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La Cátedra de Humanismo Médico en su sesión del 17 de Agosto, presentó la conferencia del Académico y Coordinador del Museo de Historia de la Medicina, Dr. Hugo Sotomayor Tribín titulada “Paleopatología en el arte prehispánico”, un trabajo recopilatorio de 30 años, que empezó a gestarse desde la conmemoración del V Centenario del Encuentro de Dos Mundos en 1992, cuando el Académico Luis Murillo convocó al Dr. Hugo Sotomayor para que dictara dos conferencias: Enfermedades genéticas en la Colombia Prehispánica y Epidemiología en Colombia Prehispánica, complementadas con una exposición fotográfica sobre el tema, en el VII Congreso Médico Nacional – I Simposio de Medicina Precolombina y Colonial.
El ojo clínico y la formación en genética y morfología han permitido que el Dr. Sotomayor vaya más allá en el estudio de figuras precolombinas y pueda identificar en ellas condiciones y enfermedades que a manera de testimonio las comunidades indígenas plasmaban en sus figuras.
El concepto de paleopatología es relativamente moderno, es un término acuñado por el médico francés Armand Ruffer en 1910, cuando trabajaba con momias egipcias, para hacer referencia a las enfermedades de los pueblos antiguos. Las fuentes de la paleopatología son variadas, los restos humanos, los pictogramas, la historia, el arte y en general todo lo que en algún momento pueda representar las huellas de los diferentes pueblos antiguos que nos permitan a partir de allí inferir cómo era el comportamiento de las enfermedades en aquel tiempo. El ser humano desde sus albores ha tenido criterios acerca de lo que puede ser llamado “normal” o “anormal”, muchas veces ligado al aspecto estético. Sano vs. enfermo, simétrico vs. asimétrico, y aquello que se sale de parámetros afines al grueso de la población que podría considerarse “anormal”.
En Colombia se destacaron dos pioneros de la arqueología. Ezequiel Uricoechea, médico, lingüista, químico y especialista en mineralogía, quien fundó en 1859 la Sociedad de Naturalistas Neogranadinos y escribió “Memorias sobre las antigüedades neogranadinas” y Liborio Zerda, médico naturalista, rector de la Universidad Nacional, fue el primer médico que hizo estudios de arqueología en Colombia, autor de “El Dorado. Estudio histórico, etnográfico y arqueológico de los Chibchas”. A ellos siguieron una serie de profesionales destacados, estudiosos del tema a lo largo del siglo XX que desembocaron en la creación de la Asociación Colombiana de Paleopatología, de la que es Miembro Fundador el Dr. Sotomayor.
Las publicaciones del Dr. Sotomayor son extensas, una de las más destacadas es “Arqueomedicina de Colombia Prehispánica” en donde hace un balance de las fuentes arqueológicas y etnohistóricas sobre enfermedades prehispánicas en Colombia. Otros libros de su autoría son: “Aproximaciones a la Paleopatología en América Latina”, “Momias Prehispánicas de Colombia”, “Aspectos Históricos y Geográficos de algunas enfermedades importantes en Colombia”, y su más reciente libro sobre “Corporeidad y Sexualidad en indígenas y esclavos negros de la Colombia antigua”. Otros autores, también han hecho una aproximación al tema como el Dr. Jaime Villegas con “El arte del Chamanismo, la salud y la vida. Tumaco-La Tolita”, “Arqueología-Medicina-Curanderismo. A propósito de la Colección Orticochea” y “Las enfermedades en las condiciones de vida prehispánica de Colombia”, entre otros.
Desde 1993 hasta la fecha se han dado 6 encuentros de Medicina y Arqueología en Colombia, el último en 2021.
Paleopatología y arte en el museo de la Academia Nacional de Medicina.
Aspectos médicos.
