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En la Sesión Solemne del día 29 de septiembre, el académico Dr. Robin Germán Prieto Ortiz, presentó su trabajo de promoción a Miembro de Número “El Imperio Bizantino y la plaga de Justiniano”. El Dr. Prieto es médico cirujano de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en Cirugía General de la Pontificia Universidad Javeriana con segunda especialidad en Gastroenterología y Endoscopia digestiva de la Fundación Universitaria Sanitas.
El Dr. Prieto inició su intervención recordando su ingreso como Académico tres años atrás, pocos meses antes de los primeros casos reportados de infección de SARS-CoV2 que se convertiría en la pandemia por COVID-19 conocida por todos; y su posterior participación en la edición especial de la Revista Medicina acerca de las pandemias que han azotado a la humanidad a lo largo de su historia, presentando precisamente la plaga de Justiniano.
No se puede hablar de la Plaga de Justiniano sin antes recordar que a lo largo de la historia han ocurrido muchas pandemias; de acuerdo a la OMS y a INFOBAE con fecha marzo de 2020 las siete plagas que han causado el mayor número de muertes son: 1°.- La peste negra de 1347-1351 con 200 millones de muertos, 2°.- La viruela a.C. -1980 con 56 millones de muertos, 3°.- La gripe española de 1918-1920 entre 40 y 50 millones de muertos, 4°.- La plaga de Justiniano entre 541 y 542 con una estimación de entre 30-50 millones de víctimas, 5°.-El VIH-SIDA desde 1981 con cerca de 25-35 millones de muertes, 6°.-La tercera peste en 1855 con 12 millones de fallecidos y 7°.-La peste Antonina entre el año 165-180 con 5 millones. De acuerdo al registro oficial, la actual pandemia que aún vivimos, registra cerca de siete millones de muertes por COVID-19, por lo que estaría desplazando a la plaga Antonina en el séptimo lugar. Como es habitual en este tipo de situaciones, generalmente ocurre subregistro de los casos; de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el número de muertes por la actual pandemia puede estar cercana a los 15 millones, con lo que estaría ocupando incluso al sexto lugar.
El Dr. Prieto narró los acontecimientos a través de un personaje ficticio y de su hija, quienes pudieron haber vivido en aquella época; pero la información en general se basó en hechos verídicos relatados especialmente por Procopio de Cesarea quien vivió de cerca la plaga y la registró en su libro “Historia de las guerras”; y por Juan de Éfeso quien también vivió para la época en Constantinopla y en su libro “Historia eclesiástica” narra también los hechos.
El relato se dividió en 5 capítulos en donde se narra: 1°. Un día de paseo de la familia protagonista, 2°. El protagonista en el momento en que adquiere la enfermedad, 3°. El protagonista siendo invitado por Juan de Éfeso para visitar Constantinopla, 4°. Observaciones del protagonista en Constantinopla 5°. – Después de la plaga.
Capítulo 1. Un día de paseo
La historia transcurre en Éfeso a finales del verano del 541 y allí los protagonistas Marcos y su hija Ama-Tresi, narran la historia de su familia, conformada por Helena la madre, Mergan el hijo mayor, Juan el hijo del medio y ellos mismos.
La historia familiar en Éfeso comenzó 100 atrás cuando el bisabuelo de Ama-Tresi, que pertenecía a las altas clases de Siria, decidió viajar de pueblo en Pueblo como comerciante buscando llegar a Constantinopla, pero se detuvo en Éfeso por dos razones: allí entabló amistad con un grupo de eruditos, entre los que se encontraba un descendiente de Tiberio Julio Celso Polemeano – mecenas de la biblioteca de Celso- y también por amor, allí conoció a la bisabuela de Ama-Tresi. Éfeso fue fundada por sus ancestros griegos entre el siglo X y IX a.C. y fue una de las ciudades más importantes del Asia menor, se convirtió en un importante sitio turístico y religioso por encontrarse allí el templo de Artemisa, (llamado siglos después, templo de Diana), además era un importante centro comercial, un punto intermedio entre las ciudades del interior y las rutas marítimas.
