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La sesión inició con el saludo del presidente de la Academia Dr. Germán Gamarra, quien recordó que anualmente se celebra el Día del Médico en una sesión solemne de la Academia que se realiza el jueves más próximo al 3 de diciembre, fecha escogida por la OPS para esta importante celebración. Desde 1953, se eligió esta fecha para conmemorar el día Panamericano del médico en honor al natalicio del Dr. Carlos J Finley, médico cubano que descubrió el agente transmisor de la fiebre amarilla, y que fue nominado en varias ocasiones al Premio Nobel de Medicina.
Las actividades de la Academia suelen girar en torno a temas médicos y científicos, pero esta celebración en particular, suele tener un componente más cultural que permita a los médicos reencontrarse en un ambiente más relajado y festivo.
La medicina en la obra de Leonardo Da Vinci
Presentación a cargo del doctor Julián David Bohórquez Carvajal. Médico de la Universidad de Caldas, magíster en filosofía con énfasis en Filosofía de la ciencia y epistemología de la Universidad de Caldas. Candidato a doctor en filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana, investigador Junior de MINCIENCIAS y Académico Correspondiente de la Academia de Medicina de Caldas.
El contenido de la conferencia se dividió en varios segmentos. Primero, una introducción; luego, los aspectos más relevantes de los estudios anatómicos de Leonardo da Vinci; posteriormente, el envejecimiento y el paso del tiempo en la obra de Leonardo; finalmente, las relaciones entre el macro y microcosmos presentes en la medicina renacentista y en la obra de Leonardo Da Vinci.
Leonardo nace en 1452, y muchos estudiosos sugieren que justamente el Renacimiento empieza en 1453 con la caída de Constantinopla a manos de los turcos. Si ese es el caso, entonces podría considerarse que el Renacimiento inicia con el nacimiento de Leonardo Da Vinci. Consideramos a Leonardo como el “modelo de hombre renacentista”; pero era un hombre renacentista bastante atípico: de joven no sabía latín, fue hijo ilegítimo, lo cual lo margino de una educación formal y estricta; él mismo se describía como un hombre iletrado, pero fue autodidacta. No obstante, hacia la década de 1480 se encuentran cuadernos suyos llenos de términos en latín, a pesar de que no dominaba la lengua y la aprendió por su cuenta.
Peter Burke en su libro “The Polymath”, se refiere a los polímatas, aquellas personas que dominan distintos campos del conocimiento, e inicia su recorrido justamente con Da Vinci, un hombre considerado pintor, anatomista, arquitecto, botánico, escritor, escultor, ingeniero, inventor, músico, entre sus muchas facetas, y esa universalidad es parte del espíritu del Renacimiento. Vittorino da Feltre, gran maestro renacentista decía que el hombre debía aspirar a la universalidad.
El historiador Alexandre Koyré, decía que el Renacimiento es la época donde todo era posible: las personas combinaban el arte, la ciencia e incluso los saberes místicos, algo considerado impensable en la Ciencia moderna. Quien podría considerarse representante de esta particular mezcla es Paracelso, el gran médico mago y alquimista del Renacimiento. Aunque Leonardo no era un alquimista, sí mezcló arte y ciencia.
Arriba a la izquierda Andrógino, una figura de Da Vinci propia del Corpus hermeticum de Hermes Trismegisto, un texto que había sido parte del esoterismo hasta ese momento y se convierte en un canon intelectual, tanto así que Copérnico menciona a Hermes Trismegisto en su libro “Las revoluciones de los cuerpos celestes”. En el centro, otra imagen que coincide con la de Da Vinci, de un manuscrito alquímico de 1550, que forma un hermafrodita y al lado derecho un manuscrito de más o menos el año 1200 de la era cristiana. Lo que se muestra allí a la derecha, es una imagen médica tradicional, -también con el hermafrodita, hombre y mujer mezclados-, que consideraba, de acuerdo con la medicina Hipocrática, el equilibrio o desequilibrio de los 4 humores (sangre, flema, bilis negra y bilis amarilla) que determinaban la salud o la enfermedad y que incluso de acuerdo a creencias permitían identificar el temperamento.
El Renacimiento se caracteriza por una nueva concepción de la naturaleza, una naturaleza en movimiento, en constante creación. Con Leonardo empieza la idea de mostrar el proceso creativo del artista y no solamente la obra final. En su obra se hacen presentes los pentimenti (tachones, borrones, enmendaduras) que pueden verse en sus dibujos y que hasta ese momento no eran bien vistos. Los grandes dibujantes trabajaban a un solo trazo y si había equivocaciones a empezar de nuevo.
