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En el mes de agosto de 2020 ha muerto a los 90 años el médico traumatólogo deportivo GABRIEL OCHOA URIBE, quien -mientras trabajaba como arquero suplente de Millonarios FC de Bogotá- estudió medicina en la Universidad Javeriana, de donde egresó en 1955. Al ir como arquero al Amèrica de Rio de Janeiro por 3 años, y gracias al apoyo de su entrenador, pudo especializarse en traumatología deportiva. Quizo ejercer la medicina -alguna vez tuvo consultorio en la Clìnica de Marly- pero su gran misiòn como entrenador y director técnico de fútbol lo impidió. Dos hijos han ejercido la ortopedia.

Un traumatólogo deportivo es el encargado de la prevención, diagnóstico y tratamiento de las lesiones que se produzcan durante la práctica deportiva. Debe conocer los deportes y entender las diferentes situaciones a las que se enfrenta el deportista. No sólo debe tener un gran conocimiento anatómico, médico o fisiológico del cuerpo humano, sino que es indispensable que tenga la capacidad de abordar las lesiones en los diferentes momentos de la actividad deportiva (entrenamiento, momento en la temporada, expectativas de competiciones) y otros factores que pueden incidir en la lesión.

Fue de la época de Efraim Sánchez, tambien portero y también entrenador, mas no médico. Fueron los dos primeros arqueros colombianos en ser contratados en el exterior y dieron grandes satisfacciones a los hinchas, Ochoa ganó 5 títulos con Millonarios y 8 con América de Cali, dos subcampeonatos de Copa Libertadores y fue además el entrenador de grandes jugadores, varios de ellos han sido destacados técnicos, pero siempre que se ha hablado del él se refieren al MÉDICO OCHOA URIBE. Los médicos también se mueren como dice el adagio, y solemos ser hinchas furibundos.

Para los años 50, las especialidades médicas y la fisiatría y fisioterapia estaban en pañales. Hoy en día la medicina también estudia en los futbolistas temas como las concusiones, infartos y muerte repentina, trauma ocular, fisiología pulmonar, psicología. Todo equipo profesional o liga tiene su departamento médico. Algunos son dirigidos por mujeres, que también juegan al fútbol. Trabajan de la mano de kinesiólogos, masajistas y nutricionistas.

El traumatólogo deportivo sabe que el deportista no puede estar parado, entonces se basan en recuperar las lesiones sin perder la condición física y tono muscular, lo que permite volver a la práctica habitual lo antes posible. Un traumatólogo deportivo  trabaja de la mano de un subespecialista. Recordamos por ejemplo que el cirujano de rodilla Carlos Uribe Vélez le salvó la articulaciòn al famoso Pibe Valderrama. Y ¿cuántos médicos no habrán atendido en urgencias a víctimas de las barras bravas?

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