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Los Académicos Robin Prieto Ortiz y Pedro Ibarra Murcia analizan, el primero desde su experiencia llegando al campamento base a 5.360 metros de altura,  y el segundo desde su conocimiento como fisiólogo que significa llegar al Everest.  

La expedición.

Las montañas representan firmeza, altura, cercanía al cielo, de allí desciende el agua que es vida. Desde 1808 los británicos pretendían establecer cuál era la montaña más alta del mundo y en 1852, Radhanath Sikhdar miembro del servicio de Topografía Trigonométrica de la India, descubrió el pico más alto de todos en Nepal, en ese momento se estimó que tenía 8.839 metros. En 1865, la Sociedad Geográfica Real de Inglaterra estaba buscando un nombre para el Monte y fue postulado el de George Everest quien había sido Topógrafo General de la India. A mediados del siglo XX se estableció que la altitud real era de 8.848 metros.

Inicialmente no se permitía la escalada para ciudadanos extranjeros pero desde 1921 Nepal lo permitió. Una de las primeras expediciones estaba comandada por el Coronel Charles Howard quien en compañía de otro expedicionario de nombre George Mallory alcanzaron los 7.000 metros. Mallory regresó en junio de 1924 con Andrew Irvine e intentaron alcanzar la cima por el collado norte, llegando a los 8.230 metros acompañados por 4 porteadores, al día siguiente se aventuraron a seguir escalando. La última vez que fueron vistos habían alcanzado los 8.526m pero nunca regresaron, así que no hubo forma de comprobar si lo habían logrado. El cadáver de Mallory sólo fue hallado 75 años después en 1999. 

La primera cumbre en el Everest fue registrada en 1953 y se logró como resultado de un esfuerzo enorme. Una expedición británica dirigida por el coronel John Hunt, supuso la materialización de un sueño que tuvo muchos meses de organización. Gran Bretaña se propuso conquistar el Everest así que Hunt dispuso de todos los medios a su alcance, 363 porteadores, 20 guías y varios alpinistas conformaban la expedición, pero sólo dos lograron esa anhelada meta. Edmund Hillary (Neozelandés) y su acompañante Tenzing Norgay (nepalí) pasaron a la historia como las dos primeras personas en lograrlo. Se estima que solo el 29% de todos los intentos de llegar a la cima han sido exitosos y de ellos sólo el 2% lo ha logrado sin ayuda de oxígeno. 

Para llegar se debe soñar, planear y trabajar de acuerdo con el Dr. Prieto. El Académico señala que no es una experiencia para cualquiera, se requieren ciertas características, además del tiempo, los recursos económicos y la disposición para vivirla. La mezcla de culturas, las dificultades en el terreno, la desconexión con la tecnología, el clima extremo y la precariedad en recursos como el agua, son condiciones a tener en cuenta. 

La paciencia es clave, son días en los que se avanza poco a poco, caminando por tramos para lograr la aclimatación a la altura con cada recorrido.  Es el acercamiento a una cultura completamente diferente en sus costumbres, alimentación y forma de vida que debe ser asimilada por los visitantes. 

La aventura no está exenta de riesgos, el aeropuerto de Lukla ubicado a 2.860 ms de altura, tiene una pista de solo 450 mts y se ubica entre un precipicio y montañas, es considerado el más peligroso del mundo. 

Los montañistas están expuestos a riesgos por deshidratación, insolación, caídas, fracturas e incluso la muerte. Los edemas cerebrales y pulmonares son frecuentes y una pronta evacuación puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. El trabajo de los porteadores, de aquellos que trabajan en los campamentos, de los equipos de rescate y de quienes organizan las expediciones es indispensable para completar la experiencia exitosamente.  

La Fisiología.

El Académico Dr. Ibarra Murcia analizó el impacto fisiológico de la alta montaña. Un estudio de 2009 que midió los gases arteriales y el contenido de oxígeno en 10 escaladores del Monte Everest -en diferentes tramos del trayecto-, a 5.300 m,  a 6.400 m, a 7.100 m, y a 8.400 m. arrojó como resultado que la saturación de oxígeno desciende a medida que se avanza en altitud, llegando a 54 para 8.400 m. que resultaría  alarmante en otras condiciones, la presión parcial de Oxígeno desciende a 24.6, que a nivel del mar normalmente podría estar alrededor de 95.

Según la fisiología, la absorción del oxígeno por parte de nuestro organismo se basa en el paso del Oxígeno del aire que tenemos en los alvéolos pulmonares a la sangre, donde se une a la Hemoglobina para ser transportado a todas las células. El paso de Oxígeno del alvéolo a la Sangre está ligado a la presión parcial del Oxígeno, con lo que una disminución de la Presión Atmosférica trae consigo una disminución de la presión parcial de Oxígeno y ello a su vez disminuye el paso de Oxígeno a la Sangre.

Las personas que han logrado llegar a la cumbre tienen una preparación para aclimatarse por semanas para conseguir esa ventaja fisiológica que les permita ascender. Al faltar el oxígeno el cuerpo busca compensarlo aumentando por ejemplo el gasto cardiaco, por eso es común que en alturas como las de Cusco a 3.400 m. el mate de coca sea una bebida común. El mate funciona como un inotrópico+ para mejorar el gasto cardiaco y compensar la disminución en la oxigenación.

También hay cambios respiratorios, aumentando la frecuencia en relación a la altitud alcanzada. La aclimatación es un proceso muy importante para los montañistas y estar atentos a cualquier síntoma puede indicar que ese es su límite y que deben regresar a un campamento a menor altura. Un descenso tardío puede ser el último en sus vidas. 

La travesía del Dr. Robin Prieto en: EVEREST CAMPAMENTO BASE, REFLEXIONES SALUDABLES

Nota-resumen de la Cátedra. Victoria Rodríguez G., Comunicaciones Academia Nacional de Medicina

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