Éfeso en su época de Gloria tuvo un puerto sobre el Mar Egeo, una ruta que conducía a un imponente teatro con capacidad para aproximadamente 25.000 personas, el templo de Artemisa y la biblioteca de Celso.
El grupo familiar recorre las ruinas de la biblioteca, el teatro y el templo de Artemisa, donde era usual ver familias cargando restos del templo para construir o modificar sus casas, incluso, parte de las ruinas fueron usadas para reconstruir la iglesia de Santa Sofía en Constantinopla. El paseo termina con la promesa de un viaje a Jerusalén el año siguiente para festejar los 15 años de Ama-Tresi.
Capítulo 2. Mi padre enferma
En el relato, Marcos enferma a comienzos del año 542 tras ir al puerto en compañía de un viejo barquero para recibir una mercancía que venían desde Pelusium -uno de los puertos más importantes del Mediterráneo-, en la costa norte de Egipto. Sus síntomas iniciaron esa misma noche: calor y malestar general. Regresa a casa al día siguiente y su esposa observa una hinchazón detrás de la oreja, continuaba el malestar general y adicionalmente presenta una hinchazón en las axilas. Helena preparó a su marido una bebida para la fiebre y ordenó a su hija dormir en la habitación con sus hermanos, alejada de sus padres.
“Después de beber la infusión para calmar la fiebre, mi madre la aplicó los emplastos en toda la cabeza y en las axilas, y notó una pequeña pústula en el brazo derecho, cerca de la mano. Mi padre se durmió temprano, pero durante toda la noche lo oí quejarse; entre sueños hablaba de mi abuelo y decía que algo había regresado de nuevo. Esa noche mi madre tampoco durmió.
Mi madre estuvo días enteros cuidando a mi padre, y algunos días después me contó que todo el cuerpo de mi padre se había llenado de pústulas. Además, le habían salido bubones en la raíz de las piernas. Esos bubones se reventaron al tercer día y de ellos salían como emplastos oscuros de ceniza, cuyo fétido olor alcanzamos a percibir desde la otra habitación. Las costras que empezaban a aparecer, cayeron días después, y finalmente mi padre mejoró del todo. Sólo le quedaron unas pequeñas cicatrices que se veían detrás de las orejas y creo que debía tenerlas también en las axilas y en las ingles”.
El único recuerdo extraño que tenía Marcos del día de su contagio, era la picadura de una pulga en el brazo derecho, que también pico al barquero que lo acompañaba, quién murió días después. La familia festejo la recuperación de Marcos con un banquete, pan con masa de cebada, tortas de harina acompañadas de col, cebollas, espinacas y pescado adobado con especias. Juan eligió lentejas y habas, Mergan queso; todo acompañado de vino tinto y rosado.
Capítulos 3 y 4. Marcos en Constantinopla
Marcos siempre estuvo en contacto con Juan, su primo segundo que en el año 529 fue ordenado como diácono. Cuando Marcos estuvo enfermo Juan vivía en Constantinopla y tenía gran aceptación por parte del emperador Justiniano, por invitación de Juan, Marcos viajó a Constantinopla para entablar relaciones comerciales. Los preparativos del viaje duraron un poco más de una semana y la recomendación de Juan era no viajar por mar porque se oían rumores desde Alejandría y Pelusium de barcos que viajaban con personas que llevaban una nueva enfermedad conocida por pocos. Marcos se despide de su familia y empieza su periplo de Éfeso a Constantinopla bordeando el Mar Egeo y pasando por ciudades como Esmirna -la ciudad natal del autor de la Odisea y La Ilíada-, de lejos en el camino logra divisar las ruinas de Pérgamo, pasa por la ciudad fundada por el emperador Adriano -Hadrianutherae-, luego Pursa, Kios -una de las primeras ciudades en acuñar monedas-, atraviesa el golfo de Nicomedia sin llegar a la ciudad, ahorrando así tres días de camino, Gebze cerca de donde el gran general Aníbal se quitó la vida y la última noche del viaje se hospeda cerca del estrecho de Bósforo que comunica el mar del Norte con el mar de Mármara.