Leonardo consideraba qué así como el poeta cambiaba o corregía sus textos, también debía hacerlo el pintor. Sus cuadernos son numerosos, más de siete mil páginas y un dato curioso sobre ellos es la forma en que escribía Da Vinci, escribía de derecha a izquierda. El origen de su escritura especular tiene varias teorías, algunos sostienen que se debía a que era zurdo y le resultaba más fácil hacerlo así, pero la hipótesis más aceptada era su obsesión por mantener la reserva de sus descubrimientos. Su temor a que alguien los robara o se los adjudicara, tal vez por eso se descubrieron tarde.
Los estudios anatómicos que hizo Leonardo Da Vinci se descubrieron solo hasta 1780 y se publicaron casi a finales del siglo XIX. Llegó a diseccionar más o menos 30 cadáveres en un tiempo donde aún no se habían desarrollado maneras para preservar los cuerpos. Era una carrera contra el tiempo para evitar la putrefacción. De esos 30 cadáveres, derivan imágenes anatómicas de prácticamente todas las partes del cuerpo. Obviamente se presentaban errores en sus percepciones, pero si un ojo maravilloso y un gran nivel de detalle. Era común que los pintores tuvieran talleres a los que acudían los jóvenes aprendices para ayudar y aprender a la vez. Leonardo estudió con Andrea del Verrocchio y se cree que tuvo pequeñas participaciones en algunas de sus obras de esa época.
Justamente fue allí en el taller de del Verrocchio, donde aprendió a hacer las primeras disecciones, bajo la tutela de Paolo Toscanelli, médico y miembro del gremio de pintores físicos y apotecarios, al que pertenecería Da Vinci después. Siempre tuvo un contacto cercano con la medicina y especialmente con la anatomía, consultó textos de grandes anatomistas; en particular de Galeno que es la gran autoridad anatómica durante todo el medioevo y buena parte del Renacimiento.
Aunque ya en la Edad Media se hacían disecciones, estaban más orientadas a corroborar lo que textos como los de Galeno afirmaban. El problema es que Galeno sí había hecho disecciones, pero no en cadáveres humanos, sino en cuerpos de animales, por lo que era frecuente encontrar errores (algunos de los cuales se debían a “contaminación teórica”, es decir, obedecían a limitaciones en sus conocimientos fisiológicos), que fueron corregidos hasta muchos siglos después. A eso se sumaban las traducciones incorrectas, que no se hacían directamente desde sus obras sino desde otras lenguas.
En Italia aparecen los primeros anfiteatros en el siglo XV, ya para el siglo XVII las disecciones eran muy populares, incluso eran eventos que congregaban gente. Leonardo siempre fue un convencido que la experiencia era el camino a la sabiduría, incluso por encima de los libros. En su “Tratado de Pintura” dice: “Así que, pintor, esboza el arreglo de los miembros de tus figuras y primero atiende a los movimientos apropiados al estado mental de las creaturas que forman tu pintura, antes que a la belleza y perfección de sus partes”. Él empieza a estudiar anatomía para pintar mejor. Luego, comienza a hacer disecciones para investigar cómo es la estructura del cuerpo humano y se convierte por derecho propio en un anatomista.
A comienzos del siglo XVI, se asocia con un profesor de la Universidad de Padua, Marco Antonio de la Torre, y empiezan a trabajar en una gran obra de anatomía, pero lastimosamente de la Torre muere a los 30 años y el libro no se publica, aunque se afirma que Leonardo ya tenía cerca de 750 láminas preparadas, así que todos estos dibujos anatómicos procedentes de Leonardo serían una preparación para el libro no publicado. Una parte importante de su obra es la anatomía en movimiento, hasta ese momento la inmensa mayoría de los textos anatómicos no hablaban de la función de las partes, sino solo de su estructura, algo impensado hoy día.
Leonardo se inventa sus esquemas anatómicos, que son dibujos que muestran de una manera clarísima la inserción de los músculos en las articulaciones y por ende nos permiten saber cuál es su función. Le da prioridad al movimiento sobre la estructura estática.
Era común que se estudiaran más los órganos internos que el sistema osteomuscular. Leonardo hizo lo contrario: privilegió el estudio de los huesos y músculos. Para él, no se trataba solamente de pintar bien, sino de hacerlo con propósitos investigativos. Hace muchos dibujos sobre el miembro superior; el brazo, el antebrazo, la mano. Los dos órganos más importantes para Da Vinci eran la mano y el ojo: el ojo conoce y la mano ejecuta.
