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El sentido del tacto es parte del movimiento y es un sistema fundamental inherente al ser humano como ser relacional y emocional, manifiesta la Dra María Fernanda Rebellón Aldana , fisioterapeuta, experta en salud pública y con 30 años de trayectoria laboral.
El tacto no se limita a la piel y existe una clara diferencia entre sensación y percepción. La sensación es la detección de información por parte de los receptores sensoriales, alojados en los órganos sensoriales fuera del cerebro, mientras que la percepción es la organización, integración, reconocimiento e interpretación de esa información en nervios y cerebro. El movimiento es la base del aprendizaje y estos procesos son cruciales para comprender la base orgánica de nuestros sentidos.
No somos particularmente conscientes del tacto pasivo que es un poco mecánico pero si del activo que nos lleva a tener interacción con el medio. Como seres únicos, el umbral de cada persona determina la cantidad de estímulos que necesita para responder al tacto y la sensibilidad nos permite organizar aquello que nos da la percepción. Esto es esencial para comprender la pirámide de integración sensorial.
El sentido del tacto, a menudo se pasa por alto en favor de los sentidos más prominentes de la visión y el oído. La pandemia relegó aún más al sentido del tacto pero también puso de relieve su importancia y la necesidad de volver a enfatizar su papel en nuestras vidas. La pandemia aceleró cambios en la educación y la tecnología, que han tenido impactos tanto positivos como negativos. Es diferente la experiencia táctil de leer textos físicos a los digitales. La experiencia táctil es más rica e inmediata y esto puede observarse por ejemplo, en las personas con discapacidad visual y el papel del tacto en el uso del Braille.
El tacto puede usarse para construir conexiones y relaciones, pero también puede ser una fuente de tabú y prohibición. Tiene una naturaleza compleja y matizada, puede ser un vehículo para experiencias tanto positivas como negativas, la intimidad, la sexualidad y el abuso, de allí la necesidad de respetar el contexto y los límites de cada individuo.
El contexto es cambiante, dinámico y específico. Van Rensselaer Potter II, pionero de la ética global, afirmó que necesitamos varios tipos de ética, de la tierra, la naturaleza, la población, el consumo, las áreas urbanas, el suelo, la internacional , etc., pues todos estos problemas requieren acciones basadas en valores y hechos biológicos, ya que somos seres vivos. Todos ellos involucran la bioética y la supervivencia del ecosistema.
Entender el contexto es fundamental, las condiciones económicas, sociales, culturales para todos son diferentes y requieren enfoques diferentes.
Charla en el marco de la sesión BIOÉTICA Y ÉTICAS PARALELAS – ICEB
Nota. Victoria Rodríguez G. Comunicaciones Academia Nacional de Medicina