La mayoría de piezas presentes en la muestra han sido rescatadas por el Dr. Sotomayor a lo largo de estos 30 años de trabajo en depósitos de colecciones particulares o incluso estatales. El arte de representar las enfermedades en América es propio de los pueblos mexicanos, los Mayas, y algunos pueblos de Costa Rica y Panamá. Su expresión más importante en Suramérica y lo que consideramos Mesoamérica a nivel arqueológico, se da en Colombia, Ecuador y Perú. En la zona del Pacífico compartida con Ecuador, las culturas Tumaco-Tolita, Nariño, Malagana y hacia la región Caribe las culturas Momil y Sinú.
Los testimonios arqueológicos nos cuentan historias, como la imagen a continuación. Cabezas con deformación fronto occipital y cónica del cráneo, de la cultura Tumaco-Tolita. Deformaciones culturales, no producto de malformaciones sino de lo que ellos consideraban un estándar de belleza o una representación de su jerarquía dentro de la comunidad.
A diferencia de la imagen anterior, la imagen abajo muestra condiciones físicas que pueden suponer mucopolipidosis o mucopolisacaridosis; displasia espondilo-episiaria tarda/morquio; displasia torácica asfixiante de Jeune, acromesomelia, hipondroplasia/pseudoacondroplasia y acondroplasia.
Las características anatómicas y la escala nos hablan de un acortamiento de las extremidades, un torso ancho y una cabeza grande en relación al resto del cuerpo. La facia en algunas imágenes ayuda a la interpretación patológica de las piezas.
El enanismo era frecuentemente representado por estas culturas. Al ser comunidades tan pequeñas, no había mucho intercambio genético, por tanto, enfermedades y malformaciones genéticas se daban con cierta prevalencia.
Otro tipo de patología presente en las figuras es la parálisis facial periférica o parálisis de Bell, en la figura de la izquierda es notoria la diferencia entre las dos mitades de la cara. También está representada la visión de la muerte combinando la figura humana con la de un caimán que simboliza el viaje hacia el inframundo.
Patologías cráneo-faciales, oculares, dermatológicas, óseas, anatómicas, endocrinológicas, de origen genético algunas. Otras, producto de enfermedades o traumatismos naturales o infligidos como castigo a través de amputaciones, también se han encontrado entre las piezas.
Aspectos antropológicos.
Las aves y los caimanes simbolizaban los viajes del chamán, que representaba la figura de sabiduría y medicina en la comunidad, es frecuente encontrar piezas que mezclan animales con figuras humanas. El chamán era un médico pero también verdugo, investido con piel de jaguar realizaba sacrificios con niños que ofrecía como ofrenda ritual. El sol, los puntos cardinales y las cruces eran comunes en vasijas y platos, simbolizaban la georreferenciación para rituales y siembras. Las aves también se ofrecían como ofrenda para el nacimiento de niños varones, los guerreros del futuro.
De la Epidemiología se desprenden muchas vertientes de conocimiento entre ellas la Paleopatología y la paleepidemiología, que han permitido hacer estudios en tiempo y lugar para conocer procesos de salud y enfermedad en diferentes épocas y sociedades.
Como reflexión, la enfermedad no necesariamente se veía como un castigo o un motivo de exclusión. Muchas de estas figuras llevan un símbolo de autoridad. Butacos, coronas, bastones, incrustaciones de oro, tocados especiales, instrumentos musicales que hacen suponer que estas personas tenían poder, influencia y un sitio especial en la comunidad.
* La conferencia fue leída por los doctores Hernando Nieto, especialista en Salud Pública y Paola Ramírez, médica de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud-FUCS. Las piezas serán parte de una exposición permanente en el Museo de Historia de la Medicina.
La cátedra puede verse en: PALEOPATOLOGÍA EN EL ARTE PREHISPÁNICO
El Académico Hugo Sotomayor Tribín es doctor en Medicina y Cirugía de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en Pediatría del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario.
Miembro de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina, Miembro de Número de la Academia Nacional de Medicina y actual Curador y Coordinador del Museo de Historia de la Medicina “Ricardo Rueda González”.
Resumen de la presentación, Victoria Rodríguez G., responsable de plataformas digitales en la ANM.