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El 14 de abril de 2015 fue el día de la ENFERMEDAD DE CHAGAS. Aunque es una enfermedad de la que se habla relativamente poco, el Chagas es un importante problema de salud pública con graves implicaciones en la salud, la calidad de vida y la economía de casi seis millones de personas en todo el mundo. Según estudios recientes, alrededor de un millón de infectados vive en la Región Andina y cerca de 500 mil, en Colombia. Anualmente cerca de 12 mil personas mueren por causa de esta enfermedad en todo el mundo, principalmente, por no poder acceder al diagnóstico y al tratamiento adecuado. “El Chagas existe: Es endémica en el continente americano, hay insectos que la transmiten y las personas infectadas son reales. Son millones de personas en todo el mundo y menos del 1% son tratados. Por eso tiene que haber políticas e iniciativas claras de búsqueda activa de la enfermedad para que estas personas puedan tener acceso al tratamiento de forma oportuna”, afirma la doctora Carolina Batista, directora médica de la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi, por sus siglas en inglés de Drugs for Neglected Diseases Initiative), organización sin fines de lucro con sedes en Suiza y Brasil.

Pese a que son cuantiosas las pérdidas ocasionadas por la enfermedad en vidas humanas, en la productividad de las personas infectadas y, por ende, en la de los países; y a que el impacto en la economía de los pacientes y de los servicios de salud es considerable, el Chagas es una patología que permanece olvidada, mientras asola silenciosamente a quienes la padecen, en su mayoría, habitantes y personas oriundas de zonas rurales pobres de Latinoamérica.

La Enfermedad de Chagas en Colombia

Estudios recientes estiman que el 47.5% de los 958.453 infectados en la Región Andina proviene de Colombia, porcentaje que corresponde a 437.960 personas. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud- OMS, Colombia es el tercer país del continente con más casos de transmisión a través del insecto (5.274), después de México (6.135) y Bolivia (8.087). En el país, los departamentos con más presencia de casos de Chagas son Amazonas, Arauca, Casanare, Boyacá, Cesar, Cundinamarca, Magdalena, Santander, Norte de Santander, Tolima, Huila y Meta, debido a la presencia de “pitos” o insectos contaminados. Según expertos, los costos del tratamiento de un paciente colombiano que sufre de Chagas como enfermedad crónica oscilan entre US$46,4 (COP$116.000) a US$7.891 (COP$19.800.000) al año, en función de la gravedad de su estado y del nivel de atención en salud utilizado. A nivel mundial, se estima que, durante su vida, una persona infectada representa en promedio un costo de US$3.456 (COP$8.700.000) por concepto de servicios de salud y de los años de vida improductivos como consecuencia de la discapacidad.

Varios estudios consideran que los costos del tratamiento oportuno para un paciente con Chagas son inferiores a los costos relacionados con el avance de la enfermedad. Voluntad política y liderazgo regional, claves para controlar la Enfermedad de Chagas.  Mantener controlada esta patología y evitar el deterioro de la calidad de vida o la muerte de las personas infectadas dependerá, según expertos, de la voluntad política de los países más afectados, así como de las posibilidades de acceso y el compromiso económico para con su diagnóstico y tratamiento. “Tiene que haber consenso y voluntad política para enfrentar la enfermedad”, afirma la doctora Andrea Marchiol,coordinadora de proyectos de DNDi para la Enfermedad de Chagas. “Cuando ese consenso ya sea importante y todos los niveles de decisión se hayan apropiado de él, se deben planear políticas activas, como protocolos de diagnóstico y tratamiento claros que estimulen e impliquen a la comunidad médica en la búsqueda activa de las poblaciones afectadas. Hay que conseguir que los médicos piensen en la Enfermedad de Chagas desde el punto de vista de un diagnóstico diferencial, centrado en el paciente”.

Estrategias como la inserción de la Enfermedad de Chagas en los sistemas de atención primaria en salud de todos los países latinoamericanos, la detección temprana y la garantía de acceso a medicamentos pueden generar cambios sustanciales en el acceso al tratamiento. Hacer que el Chagas deje se ser una enfermedad tan olvidada como las personas pobres e invisibilizadas que la padecen debería movilizar a todos los sectores que pueden y deben sacarlos del olvido.

Sobre la enfermedad de Chagas

Esta Enfermedad se transmite, principalmente, por la picadura de un insecto conocido coloquialmente en Colombia como “pito” o “chinche”, que suele estar presente en viviendas de construcción precaria, con suelos de tierra, techos de palma y paredes de bahareque. Cuando el insecto se alimenta con sangre de un organismo infectado por el parásito Trypanosoma Cruzi y luego pica, deja en la picadura sus heces infectadas. Al rascar, tras el escozor derivado de la picadura, el parásito proveniente de las defecaciones penetra en la sangre y la persona es contaminada. El Chagas –que debe su nombre a su descubridor, el médico brasileño Carlos Chagas- también puede transmitirse por transfusión de sangre o transplante de órganos contaminados; por transmisión madre-hijo durante el embarazo, si la mujer padece la enfermedad, y por vía oral.

Esta enfermedad tiene una fase aguda inicial, que normalmente presenta síntomas no específicos y generales, entre los cuales algunos de los más frecuentes son fatiga, dolor de cabeza, pérdida de apetito, diarrea, vómitos, inflamación de los ganglios y fiebre. Si no recibe tratamiento durante esa fase, el paciente puede entrar en una fase crónica sin saberlo, pues no presenta síntomas, pero sí ocasiona daños severos a largo plazo, como cardiopatías y agrandamiento de esófago o colon, que pueden prolongarse durante el resto de su vida e, incluso, ocasionarle la muerte. La Enfermedad de Chagas es prevenible y tratable tanto en la fase aguda como en la crónica, pero, si no se diagnostica a tiempo y se trata adecuadamente, puede ser mortal. Sin embargo, se estima que menos del 1% de los infectados accede al tratamiento. “Existen barreras como la falta de lineamientos y protocolos claros de diagnóstico y tratamiento en los países, la no inclusión de la enfermedad en la sanidad pública, la falta de formación especializada de los profesionales de la salud; la falta de acceso a los medicamentos antiparasitarios específicos para tratar la enfermedad o ausencia de estos en las listas nacionales de medicamentos esenciales, además de la ausencia de atención integral”, dice Marchiol. “También hay un gran desconocimiento de los pacientes de su derecho a ser diagnosticados y a recibir tratamiento, además de que algunos de ellos prefieren la medicina tradicional, por encima del tratamiento médico”, añade.

Sobre DNDi

La Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (Drugs for Neglected Diseases Initiative– DNDi) es una organización sin ánimo de lucro de carácter colaborativo y orientada a las necesidades de los pacientes que desarrolla proyectos de Investigación y Desarrollo (I+D) para desarrollar medicamentos para tratar Enfermedades Olvidadas. Se llama así a las enfermedades que, pese a que representan un problema global de salud pública (como la malaria, la enfermedad de Chagas, la enfermedad del sueño, la leishmaniasis, entre otras), no están dentro de las prioridades de las industrias farmacéuticas, pues son padecidas por personas con bajo poder adquisitivo y capacidad de influencia política, por lo que no generan un retorno financiero para estas industrias, cuyo principal objetivo es el lucro. DNDi trabaja para promover la toma de conciencia sobre las enfermedades extremadamente olvidadas y lucha por un aumento del compromiso por parte del sector público, considerando que es fundamental el liderazgo político para definir las prioridades de la salud global, estimular la I+D, crear mecanismos de financiación sostenible, y garantizar el acceso equitativo a los medicamentos esenciales.

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