Esta forma de ver la anatomía, influyó indirectamente al gran anatomista del Renacimiento, Andrés Vesalio, que en 1543 publica su famosa obra de anatomía De humani corporis fabrica libri septem, que corrige cientos de errores de Galeno, experimenta en cadáveres y también le da una prelación importante al uso de la mano.
Por mucho tiempo se desdeñó el contacto directo con el paciente o el cadáver, -que había enseñado inicialmente Hipócrates mediante el examen físico-, y esta labor había sido relegada a asistentes o incluso criados; se llegaba al diagnóstico más con base en conjeturas que en hechos.
Para los renacentistas, el macrocosmos era el universo físico y el microcosmos era el cuerpo humano, pero entre ambos había correspondencias, tanto, que ahí nace lo que se conoce como la doctrina médica de las signaturas, y es que en los minerales o en los vegetales el médico creía encontrar influencias astrales, esta doctrina la practicó por ejemplo Paracelso. Es llamativo que, en una época que se preocupaba por estas correspondencias entre el macro y el microcosmos, surjan en el mismo año, en 1543, dos libros revolucionarios: De revolutionibus orbium coelestium de Nicolás Copérnico, que cambia nuestra manera de entender el macrocosmos, pone el sol en la mitad del sistema y no a la tierra, y De humani corporis fabrica libri septem, que cambia nuestra manera de entender el microcosmos, que es la anatomía humana.
Entre los grandes aportes hechos a la anatomía por Da Vinci están: la identificación de los músculos del cuello, muy detallada, en particular del esternocleidomastoideo; también es pionero en la descripción de los músculos de la espalda, identificó músculos como el elevador de la escápula, el latísimo del dorso, el ligamento coracoclavicular, el supraespinoso, el infraespinoso, y tiene además un conocimiento muy completo de los músculos de la cara, tal vez el más completo de su época, porque le interesaba estudiar las expresiones faciales para poder plasmarlas en las pinturas. Leonardo es el primero en dibujar los senos frontales y los senos maxilares. No obstante, cometió algunos errores en lo relativo al sistema osteomuscular, el más famoso y evidente, es que consideraba que el pectoral mayor se componía por fascículos separados; en los huesos, consideraba que el esternón se dividía en siete partes, errores menores frente al prodigio de su trabajo en anatomía
El otro órgano mencionado anteriormente, el ojo, y que despertaba gran interés en él, fue estudiado por Leonardo en conjunto con el sistema nervioso central. Entendió que los ojos transmitían lo que hoy llamaríamos “información” al cerebro. A la izquierda, un dibujo temprano que representa las capas del cráneo comparadas con una cebolla.
Hay varias capas como una cebolla, primero se encuentra la piel, luego el músculo, el cráneo, la duramadre, la piamadre y luego, dice Leonardo en este dibujo, la rete mirabile o red maravillosa, una red anastomótica de vasos sanguíneos que Galeno de Pérgamo había encontrado en los macacos y supuso que los seres humanos también la teníamos, si bien este no es el caso.
En este dibujo, grafica los ventrículos cerebrales de una manera bastante simple, como lo había descrito Galeno, pero posteriormente hace unos nuevos dibujos del cerebro, mucho más detallados y allí ya se pueden observar los cuatro ventrículos adecuadamente dibujados. Describió también las venas meníngeas. ¿Cómo lo logró? inyectaba cera derretida en el cerebro para mirar cuáles eran las estructuras, sobre todo los ventrículos cerebrales, en ese sentido es padre del experimento, iba más allá de la simple observación.
También estudió la relación entre el ojo y el nervio óptico, describió adecuadamente el quiasma óptico, el esfínter pupilar, distinguió la visión periférica de la visión central y aplicó todos estos estudios sobre el cerebro y los ojos en sus obras. El libro Kitab al Manazer de Alhazen, le permitió entender que los objetos eran quienes producían destellos o rayos que se reflejaban en los ojos y no al revés, y que a su vez, el ojo funcionaba como una cámara oscura. Sus estudios sobre óptica le permitieron perfeccionar lo que se conoce como la perspectiva del color: a mayor distancia hay mayor atenuación de los colores. Gracias a ese descubrimiento logró encontrar una técnica que sería su marca registrada, el sfumato, utilizar contornos borrosos en ciertas partes, -sobre todo de los cuerpos y de la cara-, para dar la impresión de lejanía e indeterminación.
