Visitas: 22

Imagen de lo que sería Santa María la Antigua del Darién, según arqueólogos del Icanh. Foto: Instituto Colombiano de Antropología e Historia. En 2024 se cumplirán 500 años del abandono hecho por los españoles a la primera ciudad fundada por ellos en 1510 en tierra firme, Santa María la Antigua del Darién. También se cumplen 150 años de lo que conocemos hoy como medicina moderna, tras el descubrimiento del origen bacteriano de la lepra por Gerhard Henrik Armauer Hansen en 1873.

 

Dinámicas históricas de Santa María la Antigua del Darién -José Virgilio Becerra Becerra.

Licenciado en Historia del arte y Arqueología de la Universidad de París, maestría en Historia de la Universidad de París. Doctorado en Etnología y Arqueología de la misma universidad. 

La ciudad de Santa María la Antigua del Darién, se constituye como una muestra de microhistoria (1510-1524) del establecimiento europeo en tierra firme. Hubo un intento previo de fundación de un poblado llamado San Sebastián en los primeros años del siglo XVI, ubicado en la margen oriental del Golfo de Urabá, pero la oposición férrea de los nativos que se defendieron con flechas impregnadas de veneno, anularon este propósito.

El Golfo de Urabá representó un sector costero territorialmente privilegiado para los europeos, a causa de la penetración del caudal de agua dulce aportada por el río Atrato. Las epidemias, la explotación y exterminio de la población, más el emprendimiento de una nueva fundación en Panamá hicieron que se abandonará completamente a Santa María la Antigua del Darién en 1524.  Fue un territorio conformado por etnias indígenas, europeos de nacionalidad española, portuguesa, italiana, judíos conversos, musulmanes y africanos. Se convirtió en una escuela de aprendizaje para los conquistadores europeos que posteriormente someterán a todo el continente americano.

La Universidad Nacional y sus departamentos de Historia y Antropología han estudiado el territorio a lo largo de los años, contando con la colaboración de conocedores de la región como Luis Vélez Arias, autor del libro Urabá prohibido para América y creador del Museo Hombre del Darién, y don Domingo Velázquez, por cuyas manos pasaron muchos objetos precolombinos locales, además de habitantes de la zona.

La visión europea de la naturaleza del nuevo mundo, fue compilada en el libro Sumario de la natural historia de las indias escrito por Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés en los albores del siglo XVI. Texto de referencia a la hora de comparar descripciones de la época sobre plantas y animales frente al conocimiento actual adquirido por los pobladores de la zona sobre estas mismas especies -avispas, abejas, arañas, hormigas, entre otras.

Más de 30 hectáreas conforman el terreno donde interactuaron los pobladores. Santa María la Antigua del Darién es un lugar de memoria histórica de primer orden a nivel mundial que merece una nueva vida como el ícono cultural que es y el impulso de más trabajos etnográficos sobre poblaciones actuales y descendientes de los pobladores originales.

 

Vitruvio en los trópicos. O de la difícil aplicación del ideal grecorromano en la Selva del Darién. Alberto Sarcina.

PhD en Bioarqueología Universidad de Leyden. Investigador del Instituto Colombiano de Antropología e Historia ICAHN.

Santa María es un sitio fundamental para la arqueología y para reflexionar sobre la conquista pues es el punto de partida para la conquista de América. Desde el ICAHN (Instituto Colombiano de Antropología e Historia), se ha trabajado en el quinto Parque Arqueológico Nacional con participación comunitaria.

Recordando un poco los orígenes de Santa María, fue fundada en 1510 por un grupo de españoles liderados por Martín Fernández de Enciso y Vasco Núñez de Balboa, que tras la derrota de San Sebastián, se movieron al otro extremo del golfo (donde ya había estado Nuñez de Balboa en 1504), para ocupar un poblado prehispánico existente en el Darién. Esta región estaba densamente poblada por una comunidad indígena prehispánica de habla Cueva.

