: 1) El comité de editores de la Universidad ha venido preparando la realización de un evento académico sobre procesos de gestión editorial, indexación e impacto. Ante la coyuntura de la adenda y el comité de expertos, vamos a reorientar el evento y convocaremos a un debate nacional sobre el modelo de clasificación de revistas, con una invitación a todos los editores de revistas del país, autores y directivos que quieran participar en la discusión. El debate se realizaría el 23 de noviembre, en el auditorio principal de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad (edificio 310, 9:00am), con unas conferencias de contexto para el análisis, y posteriormente, trabajo por mesas de cada área del conocimiento. Las discusiones que se den en ese evento, se tomarán de insumo del análisis que debe adelantar el comité de expertos, en enero-febrero de 2017. 2) Si el trabajo y las recomendaciones del comité de expertos, con el apoyo de la comunidad académica y de editores universitarios del país, no son considerados en sus puntos esenciales por Colciencias, tendríamos la responsabilidad de convocar a un movimiento nacional de las universidades e instituciones que editan revistas científicas en Colombia, para reconsiderar la participación en la clasificación de 2017.
Cordialmente, Comité de editores Universidad Nacional de Colombia
Con copia. Editores de revistas de la Universidad Nacional de Colombia, universidades adscritas a Aseuc.