Tras 10 días de viaje Marco entra a la ciudad desde la costa asiática observando perplejo la inmensidad de la ciudad custodiada por más de 6 kilómetros de murallas y torres de hasta 20 metros de alto. Constantinopla fue fundada en el año 324 sobre unas ruinas de aldeas griegas de más de 10 siglos de fundación, en el año 360 culminó la construcción de la iglesia de Santa Sofía, Teodosio dividió el gran Imperio Romano en Occidente y Oriente en el año 395, en el año 476 Occidente cayó en manos de los pueblos bárbaros Germanos. Justiniano subió al Trono en el año 527 y en el año 532 ocurrió la destrucción de la catedral de Santa Sofía, el mismo año se inicia su reconstrucción.
La organización política del imperio es sólida, el Emperador es considerado el delegado de Dios en la tierra, es el jefe supremo de la administración, del ejército bizantino y de la iglesia, siendo además quien nombra a los patriarcas. La burocracia civil está constituida por los funcionarios de la Administración Pública. El ejército es numeroso y cuenta con muchos extranjeros. Y la iglesia bizantina que está subordinada al Emperador.
La organización social está conformada por el Emperador y su familia; la nobleza de la que forman parte los asesores, funcionarios del Emperador, Caballeros y Patricios, que cuentan con beneficios políticos y sociales, ellos son la clase alta. Luego vienen los sacerdotes que promulgan la religión y cuentan con los mismos beneficios de la clase alta, sigue la clase media que son los comerciantes y que a pesar de pagar impuestos tienen escasos beneficios y finalmente la clase trabajadora, es decir, los campesinos y trabajadores que sirven a la autoridad del imperio y que son los que más impuestos pagan.
El verdadero nombre de Justiniano era Petrus Sabbatius, nació en el año 482 en una pequeña aldea de Macedonia llamada Tauresium, fue adoptado por su tío Justino quien era miembro de la corte y de la guardia Imperial y recibió educación en Jurisprudencia, Teología e Historia. Por su conocimiento en las artes de la guerra y con el apoyo de varios cortesanos, a la muerte de su predecesor fue nombrado nuevo emperador, adquirió el nombre de Justiniano.
Durante su gobierno, Justiniano restableció los antiguos límites imperiales, reconquistó el reino vándalo en el África septentrional, recobró las Islas baleares, Córcega y Cerdeña, encomendó la compilación de la antigua jurisprudencia codificando el derecho romano. En el año 532 los verdes y los azules que eran los partidos políticos de la época se unieron para protestar en contra de las reformas propuestas por Justiniano y ocurrió la gran revuelta de Niká, en ese momento Justiniano pensó en abdicar, pero su esposa Teodora, una mujer recia y fuerte, hizo que Justiniano retomara el poder militar a través de sus dos principales generales, Belisario y Mundó.
También formaban parte de la corte, Juan de Éfeso, sacerdote muy cercano a Justiniano y Procopio quien en el año 527 se convirtió en el asesor de Belisario a quien acompañó durante todas sus batallas, incluso durante la revuelta de Niká. Otros dos personajes importantes eran Flavio Belisario, el general más famoso del Imperio Romano, de Oriente o Bizantino y protagonista militar de la expansión del imperio en el Mediterráneo occidental durante el reinado de Justiniano y Teodoro uno de los principales funcionarios de Constantinopla quien fue nombrado por Justiniano como Refendarii para tomar medidas y solucionar el problema de la peste. Para ese momento Constantinopla contaba con cerca de 400.000 habitantes.
En un gran banquete Juan tuvo la oportunidad de presentar a Marcos ante el Emperador y allí también conoció a su esposa Teodora, a Belisario, a Mundó, a Teodoro y a Procopio. En esta misma celebración, Justiniano nombró a Juan cabeza de la iglesia monofisita, con la misión de convertir a los paganos de toda el Asia, y a Teodoro como el Refendarii para que se encargará de todo lo relacionado con la extraña nueva enfermedad. Marcos se dedicó los días posteriores a entablar relaciones comerciales y justo cuando estaba planeando su retorno a Éfeso, Procopio lo abordó para hablarle de la enfermedad que había llegado por el puerto desde Pelusium y se propagaba rápidamente. Al mencionar los síntomas de pústulas, bubones, fiebre y confusión mental, supo que los síntomas que había tenido correspondían a esa enfermedad.