 

Las fases de la ciudad
    1. 1100-1510. Fase prehispánica. Los indígenas vivían en esta región de nombre Darién y se presume que se establecían por períodos de 6 meses a 1 año para después moverse, siguiendo las necesidades de caza y los cultivos que no permitían desgastar mucho el terreno.
    2. 1510-1514. La República de los amotinados. El Gobernador Alonso de Ojeda dispuso a Martín Fernández de Enciso como su segundo a cargo y aunque Vasco Nuñez de Balboa no tenía ningún encargo oficial por parte de la corona, si gozaba de más respeto y popularidad entre quienes lo acompañaban. 
    3. 1514-1519. La restauración y el “auge” de la ciudad castellana. En 1514, el rey envió oficialmente a Pedro Arias de Ávila como Gobernador, conocido como Pedrarias, capitán de guerras africanas que implementó un tipo de guerra tan destructiva que arrasó con la población. En 1519, funda la Ciudad de Panamá, ordena matar a Balboa y mueve la capital a Panamá.  
    4. 1519-1521. La marginalización, primera fase de decadencia. Se empieza a trasladar la gente a Panamá. Regimientos alternados de Fernández de Oviedo y el bachiller del Corral.
    5. 1521-1523. La ciudad mestiza vs. la ciudad castellana. Segunda fase de decadencia. Oviedo y Del Corral veían de 2 formas distintas el mestizarse con las comunidades locales, el primero abogaba por una  familia íntegra española, el segundo era un defensor de la familia mestiza, y de hecho tenía hijos mestizos. Las peleas constantes, un atentado a Oviedo y la detención de Del Corral terminaron en un viaje a España para los dos.
    6. 1523-1524. Partida de los defensores de la ciudad: decadencia definitiva y final de la ciudad.  Los indígenas esclavizados toman la ciudad por fin, la queman y matan a todos los presentes.
    7.  1530-1582: Los Reinos Africanos del Istmo. Formados y fundados por esclavos escapados -los cimarrones- que se organizan en las montañas del Darién. Fundan los primeros poblados de africanos libres en lo que ahora es Panamá y que en ese momento era el territorio de Castilla del oro. Los poblados son Santiago del Príncipe (1579) y Santa Cruz La Real (1582). 
    8. 1610-1870: La Nación Guna. Control territorial de la tribu Guna (anteriormente tules, kuna o cuna), desarrollaron alianzas con franceses, ingleses y holandeses en función anti-española.
    9. 1870-1914: La “conquista colombiana” y las exploraciones para el canal. 
    10. 1928-1936: La conquista colombiana 2, política de territorios baldíos. Una reconquista sistemática por parte de los cultivadores, especialmente de tagua, madera y caucho.

En los trabajos arqueológicos realizados desde 2013, se ha dividido  la ciudad de Santa María en 2 zonas principales, una con mayor presencia de cerámica indígena y la otra con mayor presencia de cerámica española. El poblado indígena prehispánico, estaba fundamentalmente ubicado en las colinas principales. Se cree que en la primera fase, cuando llega Balboa con los primeros 300 habitantes españoles ocupan las 3 alturas principales, posteriormente cuando llega Pedro Arias de Ávila, con 2000 personas más de España, empiezan a ocupar también las partes bajas.

Históricamente se mira el ideal grecorromano de organización, siguiendo el modelo arquitectónico de Vitruvio que define los cánones de la arquitectura y de la urbanística grecorromana. Una disposición cuadrangular, que requiere un territorio plano, difícil de implementar en terrenos montañosos, anegados y tropicales y que contempla la geología, la geografía del sitio, las alturas, los ríos que cruzan y propende a lugares abiertos y despejados.

