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A propósito de la Jornada Mundial del enfermo, que se conmemora cada 11 de Junio desde hace 30 años y que fue instituida por el Papa Juan Pablo II, para sensibilizar a la población sobre la necesidad de asistir a los enfermos y a quienes los cuidan, recordamos un artículo publicado en la Revista Medicina, en el año 2020, por el Académico Michel Faizal Geagea, que hace un recuento histórico de los “Hospitales, la educación Médica e Instituciones de Salud durante la Colonia y la República en Colombia”.
Por Michel Faizal Geagea
Introducción
La Medicina colombiana surgió con la evolución de los conocimientos, bajo la influencia de las corrientes sociales, culturales y religiosas. En el período precolombino, la Medicina fue ejercida por los Shamanes, quienes con el conocimiento de los poderes terapéuticos de las plantas medicinales atendían al enfermo con rituales que elevaban el poder de la influencia psicológica.
Durante la conquista y la colonia, la atención de los enfermos era una labor eclesiástica, los sacerdotes estaban a cargo de la atención de los padecimientos que aquejaban a la población. La organización y la formación de los hospitales estaban a cargo de los obispos, quienes disponían de sus propiedades en función de la labor médica.
Ante la creciente necesidad de atención de la salud y la enfermedad, el Rey de España Carlos V (1500-1558), expide las Cédulas Reales 1537 y 1541 en las que ordena la creación de hospitales en todo sus dominios coloniales de ultramar, con cargo al Rey y a las colonias. Fue así que durante el período colonial se construyeron hospitales en La Española, hoy República Dominicana, Haití, México, Cuba, Nueva Granada, Quito y Perú.
Antes y después de esta ordenanza, los obispos disponían o donaban sus terrenos y casas, que adecuaban para la atención de los enfermos. Posteriormente, por la influencia de la corriente Carolingia, año 819, se dispuso de arquitecturas denominadas claustros, los que servían como colegios, conventos, hospitales y guarniciones militares. La atención y tratamientos en estos centros hospitalarios estaban dominados por la fe y preceptos espirituales, aunque se disponía de plantas medicinales en preparaciones como brebajes, infusiones, baños y sangrías, entre otros. Las plantas provenían de Europa o eran originarias de las colonias y tradicionalmente usadas por los curanderos. Manuales de terapéutica dogmatizaban los tratamientos, por ejemplo “Recetas de espíritu para enfermos del cuerpo” de autoría del padre Pedro de Mercado o la consagración victimal “Ni sanar, ni morir, solo vivir para sufrir”, del padre Andrea Beltrami. Los recursos para el sostenimiento de los hospitales provenían de donaciones, regalos, testamentos de almas de carácter piadoso, pues era una práctica común entregar sus bienes en vida a la Iglesia para la salvación de su alma en el cielo.
Hospitales durante la Colonia
Los hospitales estaban exentos del pago de impuestos o diezmos y eran bienes de difícil enajenación. El término hospital incluía hospicios, casas de misericordia, obras pías, patronatos de legos, cofradías y nosocomios. La función de los hospitales era atender a los enfermos, a las mujeres embarazadas, los niños huérfanos y abandonados, los ancianos incapacitados, los minusválidos, los pobres, los peregrinos, los vagos y, en contadas excepciones, a los hijos naturales.
En los inicios de la misión hospitalaria, los clérigos eran los que atendían a los enfermos en la oración y los tratamientos empíricos, de manera ocasional los médicos o los barberos fueron requeridos. Posteriormente, por la influencia de la Ilustración, los médicos fueron el eje central de la atención médica.
El primer hospital construido en la América de Colón fue en la isla de Santo Domingo, hoy República Dominicana, y Haití en el año 1503, por instrucción de los Reyes Católicos al gobernador de las Indias con sede en ese territorio insular, don Nicolás de Ovando. El hospital se llamó San Nicolás de Bari, construido a las afueras de la urbe para evitar el contagio de la población sana.
El segundo hospital fundado en América y el primero en tierra firme fue en Colombia, la Nueva Granada, en el año 1513 y se llamó Santa María La Antigua del Darién. La población, hoy en ruinas, se encuentra localizada en el margen occidental del golfo de Urabá, departamento de Chocó.
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Imagen: Paso del ejercito libertador por el páramo de Pisba.
El Dr. Faizal es Dermatólogo. Esp. en Cirugía Dermatológica. Profesor Titular de Dermatología, Cirugía dermatológica y Oncología, Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia. Miembro de Número de la Academia Nacional de Medicina y actual Miembro de la Junta Directiva de la Academia.