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El 13 de marzo en comunicado de prensa, la Organización Mundial de la Salud (OMS)  reveló las conclusiones de un nuevo informe titulado Fair share for health and care: gender and the undervaluation of health and care work, que muestra de qué manera las desigualdades de género en el sector de la salud y asistencial afectan negativamente a las mujeres, los sistemas de salud y los resultados del sector.

El informe concluye que la inversión insuficiente en los sistemas de salud crea un círculo vicioso de trabajo no remunerado en el sector salud y asistencial, lo que reduce la participación de las mujeres en los mercados laborales remunerados, socava el empoderamiento económico de estos mercados e impide el progreso hacia la igualdad de género.

Las mujeres representan el 67% de los trabajadores sanitarios y asistenciales remunerados en todo el mundo. Además de este trabajo, se estima que realizan alrededor del 76% de todas las actividades asistenciales no remuneradas. 

El sector se caracteriza por  salarios bajos y  condiciones laborales duras. Adicionalmente,  una deficiente inversión en el sector salud y asistencial que lleva décadas, está contribuyendo al empeoramiento de la  crisis sanitaria mundial. Los avances en la cobertura sanitaria universal (CSU) se han estancado y actualmente 4500 millones de personas carecen de cobertura total de los servicios de salud esenciales, haciendo que las mujeres corran el riesgo de asumir aún más trabajo asistencial no remunerado.

Sistemas de salud débiles, sumados al aumento del trabajo no remunerado afectan la salud de los trabajadores asistenciales y la calidad de los servicios que prestan.

Jim Campbell, Director del Departamento de Personal de Salud de la OMS señaló que “el informe pone de relieve de qué manera unas inversiones equitativas desde el punto de vista del género en el sector de la salud y asistencial restablecerían el valor del trabajo en esta esfera e impulsarían unas economías más justas e inclusivas”.

Las recomendaciones del informe son:

  1. Mejorar las condiciones de trabajo en el sector, especialmente en el caso de las ocupaciones con una elevada presencia de mujeres.
  2. Incluir a las mujeres de una manera más equitativa en el personal remunerado.
  3. Mejorar las condiciones de trabajo y los salarios de los trabajadores de la salud y asistenciales y garantizar la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor.
  4. Abordar la brecha de género en el trabajo asistencial, promover una labor de calidad y defender los derechos y el bienestar de los cuidadores. 
  5. Garantizar que las estadísticas nacionales tengan en cuenta, midan y valoren todo el trabajo en el sector.
  6. Invertir en unos sistemas de salud pública sólidos para reducir la carga del trabajo asistencial no remunerado y mejorar la calidad de los servicios de atención de la salud.

Finalmente la OMS reconoce que cuando las mujeres desempeñan empleos remunerados, se empoderan económicamente y los resultados de salud son mejores. 

Fuente OMS

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