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Medellín, enero 10, 2021.
COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA
Es lamentable tener que escribir este comunicado de protesta por el comportamiento de un ciudadano desadaptado, agresivo, intolerante que, incumpliendo las normas gubernamentales y sociales agrede brutalmente en la madrugada de hoy a un médico, egresado nuestro.
En la madrugada de hoy, uno de nuestros egresados médicos, cumpliendo con su misión de salvar vidas, en la IPS donde labora, fue atacado físicamente por unos ciudadanos en el servicio de urgencias. Ellos estaban en estado de alicoramiento y consultaron después de accidentarse, incumpliendo las normas sociales y gubernamentales para proteger la vida en pandemia de nuestros conciudadanos. Además, agredieron sin ninguna razón a nuestro colega egresado y amigo, tal vez porque se les había acabado su diversión irresponsable.
Es increíble que cumpliendo con la sagrada misión de salvar vidas, mitigar el sufrimiento y acompañar al enfermo en esta época tan difícil por la pandemia que estamos sufriendo, no se valore nuestra función social y no se nos trate como lo que somos, unos seres que prestamos nuestro servicio ayudando a nuestros semejantes.
Hoy cada vez son más frecuente estas situaciones en las que nuestra integridad y seguridad se mantienen en riesgo por la inconsciencia de las personas, al no valorar nuestro oficio.
Ser médico hoy es un riesgo, hay reportadas cada vez más agresiones físicas, estigmatizaciones y amenazas que están haciendo el ejercicio de la medicina en este país de intolerancia y agresividad, una profesión peligrosa.
Por nuestra vocación, principios y dedicación seguimos en la práctica, pero es urgente que nos acompañe el estado y nos proteja y, así como otros grupos poblacionales de minorías, tengamos una ley que sea contundente contra aquellos que quieren acabar con este noble oficio.
Siempre hemos sido fundamentales para el crecimiento social y humano, pero nunca antes habían visto la importancia de nuestra profesión como ahora, donde sin nuestro trabajo, muchas muertes hubieran ocurrido, estamos siempre protegiendo el don maravilloso de la vida sin importar nuestro riesgo y sabiendo que tenemos familias que cuidar.
Hago un llamado solidario para que nos ayuden a protegernos, que nuestro oficio sea un noble oficio donde no tengamos que preocuparnos por nuestra seguridad sino que dediquemos toda nuestra concentración y energía para ayudar al otro como debe ser.
Marco Antonio González Agudelo.
Decano Escuela de Ciencias de la salud.
Universidad Pontificia Bolivariana.