La curiosidad de Leonardo lo llevó a abarcar temas insospechados: la embriología que lo llevó a diseccionar las membranas fetales placentarias de las vacas; la anatomía urogenital que lo llevó a preguntarse por el origen del semen y hacer una representación de una pareja en 1490 copulando de pie donde muestra dos conductos que bajan por la médula espinal del hombre y llegan al pene, por uno se evacuaba la orina y por el otro el semen. Esta concepción venía un poco de Galeno, que hablaba de entidades fisiológicas que bajaban por la médula espinal desde el cerebro, y para poder “animar” a ese nuevo ser vivo tenían que pasar a través del semen. Como siempre, a través de la observación y experimentación, Da Vinci corrigió esta primera percepción con otro dibujo de 1510, donde se ven bien los testículos, de los que salen los conductos deferentes, los conductos eyaculatorios que van a la uretra y hay un único conducto y ninguna especie de materia espiritual que venga de la médula espinal.
Uno de los órganos que más dibujó fue el corazón, incluso corrigiendo errores de Galeno. Habla de cuatro ventrículos, (ventrículos superiores que serían las aurículas y ventrículos inferiores), describe los músculos papilares, las cuerdas tendinosas de las válvulas cardíacas, y además se ocupa del funcionamiento de las válvulas pulmonar y aórtica. Le dió un papel activo al corazón, al músculo cardiaco. Incluso tiempo después, personajes históricos como William Harvey y René Descartes discutían aún sobre el asunto.
Hacia 1514 o 1515, Leonardo hace la disección de un hombre centenario que falleció de forma pacífica, porque quería saber cuál había sido la causa de muerte; pero el modelo anatomo patológico de una enfermedad, para tratar de correlacionar la lesión anatómica con el signo semiológico o con el síntoma sólo se produce hasta el siglo XVIII. Una vez más, se anticipa más de 200 años a la medicina del siglo XVIII-XIX y en sus anotaciones describe unas “arterias resecas, delgadas y mermadas, además del aumento del grosor de las paredes, dichos vasos han crecido en longitud y se encuentran retorcidos cual serpientes”: en pocas palabras, la descripción anatómica de una arterioesclerosis coronaria.
El envejecimiento, los cambios fisionómicos ocasionados por el tiempo también fueron retratados en sus dibujos, igual que el efecto que causa el agua sobre una roca, nuevamente la relación entre macro y microcosmos presente, y en uno de sus textos compara el cuerpo humano y su funcionamiento, con la tierra misma y su ciclo vital.
Esa relación entre cuerpo y mundo en la que también creía Leonardo, permite el auge de lo que se conoce como astrología médica. Cada uno de los órganos del cuerpo depende a su vez de los astros, o de ciertas constelaciones, de ciertos signos zodiacales. Hoy considerado una pseudociencia, pero en otros tiempos tomado en cuenta hasta para darle explicación a pestes y epidemias.
Increíblemente, los estudios de Leonardo no aparecieron sino hasta 1780. Aunque fue precursor en muchos campos, no pudo influenciar ni la anatomía de su tiempo ni la fisiología de su tiempo, por esta misma razón. Pero evidentemente en la pintura si influyó a otros grandes artistas como Alberto Durero quien publicó en 1528 “Cuatro libros sobre las proporciones humanas”, en donde se evidencia que estudió la obra y los trabajos de anatomía y proporción de Da Vinci.
Los últimos años de su vida Leonardo Da Vinci los pasó en Francia, porque en algún momento en Italia le prohibieron hacer disecciones anatómicas, además su salud ya se encontraba mermada y Francia lo veía como un gran intelectual.
La disciplina médica es humanismo, todos los días enfrenta a seres humanos que sufren. Si algo nos enseña Da Vinci, a pesar de no haber sido médico, es la curiosidad por el cuerpo humano y su funcionamiento, pero más allá de eso, acercarnos a lo que Edward Wilson denominó consiliencia, la unión entre Humanidades y Ciencia que definitivamente traerá mejores médicos.
La noche cerró con un recital musical del Académico Dr. Horacio Giraldo Estrada, que puede apreciarse igual que la presentación completa del Dr. Bohórquez en el canal de la Academia en: https://www.youtube.com/watch?v=PEWi9RjGl24
Resumen de la presentación, Victoria Rodríguez G., responsable de plataformas digitales