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El Tribunal de Ética Médica de Bogotá celebra 30 años de actividades. La Academia Nacional de Medicina organizó el pasado 23 de mayo un foro coordinado por el Académico y presidente del Tribunal Dr. Oswaldo Borráez Gaona para conmemorar la fecha. 

El tribunal se estableció en 1993 e inició labores el 25 de mayo de 1994 en respuesta a la gran demanda de quejas y procesos que ya estaban siendo manejados por el Tribunal de Ética Médica de Cundinamarca. El tribunal actúa como autoridad para conocer los procesos disciplinarios ético-profesionales relacionados con el ejercicio profesional y tiene como objetivo la excelencia en la práctica médica, la educación en el talento humano en salud buscando una mejor relación médico-paciente-familia, dentro del respeto por la dignidad humana y su autonomía. Desde el punto de vista de la ética, el médico debe en su ejercicio profesional, escuchar al paciente, instruirse en nuevos avances y tecnologías para tomar mejores decisiones, avanzar en el campo de la bioética clínica y pretender la excelencia en el actuar profesional. En los últimos años, el Tribunal ha publicado libros, guías y coordinado conversatorios para llevar conocimiento a los profesionales médicos. 

¿Cómo aborda el Tribunal los procedimientos disciplinarios?

El magistrado Hugo Enrique Escobar Araujo, médico especialista en Urología y profesor de la Universidad Militar Nueva Granada señaló que en 2023 se presentaron ante el Tribunal aproximadamente 1.000 quejas y se realizaron 1.084 providencias. 

El Dr. Escobar considera que los médicos tienen escaso conocimiento de la Ley 23 de 1981 que dicta las normas en materia de ética médica. Las etapas del proceso ético disciplinario inician con una queja de oficio presentada a la Sala Plena del Tribunal por una entidad pública, privada o cualquier persona y debe ser acompañada de una prueba sumaria. Al ser aceptada, se designa un magistrado instructor para conducir el proceso. 

El magistrado asignado considerará la posibilidad de realizar pruebas, revisando principalmente la historia clínica, y podrá requerir al denunciante para que confirme su denuncia. Se podrá llamar a declarar a testigos o peritos en casos específicos. Tras la fase de prueba, el magistrado elaborará un informe de conclusiones, que deberá ser presentado al pleno del tribunal. El tribunal entonces tomará dos decisiones: declarar que no hay mérito para imputar al médico por violación ética, en cuyo caso se archivará el proceso de inmediato, o declarar que sí hay mérito para imputar al médico por violación a la ética. En este último caso, se le mostrarán al médico los hechos que se le imputan y los artículos que presuntamente infringió. Si hay una diligencia de descargo, podrá dar lugar a pruebas adicionales. 

La sentencia definitiva, que suele ser por mayoría absoluta en el Tribunal de Ética de Bogotá, puede ser absolutorio o sancionatorio. Desde abril de 2021 los procedimientos éticos tienen la consideración de administrativos, siendo aplicable el Código de procedimiento administrativo y de lo contencioso administrativo. A partir de mayo de 2021, la investigación debe completarse en un plazo de tres años para evitar la prescripción. Una vez que un médico es declarado culpable, las sanciones incluyen amonestación privada, censura verbal escrita y pública y suspensión de la práctica médica por hasta seis meses. La competencia para imponer una suspensión más prolongada corresponde al Tribunal Nacional de Ética Médica quienes deben estudiar el caso.

Según el artículo 77 de la Ley 23 de 1981, los profesionales imputados tienen la opción de consultar a abogados titulados, pero es responsabilidad del tribunal comunicar claramente esta posibilidad para evitar una potencial nulidad del proceso en el futuro. En algunos casos, si el profesional no está presente, se designa un abogado de oficio y el proceso debe continuar. 

Causas más frecuentes

La Asamblea Mundial Médica realizada en octubre de 2020, concluyó que la tecnologización de la medicina llevó a una relación médico-paciente mecanizada. Además, los cambios en los sistemas de seguridad social que provocan un elevado número de consultas en poco tiempo y la falta de apoyo para los médicos durante exámenes delicados (tactos genitales, tactos rectales) pueden hacer que los pacientes se sientan vulnerables. 

Los problemas personales pueden afectar el respeto mutuo y la lealtad entre compañeros, generando comentarios negativos que pueden derivar en quejas de los pacientes. 

La medicina no es una ciencia exacta, los resultados negativos y las secuelas son inherentes a la profesión, lo que hace que las quejas de los pacientes sean algo común. 

Para evitar quejas prevenibles, es muy importante mantener una adecuada relación médico-paciente, respetando las creencias y la autonomía de los pacientes, brindando información adecuada y oportuna. Mantener una permanente capacitación profesional, adherirse a las guías clínicas y reconocer las propias limitaciones, derivando a los pacientes a especialistas cuando sea necesario y mantener registros clínicos completos y precisos y consentimientos informados y firmados, como prueba en caso de acusaciones.

En caso de enfrentar un proceso, es importante que el profesional conozca la ley, tenga un adecuado asesoramiento legal y se informe sobre su proceso en el Tribunal de Ética Médica.

La participación del magistrado Hugo Enrique Escobar Araujo en 

FORO: BIOÉTICA.TRIBUNAL DE ÉTICA MÉDICA DE BOGOTÁ 30 AÑOS

Nota. Victoria Rodríguez G. Comunicaciones Academia Nacional de Medicina

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