No hay  un mapa de Santa María, todo se ha hecho con base en suposiciones y evidencias arqueológicas. Santa María no tuvo edificios de piedra ni de ladrillos, las construcciones eran de madera con techo de palma y los clavos encontrados han permitido establecer tamaños y densidades para identificar su uso en las obras. Materiales como el ladrillo usado en los pisos, el sustrato con restos de barro, fallas en los drenajes y otras características han revelado aspectos de la vida en la ciudad. Santa María se movía por altos y bajos, las clases más prominentes y los lugares más importantes estaban en lo alto, y en las partes más anegadizas y embarradas se encontraban los sitios de producción como un taller de herrería y viviendas de la clase baja. Hay un sentido general en lo encontrado hasta hoy de no permanencia, de precariedad, de incertidumbre sobre cuánto tiempo permanecerían allí.

 

Calles y casas de Santa María de la Antigua del Darién. Carolina Quintero Agámez

Historiadora, Magíster en Museología y Gestión del Patrimonio Universidad Nacional de Colombia

La investigación es parte de los contenidos curatoriales y museológicos del Parque Arqueológico y del  Museo que buscan ubicar los espacios de la ciudad descritos en las crónicas por fuentes como Gonzalo Fernández de Oviedo, Pascual de Andagoya y Pedro Mártir de Anglería entre otros, contrastado con el  trabajo arqueológico que ha venido adelantando Alberto Sarcina estos años.

La flota de Pedrarias Dávila en 1514, fue el mayor plan náutico conocido hasta ese momento,  aproximadamente 20 barcos con 2000 personas, hicieron la travesía entre Europa y América. Partieron el 11 de abril de 1514 de San Lúcar de Barrameda, pasaron por Canarias y llegaron a la altura de Santa Marta el 12 de junio del mismo año. Hicieron una parada de unos días en Isla Fuerte y llegaron finalmente a Santa María de la Antigua del Darién el 30 de junio de 1514, 2 meses y medio después de su partida. No eran barcos grandes, 14 carabelas, 1 galeón, 2 bergantines de la corona y 1 barco privado llegaron con Pedrarias y luego 2 carabelas más. Los barcos además de pasajeros tenían alimentos, animales, plantas y semillas para reproducir la vida que tenían en el viejo mundo.

El cálculo en los suministros se hacía por la cantidad de tripulantes y por los días que iba a durar el viaje. El pan y el vino eran las reservas más importantes: 1 litro de vino y medio kilo de bizcocho (pan) por cabeza en el día. Adicionalmente, aceite, vinagre, garbanzos, habas, carne y pescado -conservados en sal-, arroz, quesos, ajos, cebollas y en contadas ocasiones, carne fresca. En circunstancias excepcionales se incluía en la dieta higos secos, almendras, ciruelas pasas y miel.  En teoría un buen menú, pero en la práctica los encargados de las despensas se quedaban con parte de la mercancía para vender dentro y fuera del barco, los métodos de conservación no eran los más adecuados; se usaba sal, vinagre o naranjas. El tiempo transcurrido desde que se adquirían los alimentos hasta su consumo era largo y muchas veces los alimentos ya se embarcaban en mal estado, la atmósfera en los barcos era húmeda, propicia para el desarrollo de gérmenes. Adicionalmente, la falta de higiene y el hacinamiento eran la receta perfecta para la proliferación de enfermedades. Los alimentos se envasaban en vasijas de barro, pipas, botas, toneles de madera y costales. Para los líquidos, cantimploras y botijas vidriadas y enceradas.

El Hospital de Santiago se construyó cuando llegó la flota de Pedrarias Dávila a finales de 1515. La construcción del hospital tenía como destino curar a los enfermos, pero también recibir a las personas con menos recursos para quedarse allí.  El hospital estaba a cargo de los clérigos, Hernando de Luque y Antón de Vera, ayudados por esclavos indígenas a los que se explicaba nociones básicas de enfermería.

En la colonia, las enfermedades cobraron más vidas que las armas, las poblaciones nativas no tenían defensas para combatir las nuevas enfermedades que llegaron con los conquistadores, que también padecieron enfermedades por las condiciones de hacinamiento e insalubridad en los barcos. La modorra  era un tipo de fiebre maligna con síntomas similares a la influenza y que podía causar la muerte en pocas semanas, el primer año cerca de 700 personas murieron a causa de la denominada modorra. Epidemias como la viruela, el sarampión y la gripe ocasionaron también muchas muertes.

