Visitas: 41
¿Que mueve a una persona a donar parte de sus tiempo, conocimientos o hasta recursos para convertirse en voluntario?.
Indudablemente una vocación de servicio, sin esperar retribución a cambio. Una acción personal movida por el interés de contribuir y ayudar a otros. La acción voluntaria supone un compromiso solidario para mejorar la vida colectiva.
Todos, en el fondo tenemos el deseo y la voluntad de ayudar, pero son aquellos que convierten ese deseo en una acción real, quienes se organizan para formar un voluntariado. Para que sea efectivo, no hay espacio para la improvisación o la espontaneidad, requiere organización y compromiso. Hay infinidad de obras y campos en los que se puede trabajar como voluntario.
El voluntariado Social, generalmente se centra en la ayuda a personas y colectivos socialmente excluidos, como la población inmigrante, personas en condición de discapacidad o pobreza extrema. También trabajan en aspectos relacionados con derechos humanos, participación ciudadana e integración social.
En otro campo, están aquellos que llevan a cabo trabajos de promoción, recuperación, conservación y difusión de la identidad cultural de un país.
Otros más se ocupan en trabajos de alfabetización, equidad educativa, y aspectos relacionados con la educación, o en la defensa, protección y recuperación del medio ambiente, así como la denuncia de situaciones de degradación medioambiental.
Y por supuesto, están aquellas personas voluntarias que trabajan en el área de la Salud, respondiendo a situaciones de emergencia o necesidad sanitaria. Allí se les ve como hormiguitas, trabajando en áreas agobiadas por los desastres naturales, las guerras o las hambrunas y su labor callada es pocas veces reconocida.
El día 5 de diciembre se conmemora el DÍA INTERNACIONAL DEL VOLUNTARIADO PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL, instituido el 17 de diciembre de 1985 por la Asamblea General de Naciones Unidas, en reconocimiento a la actividad solidaria y altruista llevada a cabo por las personas voluntarias.