Órgano consultor del Gobierno Nacional en temas de  Salud y  Educación Médica. Creada por Ley 71/1890, ratificada por Ley 86/1928, Ley 02/1979, Ley 100/1993.

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Artículo sobre la conferencia del Académico Dr. David Vásquez Awad, especialista en Ginecología y Obstetricia. Miembro de la Asociación Colombiana de Menopausia y The International Academy of Human Reproduction. Académico de número.

Recalcó el Dr. Vásquez en su conferencia que la ética médica establece principios que orientan la práctica profesional hacia el bienestar del paciente, bajo el aforismo hipocrático de “primum non nocere” o “primero, no hacer daño”. En la última década, ha aumentado de manera notable la demanda de cirugías cosméticas genitales femeninas, pese a que no existe un estándar anatómico de “perfección”. La diferencia entre cirugía estética y reconstructiva es crucial: la primera busca modificar la apariencia en ausencia de anomalías, mientras que la segunda corrige defectos congénitos o adquiridos. 

Estos procedimientos, que incluyen labioplastias, reducción del capuchón del clítoris, himenoplastia, aumento o reducción de labios mayores, vaginoplastia, entre otros cambios estéticos, se han incrementado especialmente entre mujeres entre los 18 y 34 años, que concentran casi la mitad del porcentaje de consultas. Generalmente, son intervenciones impulsadas por presiones estéticas, publicidad engañosa relacionada con la función sexual y percepciones distorsionadas de la normalidad anatómica.

Sin embargo, múltiples entidades internacionales -incluidas la FDA, la Sociedad Canadiense de Obstetricia y Ginecología y organizaciones australianas- coinciden en que no existe evidencia suficiente que respalde la seguridad y eficacia de estas intervenciones.

La Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia-FIGO, autoridad global en la materia, publicó criterios éticos que desaconsejan el uso de términos como “cosmético”, “estético” o “rejuvenecimiento vaginal” por no ser ajustados a la evidencia científica y enfatizan que estos procedimientos no son médicamente necesarios. Sus recomendaciones incluyen informar a las pacientes sobre la amplia variabilidad anatómica normal, detectar trastornos psicológicos como el dismorfismo corporal, evitar cirugías en adolescentes salvo indicaciones justificadas y exigir consentimiento informado exhaustivo. Asimismo, alerta sobre la influencia del marketing engañoso y la necesidad de transparencia profesional. 

Factores como la madurez puberal, el envejecimiento, la maternidad, la menopausia o el hipoestrogenismo pueden producir cambios anatómicos en la zona genital considerados normales. Desde una perspectiva ética, los principios de no maleficencia, autonomía y justicia exigen evitar intervenciones con riesgos importantes -como infecciones, alteraciones funcionales o dispareunia (dolor genital persistente o recurrente que ocurre antes, durante o después de las relaciones sexuales)- cuando no existe indicación médica. El consentimiento informado debe ser claro respecto a que se trata de cirugías electivas sin beneficios comprobados, y el médico debe evitar influencias indebidas sobre las decisiones de la paciente. Además, se advierte que promover estos procedimientos perpetúa expectativas irreales sobre los genitales femeninos y contribuye a la presión estética.

Ante la falta de evidencia sólida, la FIGO considera éticamente inapropiado que ginecólogos recomienden o realicen estas cirugías con fines estéticos. Además, en muchos de estos casos falta la formación médica con avales. No son cirugías que pueda realizar cualquier persona con alguna formación médica. Debe primar la importancia de la conciencia profesional y del juicio moral, por encima de intereses económicos. 

El Dr. Vásquez enfatiza que no es una oposición a los procedimientos estéticos, pero plantea una pregunta ética clave: ¿recomendaría el médico el mismo procedimiento en una práctica privada si no recibiera lucro alguno? La respuesta honesta a esa pregunta orienta hacia decisiones centradas verdaderamente en el bienestar de la paciente.

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Intervención completa del Dr. Vásquez en: 

FORO: ÉTICA EN OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA

Artículo. Victoria Rodríguez G. Comunicaciones Academia Nacional de Medicina

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