 

Conquistadores e indios la historia no contada – Carl Langebaek Rueda 

PhD en Arqueología e investigador- Vicerrector Académico Universidad de los Andes

En su libro Conquistadores e indios, el investigador Langebaek invita a analizar los mitos surgidos con la conquista, como que todos los que llegaron eran conquistadores, que los indígenas no opusieron resistencia o que el objetivo primario era la imposición de valores culturales traídos de Europa.

La conquista no se puede entender sin la diferencia cultural, por ejemplo, en la concepción del ánimo de lucro. La sociedad española venía de una transición en la Edad Media en la cual el lucro empezaba a ser valorado como algo legítimo, antes de eso la concepción era que mercaderes y prestamistas iban al infierno, luego surge la noción de purgatorio como una especie de “transacción” que permite expiar el pecado a través de obras sociales y ofrendas para llegar al cielo, mientras que la sociedad indígena no conoce el concepto de lucro, para ellos los bienes y posesiones deben ser cambiados por otros en una especie de trueque, ofrendados o incluso reconstruidos. De hecho, inicialmente los indígenas entregaron riquezas voluntariamente actuando desde la lógica de su propia cultura, luego la ambición desbordada de los españoles inició los saqueos.

La conquista del trópico sudamericano fue más dura y difícil que en otras regiones. Las huestes que llegaron no estaban conformadas por soldados como tal, eran personas que participaban en una empresa dirigida por hombres poderosos y ricos que ponían sus recursos al servicio de las expediciones y por supuesto vendían la posibilidad de embarcarse en estas expediciones a personas del común que esperaban recuperar lo invertido con el reparto del botín. En teoría, se quería tener un control de quienes llegaban, excluyendo a varios grupos poblacionales, pero los barcos eran un micromundo de corrupción donde se cometieron muchos abusos, no había control, se vendían los permisos para abordar e incluso muchos llegaron en calidad de siervos o criadas de españoles que les pagaban el tiquete y una vez aquí debían trabajar  gratis durante 10 o 20 años para pagarlo.

La participación de las mujeres fue variada, algunas llegaron en calidad de esposas, otras de criadas, varias se disfrazaron de hombres para participar en las huestes conquistadoras y algunas participaron como encomenderos. Tampoco se ha escrito mucho acerca de la participación de indígenas aliados al lado de los españoles en las huestes conquistadoras  para someter a otras tribus. Se dió el caso con Sebastián de Belalcázar que arribó a la Sabana de Bogotá, acompañado de indígenas Orejones del imperio Inca, una élite militar, y Yanaconas considerados indígenas sin tierra. Otros nativos participaron de la riqueza y terminaron casados con mujeres españolas produciendo una élite mestiza. Hijos de conquistadores también considerados mestizos, participaron en la conquista.

La esclavitud era otro fenómeno presente. Esclavos indígenas, esclavos negros y algunos esclavos blancos usados para la explotación de recursos como las perlas, el oro y las esmeraldas. Se calcula que cerca de un millón de indígenas fueron esclavizados. Esta riqueza se usó en cierta medida para financiar guerras para la corona española y tuvo otros beneficiarios indirectos como China.

Los conquistadores fueron una figura incómoda pero indispensable para la corona española, incluso su nombre fue cambiado a pacificadores. La conquista no terminó en el siglo XVI, los abusos continuaron incluso de manera oficial en expediciones militares hasta mediados del siglo XX, la mentalidad de lucro y los excesos se han vuelto parte de nuestra mentalidad aún hoy.

El encuentro completo puede verse en: https://www.youtube.com/watch?v=gL_brut9Ifc

Resumen del encuentro. Victoria Rodríguez G. Responsable de plataformas digitales en ANM.

Loading

0 0 votes
Article Rating
Share This