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Recientemente falleció a los 85 años el Académico de Número, Alberto Hernández Sáenz, medico javeriano egresado en 1956. Se especializo en pediatría en Washington University de San Luis, MO. Hizo estudios en la Universidad de Harvard, vinculándose al Departamento de Pediatría del Hospital San Ignacio de Bogotá como profesor de la especialidad y neonatólogo. Fue de los primeros en establecer la exsanguino transfusión en la prevención del kernicterus, y realizó un estudio sobre medición de la tensión arterial en los recién nacidos, el que fue publicado en la revista Universitas Medica de la Javeriana. También se vinculó a la consulta externa del Hospital Militar Central de Bogotá. Fue el primero en informar casos de galactosemia en el país, trabajo con el cual ingreso a la Academia Nacional de Medicina a principios de los años ochenta, de la cual fue luego miembro de número y secretario general. Dedicó gran parte de su vida a estudiar el llanto de los bebés desde que nacen hasta que cumplen dos años, intentando reconocer en cada manifestación un elemento de diagnóstico. “El llanto es un lenguaje apasionante” dijo Hernández, “Su idioma es universal hasta los 24 meses, cuando el bebé aprende a pronunciar palabras de la lengua materna, sin importar la cultura, raza, cociente intelectual o estatus social de sus madres”.
Llorará por hambre? Tendrá cólico? Estará mojado, o le duele algo? La madre muchas veces reconoce el llanto del niño sano, y cuando se altera, concluye que algo le pasa a su hijo. La propuesta de Hernández buscó diferenciar entre los llantos de los niños normales y sanos, y aquellos de los niños anormales y enfermos, afectados por endocrinopatías, enfermedades genéticas, cardiopatías, y trastornos neurológicos, entre otras enfermedades.
Con base en grabaciones realizadas en su consultorio, analizadas por él en el Departamento de Pediatría de la Universidad de Helsinki mediante el sistema de espectrografía sonora, Hernández estableció que el llanto normal es estructurado, rítmico, menos frecuente, y utiliza silabas y palabras. El de un bebé enfermo cambia las palabras por quejidos, pujos, ronquidos y chillidos. “El lactante anormal es ansioso, grita agudamente y se apega a las personas que lo arrullan” explicó Hernández.
Tras 45 años de escuchar a bebés llorando, Alberto Hernández llegó a varias conclusiones: Primero, que existe un patrón general del llanto anormal originado en cualquiera de las enfermedades mencionadas, y uno característico para cada una de ellas, lo que le permite al pediatra ser mucho más preciso en su diagnóstico. Segundo, que el llanto normal también varía en sus características de acuerdo con la edad y sirve como indicador de la madurez neurofisiológica del niño. Finalmente, que el llanto no viene solo: la expresión facial y los factores psicológicos y del ambiente influyen notablemente en la significación del sentimiento. Sin embargo, una de sus mayores contribuciones se refiere al llanto del niño indígena, quien llora menos, no por ser una raza oprimida, aclaró, sino porque el niño es cargado en la espalda de su madre, lo que le permite tener un contacto permanente con ella.
Hernández Sáenz (que perteneció a una familia de abogados pues su padre y un hermano fueron presidentes de la corte suprema de justicia colombiana) fue un caballero intachable, católico convencido al igual que su inseparable esposa, la filósofa oriunda de San Juan de Pasto, colaboradora de El Catolicismo, Carmencita del Hierro Santacruz. En la Academia hizo varias disertaciones, entre ellas una muy consultada sobre la medicina durante la revolución francesa. Durante décadas tomaba un curso de actualización pediátrica por correspondencia, y presentaba cada año el examen sobre el material estudiado. Escribió también solo la historia de la pediatría colombiana y sobre el curanderismo, que algún mérito tenía. Lo que sí consideraba cierto es que entre tanto curandero, se deslizaba uno que otro charlatán que aparentaba tener poderes del más allá, para sacarle plata a la gente sin ninguna consideración.
Acad. Alfredo Jácome Roca
Editor emerito, Revista MEDICINA
Ver obituario de Alberto Hernandez Saenz, escrito por el academico Zoilo Cuellar Montoya.
http://revistamedicina.net/ojsanm/index.php/Medicina/article/view/1380