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Yavuz Anacak, Ege University

 

Como tantas otras cosas, el diagnóstico del cáncer no es igual en hombres que en mujeres.

En la etapa adulta, las hormonas sexuales, los hábitos alimentarios, la exposición a los carcinógenos, el tabaco y el consumo de alcohol se combinan para dar lugar a una situación en la que son más los hombres que las mujeres diagnosticados con cáncer a lo largo y ancho del planeta.

En el mundo, 7,4 millones de cánceres se detectan en hombres, mientras que entre las mujeres las cifras se sitúan en 6,6 millones. Los hombres sufren sobre todo cáncer de pulmón, próstata y colon, mientras que en las mujeres es más común el cáncer de pecho, colon y pulmón.

Lo cierto es que los distintos factores que conducen a esta diferencia entre géneros suelen aparecer en fases más avanzadas de la vida y no deberían observarse en la edad infantil. A pesar de ello, los datos que actualmente manejamos nos indican que más niños que niñas son diagnosticados de cáncer en el mundo.

El mismo riesgo

La tasa de supervivencia del cáncer infantil ha aumentado mucho en los países con ingresos económicos elevados. Más del 80 % de los niños oncológicos tiene una esperanza de vida de, como mínimo, cinco años en Estados Unidos y Reino Unido. Por desgracia, esta misma tasa sigue siendo muy baja en los países en desarrollo.

No hay ninguna razón evidente que justifique una distinta incidencia del cáncer en la infancia. Los niños y las niñas corren un riesgo genético similar en lo que al desarrollo del cáncer se refiere, a menos que estén implicados sus cromosomas sexuales.

Las hormonas sexuales no hacen acto de presencia hasta la mitad de la adolescencia, lo que hace que el cáncer de mama o próstata sea extremadamente raro en menores. Los niños padecen sobre todo leucemia, linfomas, tumores cerebrales y tumores embrionarios, como neuroblastomas, retinoblastomas, tumores de Wilms y rabdomiosarcomas.

Los niños y las niñas acostumbran a compartir el mismo entorno y a consumir los mismos alimentos. A estas edades no tienen ninguna exposición ocupacional a carcinógeneos externos, y el consumo de tabaco o alcohol es bajo o inexistente.

Puesto que los factores de riesgo para desarrollar cáncer son parecidos, deberíamos observar una incidencia similar entre las féminas y los varones. Así, la ratio varón-hembra esperada se situaría próxima al uno, esto es, por cada chico con cáncer, debería haber también una chica.

Sin embargo, a tenor de los resultados obtenidos por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) en un estudio de los datos, esto no es en absoluto cierto.

 

Diferencias universales

En concreto, el CIIC calcula que cada año 163 000 niños de entre 0 y 14 años son diagnosticados de cáncer en todo el mundo. De ellos, 94 000 son niños y 68 000, niñas. Los números, por tanto, nos llevan a una ratio mundial de 1,37. De esta forma, son cuatro los chicos con cáncer por cada tres chicas.

 

Distribución por géneros del cáncer infantil en todo el mundo.

 

Pese a todo, la historia varía en las distintas regiones del globo terráqueo. La ratio chico-chica roza el uno a uno en los lugares de altos ingresos, incluyéndose aquí América y Australia. Mas en Europa, Oriente Medio y América Latina es inferior al 1,3.

En el sudeste asiático, por su parte, la ratio supera el 1,6.

 

Discriminación de género

A día de hoy aún no se conocen con exactitud las razones para este desequilibrio entre géneros. Como ya hemos visto, los países más pobres son los que tienden a una mayor desigualdad de género en los cánceres infantiles.

Estas tasas se corresponden también con niveles de igualdad de género. Según los rankings internacionales en materia de igualdad de género, en Norteamérica, Australia y Europa, las mujeres y los hombres están en mayor igualdad que, por así decirlo, en el sudeste asiático.

Un estudio anterior del 2001 pone de manifiesto una brecha diagnóstica similar entre niños y niñas.

En este caso, los autores llegaron a la conclusión de que: «Las ratios por sexo elevadas en los países en desarrollo no reflejan sino el nivel socioeconómico de la sociedad más que la naturaleza y la etiología de la enfermedad».

De este modo, el motivo que más probablemente explica la brecha en muchos países es que las niñas suelen acudir menos al médico cuando caen enfermas.

Si fuera esta realmente la razón, se debería aceptar como otra señal de discriminación contra el sexo femenino. Y el hecho de observar un desequilibrio tan grande entre hombres y mujeres en lo referente al diagnóstico del cáncer deja claro que es necesario actuar de inmediato, pero no solo científicos e investigadores, también proveedores de atención sanitaria y Gobiernos.

 

Acción

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, un conjunto de ambiciosas metas adoptadas por las Naciones Unidas en 2015, obligan al mundo a alcanzar la igualdad de género para el año 2030. Lo que supone que tenemos por delante un trabajo ingente.

Si el sistema de las Naciones Unidas se propone poner fin a todas las formas de discriminación contra mujeres y niñas en todo el mundo, se ha de ocupar también del hecho de por qué el cáncer en niñas no se detecta en la misma proporción que en niños.

Debemos esforzarnos y movilizar todos los recursos para aumentar el acceso de las niñas a la atención sanitaria. Sería esta la única forma de incrementar las tasas del diagnóstico del cáncer y de permitir a las chicas recibir el tratamiento adecuado, con lo que se cerraría la brecha existente con los niños.

Foto Inicial: National Cancer Institute

15 de febrero. Día Internacional Contra el Cáncer Infantil


Artículo traducido gracias a la colaboración con Fundación Lilly.The Conversation


Yavuz Anacak, Radiation Oncologist, Ege University

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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