Visitas: 110

ACADEMIA DE MEDICINA ACONSEJA AL GOBIERNO SOBRE PESTE BUBÓNICA EN COSTA COLOMBIANA

Bogotá. La Academia Nacional de Medicina afirmó que la epidemia aparecida en la Costa tiene todas las características de la peste bubónica y sugirió al gobierno colombiano que tome todas las medidas urgentes y acate lo que indique el Consejo Superior de Sanidad, para evitar su propagación en el país. Cuba es un ejemplo de pronto actuar, ya que gracias a su diligencia se evitó que la isla completa se contagiara. Esta noticia apareció en el diario El Tiempo, del 27 de mayo de 1914, es decir hace un siglo.

La peste negra o bubónica es una enfermedad que rápidamente se convertía en epidemia y pandemia, cuya etiología es la bacteria Yersinia pestis, transmitida por picadura de pulgas presentes en roedores. En febrero de 1914 se detectaron en La Habana 25 casos de peste en humanos, de los cuales murieron seis para un 24% y dos casos en pueblos cercanos. Un mes después se pudieron detectar dos ratas pestosas en esa ciudad. Así mismo, en Santiago de Cuba, en junio de ese mismo año, se detectaron 10 personas con peste y cuatro en pueblos aledaños, y un mes después se detectó la peste en tres ratones.

La peste que se introdujo en Cuba procedía de las Islas Canarias que a su vez fueron afectadas por personas y ratas procedentes de Barcelona, España. Afortunadamente ni en Cuba hubo más casos y en San Pedro de Macorís (República Dominicana) no entró la peste con las medidas de prevención tomadas. En los países del vecindario (incluida Colombia) se tomaron medidas preventivas para evitar la peste, que ha sido por siglos un victimario de la humanidad. Entre estas estaban la guerra a muerte a las ratas, pagándose en los municipios una suma de dinero por cada ejemplar muerto entregado, el uso del suero de Yersin y la cuarentena a los infectados.

Los acontecimientos ocurridos entre 1913 y 1914 produjeron confusión, por considerarse deficientes los métodos bacteriológicos utilizados en los tres laboratorios existentes en Colombia, todos privados: el de Federico Lleras Acosta en Bogotá, Juan B. Montoya en Medellín y de la United Fruit en Barranquilla. Un médico americano que vino consideró que no había tal peste, como afirmaban los médicos colombianos, pero había duda de que si se trataba de calmar el miedo de los comerciantes, lo que afectaba el comercio con los Estados Unidos.

Médicos de la Academia Nacional de Medicina, como Pablo García Medina, quien fue Presidente de la Institución, igualmente lo era del Consejo Superior de Sanidad y de la Junta de Higiene, jugaron gran papel en estas fechas. También Federico Lleras Acosta (quien era presidente de la institución cuando murió en Marsella, Francia), Luis Zea Uribe y médicos de la costa como Calvo, Insignares, De la Hoz, Arango y Mendoza, entre otros.

¿Rumores, miedo o epidemia? La peste de 1913 y 1914 en la Costa Atlántica de Colombia

Jorge Márquez Valderrama

A fines del siglo XIX, el comercio internacional y la navegación a vapor facilitaron la tercera pandemia de peste bubónica que comenzó en China en 1891 y llegó al continente americano en 1898. Este flagelo parece haber tocado las costas colombianas entre 1913 y 1915, en pleno auge de la medicina pasteuriana. Las deficiencias del aparato científico-sanitario estatal colombiano, basado en la bacteriología y la epidemiología nacientes no le permitieron al Estado y al cuerpo médico responder al miedo y a los rumores de epidemia que lograron afectar negativamente el comercio. Tampoco pudieron las autoridades enfrentar el problema con medidas apropiadas para el diagnóstico, el tratamiento de pacientes, el saneamiento urbano y el aislamiento de los lugares contaminados. Estas dificultades provocaron una confrontación entre el Estado y el cuerpo médico, suscitando una discusión sobre la real existencia de la peste. Esta discusión fue zanjada por la medicina oficial norteamericana que, en su veredicto, dio preferencia a los intereses comerciales de Estados Unidos, ignorando las urgencias. História, Ciências, Saúde — Manguinhos, vol. VIII (1): 133-71, mar.-jun. 2001

Ver artículo completo en: http://www.scielo.br/pdf/hcsm/v8n1/a07v08n1.pdf 

Loading

0 0 votes
Article Rating
Share This