La medicina bizantina para la época se consideraba de tres tipos: una mágica, una religiosa y una técnica o secular y las tres coexistían y se interrelacionaban en la vida cotidiana de Constantinopla. Funcionaban desde antes del año 500 tres casas para la atención de los enfermos, se construyeron otras más pero no daban abasto, entre otras circunstancias porque los mismos médicos y enfermeros morían por la plaga. Inicialmente los muertos se depositaban en barcos y eran enviados a altamar, pero no fue suficiente y tuvieron que cavar fosas comunes, al norte del cuerno, al otro lado del mar.
Creían que la clave de la enfermedad eran los tumores. Los médicos habían visto que en los casos en que el tumor se inflamaba y crecía supurando, los pacientes se curaban, porque la gravedad del carbunco remitía y la mayoría de veces era señal de que la salud se iba a recuperar, pero cuando el tumor mantenía su aspecto, sobrevenían los procesos malignos que conducían a la muerte. Algunos de los sobrevivientes presentaban secuelas físicas o mentales, la plaga afectaba tanto a las zonas rurales como a las ciudades, y atacaba a ricos y pobres por igual.
El mismo Emperador Justiniano cayó enfermo, y ante la poca mejoría que mostraba, los médicos aceptaron el tratamiento sugerido por Marcos, es decir las infusiones y emplastos con los que Helena lo había ayudado a sanar. Ya fuera por el tratamiento médico, las oraciones de Juan, o la ayuda de Marcos, Justiniano sobrevivió y Marcos retornó a Éfeso, junto a su familia.
Hoy día, es claro que esta plaga se originó en Asia, pasó a África, luego a Constantinopla y posteriormente se extendió por toda Europa, se conoce el nombre de la bacteria que la causa, descubierta en el año de 1894 y es claro que fue transmitida por las pulgas después de picar a las ratas. A lo largo del siglo V y VI ocurrieron cerca de 20 oleadas de esta plaga, la primera entre el año 541 y 548 y la segunda empezó en el año 558. Han ocurrido tres grandes brotes de esta plaga, la plaga de Justiniano, la peste negra y la peste de Hong Kong.
Capítulo 5. Después de la peste
En el verano del año 542, la peste abandonó la ciudad de Constantinopla. Murió casi la mitad de la población. En el año 543 y 544 la maldición pasó a la región occidental llegando a Hispania y hasta las Islas británicas. Las tropas se vieron diezmadas y debilitadas por la enfermedad. Esta peste duró hasta el año 548.
En esos años, el emperador decretó mandatos de emergencia protegiendo el aparato administrativo, promulgó leyes concernientes a los derechos y deberes de los herederos de quienes morían sin testamento y otras que favorecían a los banqueros y prestamistas, regulando las deudas contraídas antes de la plaga.
Los efectos económicos fueron catastróficos, las actividades comerciales ya no existían, los grandes asentamientos dedicados a la agricultura, vital para el Imperio, estaban devastados; los ingresos por impuestos disminuyeron de forma dramática a pesar de que el Imperio debió disminuirlos hasta en un tercio; incluso la corte entró en austeridad.
A comienzos del año 558 Ama-Tresi concluye su relato de esta forma:
“…mi padre regresó muchas semanas después de su partida, ese año no pudimos realizar el viaje que tanto soñábamos, pero en el año 550 toda la familia viajó a Jerusalén, pocos meses después mi padre murió, vomitaba sangre y se adelgazó mucho. Le salió una bola encima de la clavícula izquierda, pero no era un bubón, murió de un mal de los humores de la bilis, según dijo Mergan; estaba por cumplir 47 años.”
