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Hoy es un día para recordar a un gran ser humano, el médico francés Albert Schweitzer quien vió la luz el 14 de Enero de 1875. Schweitzer nació de una familia culta; su padre era un reconocido pastor protestante y era primo de otro gran filósofo francés Jean Paul Sartré. Creció en medio de los libros y la música. Con el pasar del tiempo desarrolló una personalidad versátil integrada por múltiples talentos y con los años se hizo arquitecto, políglota, escritor, filósofo y llegó a ser considerado el mejor organista clásico de toda Europa, especialista en Bach, y un gran erudito sobre la obra de Jesucristo y de la historia de la civilización. Se dice que de niño recibió una rígida formación religiosa, y que derivado de ello inventó su propio padre nuestro, pues cuando lo rezaban y decían “Danos hoy nuestro pan de cada día”, él, oraba en voz baja: “No es justo que nos des todo el pan a quienes todo lo tenemos, Señor. Acuérdate también de los otros, de los que sufren, de los que tienen hambre. Dales a ellos, también, el pan. Y cuida al buey y a la hormiga y a todos los seres vivientes. Que nadie les haga daño y que puedan dormir en paz.”
Ya mayor, y luego de conversar con dos amigos italianos de las inhumanas condiciones en que vivían las poblaciones negras en el Africa, de sus enfermedades y dolores, de la explotación que sufrían, esa misma tarde le dijo a su amada esposa Helena Bresslau, que estudiaría medicina y siete años despues, al día siguiente de su grado como médico, viajó con ella a Gabón, al África ecuatorial y allí, inicio su primer consultorio con un letrero que decía: “Consulta médica gratuita.” Este gran hombre renunció a todo, a la fama y la riqueza que había logrado como arquitecto, intelectual y músico para consagrar su vida como médico a los más pobres, necesitados, vulnerables y olvidados del África, logrando penetrar en lo más recóndito del alma humana y ser considerado el primer blanco que llegó al Africa sin un fúsil o un látigo y alejado de intereses mezquinos y por ello, ser reconocido como el primer misionero médico que le enseño al mundo la importancia de servir desinteresadamente y el hecho que los seres humanos estamos solitarios frente a la inmensidad del universo.
Desarrolló su filosofía, basada en el respeto por la vida, a través del noble ejercicio de nuestra profesión, la medicina y cuentan que aún hoy, en las noches Africanas, se escuchan voces y tambores que piden que ojalá nazcan hombres como Albert Schweitzer al menos uno cada mil años, niños y niñas que por suerte, nacen para orgullo de la humanidad.
Albert Schweitzer fue galardonado en 1953 con el Premio Nobel de la Paz por su misión médica en el Africa, donde murió tranquilo y feliz y dejándonos esa gran enseñanza de lo que debe ser un proyecto de vida y que su grandeza radicó no tanto en lo que hizo en favor de los demás, sino lo que los demás pudieron hacer gracias a él. Su ejemplo representa una fuerza moral para el mundo, mayor que la de millones de hombres armados para la guerra. Un gran ser humano el médico de Lambaréné ciudad de Gabon y en donde hoy existe un gran hospital que lleva su nombre.
(Enviado por el académico David Vásquez Awad).
Nota. En los Estados Unidos llaman “All American” al que es bueno en todo, juicioso, estudioso y bueno en deportes. De esto último no se menciona nada destacado en la vida de Schweizer pero fue con seguridad un gran caminador, Se puede comparar en algunos aspectos con la Madre Teresa de Calcuta, también religiosa y Nóbel de Paz. Dueño de una gran compasión por los que sufren, escogió al final la medicina, y el continente pobre, para completar su misión. Líder práctico de los derechos humanos, se interesó muchoi por la figura humana de Jesucristo, y más que teólogo podríamos llamarlo cristólogo, Contribuyó al conocimiento crítioo de las sagradas escrituras y de los evangelios, siguiendo los trabajos de Raimarus, que inició un proceso de desmitificación de la historia sagrada, y que humanizó el legado de Jesús de Nazareth. Si hubiese sido católico lo llamarían santo, pero fue un ejemplo para los misioneros. Recuerda a Rau, pediatra de gran cultura y dueño de una importante colección pictórica hoy en poder de la Unicef, quien también se preocupó por ser misionero en África, al igual que el sacerdote San Daniel Comboni, fundador de una orden religiosa misionera.
Excelente! Desde niño leí sobre Albert Schweitzer y siempre he vivido conmovido en mis sentimientos y alma por la misión de ese gran ser humano en la tierra, gran ejemplo! Después de nuestro señor JESUCRISTO este es uno de los grandes!