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La droga no es cura para el Alzheimer, pero ataca la proteína beta-amiloide -proteína toxica- y redujo el deterioro cognitivo en este grupo de pacientes: ralentizo el progreso clínico.
Por Remberto Burgos de la Espriella.
El New England Journal of Medicine es quizás la revista que goza de mayor credibilidad en el mundo y publica siempre resultados de trabajos de investigación que impactan el grupo médico. Hace unos meses se publicaron los resultados de Lecanemab para ralentizar los efectos de la Enfermedad de Alzheimer en pacientes con demencia leve. Días más tarde, Lancet, publicó un comentario favorable sobre el estudio y sus resultados. Fue un estudio de Fase III que se hizo durante 18 meses en varios centros médicos, 1795 pacientes entre 50 y 90 años en periodo inicial de la enfermedad. Se dividieron en dos grupos, 897 recibieron Lecanemab y 898 placebo. Al final del ensayo 0.7% de los pacientes con Lecanemab fallecieron y 0.8 % de los enfermos con placebo. Efectos adversos graves en el 14% con el medicamento y 11% con el placebo. Dosis recibida: 10 mg/kg cada dos semanas intravenoso durante los 18 meses del protocolo.
Con la medicina notaron que el 27% de los pacientes que la tomaron ralentizaron el desarrollo de la demencia. (laboratorios Eisai y Biogen, productores de Lecanemab). Este estudio de Fase III fue aprobado por la FDA y en enero del 2023 fue autorizado su uso. Una sola condición de la agencia: se debe seguir Fase IV para mirar los efectos en el largo plazo y poder continuarlo en los pacientes. Además, la necesidad de realizar pruebas clínicas durante el curso del ensayo clínico. Detengámonos en los efectos colaterales denominados ARIA: edema y hemorragias cerebrales. Aunque ocurrió, no se consideró estadísticamente significativa. Hay reacciones en la infusión del medicamento: dolor de cabeza, náuseas, vómito y diarrea. Se recomienda TAC de Cráneo durante las primeras 14 semanas de tratamiento y se vigiló de cerca a los pacientes con Alzheimer que toman anticoagulantes. El costo se debe considerar y hoy día se calcula que el tratamiento durante doce meses costará 26.000 US. Sin embargo, hay informes que el medicamento es rentable o viable si se vende entre 8.000 a 20.000 US-año.
Alentador este tipo de estudios donde la base del tratamiento es la inmunoterapia. La droga entra al sistema nervioso y ataca los grumos pegajosos que se encuentran en la enfermedad de Alzheimer. Estos son los responsables de las lesiones clínicas y los olvidos progresivos en la memoria reciente. Debe quedar claro: la droga no es cura para el Alzheimer, pero ataca la proteína beta-amiloide -proteína tóxica- y reduce el deterioro cognitivo en este grupo de pacientes: ralentizar el progreso clínico. La aprobación acelerada de la FDA ha generado muchos conflictos y se hizo bajo la premisa que la droga elimina el amiloide tóxico que desencadena la enfermedad. Grupos de médicos que ven pacientes diarios con esta lesión neurodegenerativa aplauden con optimismo este nuevo paso. Quizá el consenso sea que hay un subgrupo de pacientes que se puede beneficiar y desde enero del 2023 la droga está en uso comercial.
El doctor Remberto Burgos de la Espriella ha sido presidente de la Asociación Colombiana de Neurocirugía, presidente Honorario de la Federación Latinoamericana de Neurocirugía y es Miembro de Número de la Academia Nacional de Medicina