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Inodoro, retrete, WC, excusado, water, váter, sanitario, servicio, excusado, poceta y también taza de baño, muchos nombres para un solo objeto verdadero, un objeto que nos facilita la vida indudablemente.
Antigüedad
La paternidad del invento es disputada, no se sabe a ciencia cierta donde se originó, pero el sociólogo Bindeswar Pathak sostiene que India, ya tenía retretes y un complejo sistema de drenaje al menos alrededor de 2.500 AC. y menciona evidencia encontrada en el sitio arqueológico de Lothal, en el oeste de India, que muestra que los pobladores contaban con servicios de baños surtidos de agua y conectados con drenajes cubiertos de ladrillos.
Otros sostienen que la idea se originó en Creta en tiempos de la civilización Minoica, pues los hombres empezaron a vivir de una forma más sedentaria y fueron más conscientes de la necesidad de separar el lugar de vivienda, del lugar en donde acudían a hacer sus necesidades, así que idearon un sistema con cisternas alimentadas por corrientes de agua y también con palancas que se ocupaban de controlar el flujo del líquido y las bajantes, alrededor del 2.000 A.C.
También se habla de que en China, se hallaron restos de un inodoro en una tumba de un emperador de la dinastía Han, el cual se remonta entre el 206 A.C. y 24 D.C.
En el Imperio romano se concibieron las “columnas mingitorias”, como orificios en paredes y muros externos, allí los hombres introducían su miembro y la orina caía sobre un canal que la llevaba a una esquina del edificio donde se recogía, lo curioso es que la orina recogida era materia prima de uso industrial y médico.
Los historiadores romanos recogen la existencia de 144 letrinas públicas en Roma, cerca del Teatro de Pompeyo. Los retretes eran servicios básicos instalados en los edificios de las termas y sus cisternas descargaban el agua de los propios baños. Muchas de las viviendas de Roma, sobre todo las elevadas, no tenían retrete porque carecían del suministro de agua necesario para evacuarlo.
La edad media fue una época oscura para la higiene, las calles estaban llenas de excrementos y había mucha insalubridad, debido a que sólo los más afortunados y adinerados podían disponer de un retrete, el resto disponía únicamente de vasijas para deshacerse de sus desechos en la calle.
El Inodoro “moderno”
El inodoro “moderno” llegó en 1589 de la mano de John Harrington, que hizo un diseño con cisterna que también podía servir de pecera, porque contaba con una reserva de agua en la taza y una palanca para poder activar el sistema. Lo instaló en el palacio de Richmond para la reina Isabel I, el primer inodoro con taza y agua corriente de que hay noticia en Occidente. El curioso retrete “real”, debía estar a la altura de su Majestad. Por este motivo se construyó como si fuera un trono.
En 1668, el comisionado de policía de París emitió un edicto en el que ordenó la construcción de inodoros para todas las casas de su población. En Inglaterra, tomaron esta decisión hasta 1848.
Alexander Cummings en 1775 registró la primera patente de un inodoro de cisterna, el cual creó con importantes diseños en su elaboración, pero tenía un problema, goteaba. Tres años después retomó la idea Samuel Prosse, introduciendo una solución definitiva: la válvula esférica. En 1883, Tomas Turifed, vendió el inodoro de porcelana que se convirtió, después, en el material más popular.
En 1884 el hojalatero inglés Thomas Crapper utilizó por primera vez el término water closet= armario del agua, que simplificó con las iniciales W.C.; el nuevo modelo incluía también un sistema que retenía el agua y evitaba los malos olores, a la vez que incorporaba el invento del sifón.
El inodoro actual
En el siglo XX el inodoro se convirtió en un producto mucho más funcional y necesario para todo el mundo, y aunque ha mantenido su estructura y diseño general, actualmente existen cientos de opciones y en eso los japoneses se han convertido en verdaderos maestros con el desarrollo de inodoros electrónicos, repletos de funciones que van mucho más allá de integrar una cisterna y que los convierten en elementos de alta tecnología, por supuesto pueden llegar a costar miles de dólares.
- Calefacción
- Chorros de agua templada: con temperatura y presión ajustables en ocasiones.
- Secado con aire templado
- Sistema de eliminación de olores: con un ventilador y un conversor catalítico.
- Nebulizador automático: se activa con el acercamiento del usuario.
- Control remoto para spray y otras funciones
- Limpieza automática
- Solución antibacteriana
- Función de enema
- Luz LED nocturna
- Lavado masculino/femenino
- Opciones para niños
- Ahorro de energía
Sin embargo, a pesar de todos estos avances, 4.200 millones de personas aún no cuentan instalaciones de saneamiento básicas y 673 millones aún excretan al aire libre, en el campo, ríos, orillas o alcantarillas. Por eso el Día Mundial del Retrete, que se celebra cada 19 de noviembre, busca crear conciencia acerca de la crisis mundial de saneamiento y fomentar medidas que la resuelvan.