El año 558 acaba de empezar, me encuentro en Atenas y tengo noticias de que la peste ha regresado a Constantinopla, Mergan se ha convertido en médico de la corte, pero con la despensa de Justiniano ayuda en una casa de enfermos que es patrocinada por mi hermano Juan quien ahora es sacerdote, ambos han sido apadrinados por Juan de Éfeso quién los quiere como a sus hijos, especialmente después de la muerte de mi padre. Hace muchos años, aquel hermoso día de paseo en Éfeso le pregunté a mi padre en la biblioteca porque me había puesto este nombre, cuando estábamos en las ruinas del templo me dijo, hija sabes que me encanta la historia y en nuestra mitología griega la diosa Artemisa representa lo salvaje, lo independiente la fuerza y la belleza superior, es la diosa de la fertilidad, la casa y la guerra y formé tu nombre con las mismas letras de ella, porque así serás tú. Me llamó Ama-Tresi y en pocas horas zarparé de Pireo para encontrarme con mis hermanos en Constantinopla y juntos enfrentar la reaparición de esta plaga que apenas empieza”.
Agradecimiento especial del autor a Jordina Sales-Carbonell, historiadora y arqueóloga española por su orientación en este recorrido.
COMENTARIO DE ORDEN
A cargo del Dr. Michel Faizal, médico cirujano de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en Dermatología de la Universidad Nacional de Colombia y en Cirugía dermatológica y Dermatología tropical de la Universidad de Sao Paulo. Profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia.
La peste, peste negra o peste bubónica, devastó a la humanidad en varios periodos de la historia; tal vez la misma enfermedad en diferentes periodos, en el 542 como la peste de Justiniano, en 1300 la peste negra y en 1984 la tercera gran pandemia o la tercera gran epidemia. Se conocía muy poco de la enfermedad hasta que dos investigadores, Alexandre Yersin y Kitasato Shibasaburo en 1984 a raíz de la peste de Hong Kong, descubrieron el agente infeccioso de la enfermedad. Se transmite a través de las pulgas consideradas como uno los principales transmisores de la enfermedad, después de picar las ratas. La enfermedad como tal puede tener tres diferentes cursos o formas: la peste bubónica que corresponde al 80 – 95%; la forma septicémica y la forma neumónica. En la forma septicémica y la neumónica, la mortalidad era mucho más alta, casi el 100% de los pacientes de esa época morían bajo esta condición.
Se transmite al hombre por la picadura de la pulga, pasa un periodo de incubación corto de dos días, viaja a través del torrente sanguíneo a los ganglios linfáticos causando inflamación, adenitis o linfadenitis, hay una eclosión de los ganglios linfáticos y posteriormente una diseminación hematógena causando una falla multisistémica hasta llegar a la muerte, sin embargo, todo el ciclo completo de esta enfermedad puede tomar 39 días, de ahí el origen de las cuarentenas.
La forma de la enfermedad llamada septicémica es mucho más grave, y posiblemente no se transmite por la picadura como tal, sino también por las vías aéreas como la forma neumónica de la enfermedad. Se cree que el primer caso que llegó a América o Suramérica a través de un cargamento de arroz que salió de la India y llegó a Rotterdam, luego a Montevideo donde aparecieron los primeros casos en 1899 y de ahí se disemino por Suramérica. Entre 1913-1915 aparecieron en el norte de Colombia unos casos donde los pacientes fallecían de una forma neumónica, algunos consideraron que correspondía a esta peste la cual fue descartada luego de estudios realizados por los bacteriólogos de la fundación; a través de los años no han ocurrido más casos en Colombia y esto lleva a pensar en que posiblemente la enfermedad nunca afecto al país.
El Dr. Faizal terminó su intervención haciendo un recorrido por la historia personal del Dr. Robin Prieto y le dio la bienvenida como nuevo Miembro de Número a la Academia Nacional de Medicina.
El Dr. Robin Germán Prieto Ortiz pertenece a la Asociación Colombiana de Cirugía, a la Asociación Colombiana de Gastroenterología, a la Asociación Colombiana de Endoscopia Digestiva, a la Asociación Americana de Gastroenterología, a la Sociedad Americana de Endoscopia Gastrointestinal y a la Federación Latinoamericana de Cirugía.
Es autor de múltiples publicaciones nacionales e internacionales en artículos, capítulos de libros médicos y poemarios.
La narración completa puede verse en: El Imperio Bizantino y la plaga de Justiniano
Resumen de la Sesión, Victoria Rodríguez G., responsable de plataformas digitales en la ANM.