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La terapia médica nutricional con dieta cetogénica se ha empleado para el tratamiento de la epilepsia por casi un siglo. En la actualidad, resurge para la reducción rápida de peso y su empleo en atletas; también se ha estudiado en enfermedades como las neurológicas, el cáncer, la obesidad y la diabetes de tipo II. La académica Patricia Savino Lloreda hace una completa revisión del tema, y señala los riesgos que puede tener su uso.
En esta revisión se definen los diferentes tipos de dietas cetogénicas, se explican los fundamentos metabólicos, se exploran nuevos conocimientos sobre los mecanismos relacionados en las diferentes enfermedades, y se alerta sobre sus riesgos y consecuencias.
Hallazgos recientes: Se ha sugerido que las dietas cetogénicas no solo mejoran el control de las convulsiones, sino que también causan un impacto en diferentes afecciones neurológicas, pueden controlar el crecimiento tumoral y contribuyen al control de la obesidad; además, se han observado resultados diversos cuando se usan para mejorar el rendimiento en atletas y en voluntarios sanos.
Vista de Dietas cetogénicas y su papel en la nutrición clínica | Medicina (revistamedicina.net)
Existen cuatro tipos de dietas cetogénicas: la clásica, la de triglicéridos de cadena media, la de Atkins modificada y la de bajo índice glucémico. Las proporciones de los nutrientes varían entre ellas. Para mayor claridad, se explican a continuación.
- Clásica o tradicional.Esta no es una dieta balanceada. Contiene una proporción fija entre gramos de grasa y gramos de carbohidratos y proteínas. Las relaciones más usadas son de 4:1 y de 3:1. Una dieta cetogénica con relación de 4:1 significa que, para un total de 5 gramos, 4 son de grasa y el gramo restante puede ser de proteína o carbohidrato o de su combinación. Por lo tanto, en una dieta cetogénica de 4:1, el 90% de las calorías provienen de la grasa. Cuando la relación es de 3:1, el aporte calórico de la grasa es del 87% y el 13% restante le corresponde a las proteínas y carbohidratos.
• Triglicéridos de cadena media. Este tipo de grasa contiene ácidos octanoicos y decanoicos, los cuales producen mayor cantidad de cetonas por unidad de energía que los triglicéridos de cadena larga, que son utilizados con mayor frecuencia en la alimentación normal. Se emplea aceite de triglicéridos de cadena media para proporcionar alrededor de la mitad del aporte calórico, razón por la cual se requiere una menor cantidad de grasa en la dieta, lo cual permite mayor aporte de proteína y carbohidratos y, por ende, una mayor variedad de alimentos.
En 1970, Peter Huttenlocher desarrolló la dieta cetogénica, en la cual el 60% de las calorías las aportaban los triglicéridos de cadena media. En algunos pacientes, esta cantidad producía intolerancia gastrointestinal, manifestada por dolor de tipo cólico, diarrea y vómito. Por esta razón, se ha sugerido que una dieta en la que estos triglicéridos aportan el 45% de las calorías, tiene los mismos beneficios, con menos efectos gastrointestinales secundarios. Aunque esta dieta tiene varias ventajas, su utilización depende del costo de los triglicéridos de cadena media pues, en algunos países, es alto y no es subsidiado por los sistemas de salud.
• Atkins modificada. Esta dieta permite administrar entre 10 y 20 gramos diarios de carbohidratos, se estimula el consumo de grasa. Es más fácil de implementar y preparar en casa, puesto que no requiere pesar todos los alimentos que se van a consumir y aporta mayores cantidades de proteína. Al igual que la dieta cetogénica clásica, no es balanceada y requiere suplemento de vitaminas y minerales.
• Bajo índice glucémico. Esta dieta también es baja en carbohidratos, los cuales están restringidos a un aporte de 40 a 60 gramos diarios, e incluye la selección de alimentos con un índice glucémico menor de 50. Al igual que la dieta modificada de Atkins, es fácil de implementar, no requiere pesar los alimentos ni supervisión nutricional continua, y no es necesario iniciarla con periodos de ayuno, ni que el individuo se hospitalice para iniciar su tratamiento.
Efectos secundarios
La dieta cetogénica tradicional, es decir, la más estricta, genera problemas de observancia y tolerancia. Las versiones modificadas, que son menos estrictas, son más llevaderas. Algunos de los efectos secundarios agudos que pueden presentarse en el inicio la dieta, son náuseas, vómito, hipoglucemia y cetosis excesiva que conduce a letargia.
Los efectos secundarios crónicos pueden ser:
- Gastrointestinales: estreñimiento, pérdida de peso, deficiencia de vitaminas y minerales (selenio, vitamina D y calcio) y pancreatitis
- Renal: cálculos
- Cardiaco: intervalo QT prolongado, miocardiopatía
- Crecimiento y desarrollo: baja talla, osteopenia
- Exámenes de laboratorio: baja albúmina, baja carnitina, perfil anormal de lípidos.
Discusión: Se han encontrado resultados positivos con el empleo de las dietas cetogénicas en diferentes enfermedades. Existen dificultades en la estandarización de los datos, debido a la inexactitud de la información con respecto al consumo de alimentos y al cumplimiento de la dieta a largo plazo. El número limitado de pacientes y su deserción hacen difícil la reproducción y generalización de los resultados de este tratamiento nutricional.
Conclusiones: La dieta cetogénica no es inocua. Se necesita que su indicación, implementación y seguimiento estén a cargo de profesionales de la salud idóneos, quienes pueden prever los riesgos y los beneficios que se pueden obtener en cada una de las indicaciones.