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Conferencia del Dr. Carlos José Castro Espinosa, hematooncólogo de The University of British Columbia en Vancouver, Canadá. Especialista en Alta Gerencia y Política Pública. Miembro de múltiples sociedades científicas, fue viceministro de salud y actualmente es asesor científico de la Liga Colombiana contra el Cáncer*.
El virus del papiloma humano (VPH) es una infección común que ha acompañado a la humanidad desde siempre, pero cuya magnitud se está comprendiendo mejor en la actualidad. Para el Dr. Castro, el VPH no podría definirse como una epidemia, sino como una endemia global que, de acuerdo con algunos estudios, podría afectar al 80% de los seres humanos en algún momento de sus vidas. A pesar de su alta prevalencia, la mayoría de los casos no derivan en complicaciones graves, aunque sí constituye un serio problema de salud pública, especialmente por su relación con el cáncer de cuello uterino.
Más del 80% de los casos se presentan en Asia, África y América Latina. Principalmente en países con ingresos limitados. En Colombia, por ejemplo, se reportan aproximadamente 5.000 casos nuevos al año y 2.500 muertes, cifras que pueden variar según las fuentes, pero que en cualquier caso reflejan una tragedia prevenible.
El cáncer de cuello uterino, junto con el de hígado y estómago, pertenece al grupo de tumores causados por agentes infecciosos, siendo el virus de papiloma humano el principal responsable del cáncer cervical. En Colombia, este tipo de cáncer ocupa el tercer lugar en incidencia; una penosa ironía si tenemos en cuenta que la doctora Nubia Muñoz, una científica colombiana, ha liderado investigaciones clave en más de 50 países para demostrar la relación directa entre el VPH y el cáncer de cuello uterino, lo que permitió el desarrollo de vacunas eficaces. Aun así, Colombia sigue registrando bajos niveles de vacunación, a pesar de que el biológico es gratuito para niñas y niños de 9 a 17 años y está disponible.
Actualmente, en Colombia, existe una política de vacunación con una sola dosis y se facilitó el consentimiento verbal. Niñas y niños mayores de 14 años pueden decidir vacunarse de forma autónoma.
El impacto del cáncer de cuello uterino en mujeres jóvenes es importante, pues muchas de ellas son madres con niños pequeños. La muerte por una enfermedad prevenible es inconcebible. Esta tragedia se vuelve aún más inaceptable considerando que el 85% de las muertes por esta causa ocurren en países pobres, que solo acceden al 5% de los recursos globales, una muestra de inequidad que requiere acciones urgentes.
Colombia en 2012 fue un modelo de vacunación, alcanzando el 95% de cobertura, pero cayó estrepitosamente por la desinformación tras el caso de Carmen de Bolívar. Un hecho positivo ha sido la experiencia en Arauca, liderada por la Liga Colombiana contra el Cáncer. Arauca es el departamento con mayor incidencia de cáncer de cuello uterino en el país; allí, gracias al trabajo comunitario, se elevó la cobertura de vacunación de menos del 5% a más del 80% en solo 18 meses, demostrando que con voluntad y diálogo sí se pueden cambiar realidades.
El país hoy ocupa uno de los últimos lugares en cobertura de vacunación contra el VPH en la región. El llamado es claro: hay que tocar las campanas y prender las alarmas. La Academia Nacional de Medicina se ha unido a este llamado junto a la Liga Colombiana contra el Cáncer para aunar esfuerzos que permitan recuperar y ampliar la cobertura de vacunación contra el VPH en Colombia.
La meta de la OMS para 2030 es vacunar al 90% de las niñas antes de los 15 años, detectar el 70% de lesiones precancerosas a tiempo y tratar al 90% de las pacientes que han sido diagnosticadas con cáncer de cuello uterino o lesiones precancerosas. Colombia firmó este compromiso, pero infortunadamente aún está lejos de cumplirlo.
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* Comentario de orden del Dr. Castro Espinosa durante la charla sobre “Caracterización molecular del microbiota bacteriano cervical y del virus del papiloma humano en muestras de mujeres provenientes de dos regiones de Colombia”.
Nota. Victoria Rodríguez G. Comunicaciones Academia Nacional de Medicina
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