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La búsqueda de una vacuna contra el SARS-CoV-2 (COVID-19) es y seguirá siendo la prioridad científica más importante en el campo de la salud y tal vez de la economía, en la historia de la humanidad, por lo menos, desde cuando Edward Jenner, a quien se conoce como el padre de las vacunas, con sus experimentos en 1796 revolucionó el mundo de la salud.
Sin lugar a duda, el anuncio hecho por la empresa norte americana Pfizer y la firma alemana BioNTech que han desarrollado de manera conjunta la vacuna contra el COVID 19 es una extraordinaria noticia, ya que, en los análisis preliminares, la vacuna ha demostrado ser eficaz en un 90% de las personas a quienes se les aplicó, por supuesto, resultados que, aunque aún no son definitivos si son prometedores y nos alegran a todos.
Cuando los científicos crean vacunas, tienen en cuenta en primer lugar de qué manera el sistema inmunitario responde. ¿Quién necesita prioritariamente vacunarse contra el virus? ¿Cuál es la tecnología o el enfoque para crear la vacuna?, en fin, un enorme despliegue técnico, tecnológico, científico, y financiero, que normalmente tomaba muchos años pero que hoy en un esfuerzo sin antecedentes ya casi es una realidad.
Hasta hoy, se hablaba de vacunas vivas, vacunas atenuadas, vacunas inactivadas, vacunas de subunidades, recombinantes, polisacáridos y combinadas o vacunas con toxoides. Sin embargo, la vacuna de Pfizer y BioNTech es una vacuna experimental pues hasta el momento no hay vacunas de este tipo aprobadas para su uso en humanos, denominada BNT162b2 y basada en tecnología de ARN mensajero (ARNm), ciertamente un gran logro y revolución en el campo de las vacunas, pues el concepto cambia radicalmente ya que en lugar de introducir en el organismo un patógeno atenuado o una parte de este para que nuestro organismo reaccione y desarrolle defensas frente al virus, que es lo que ocurre con las vacunas que mencionamos anteriormente, la vacuna de ARNm proporciona las instrucciones para que sea nuestro propio organismo el que produzca el antígeno que en el caso del SARS-CoV-2, (Covid 19) es la proteína S o “spike protein” (proteína de espiga o espícula del coronavirus) que tiene capacidad para desencadenar la reacción de nuestro sistema inmune.
Algo importante de mencionar, es que esta vacuna hace parte de un grupo de 10 que están ya en fase III y 4 de ellas se desarrollan sobre el mismo principio del ARNm como es el caso de la vacuna de Moderna, que ya también ha anunciado
que dos dosis de ARNm-1273, su candidato a vacuna contra el COVID-19, ha producido una “Robusta respuesta inmunológica y protección contra la infección por SARS-CoV-2”. lo que de alguna manera permitiría pensar que en un tiempo prudencial podrían existir otras vacunas disponibles en el mercado.
La de Pfizer y BioNTech, ya sabemos se aplicó a 43.500 personas en 6 países (Alemania, Argentina, Brasil, Estados Unidos, Sur África y Turquía) sin presentarse hasta hoy problemas, lo cual son muy buenas noticias. Que la vacuna requiere de acuerdo con las informaciones recibidas dos (2) dosis con tres (3) semanas de intervalo, presentado inmunogenicidad 7 días después de la segunda dosis y así mismo, que en pocos días la compañía presentará ante la autoridad regulatoria de los Estados Unidos (FDA) una solicitud de emergencia de registro y licenciamiento de la vacuna de manera que pueda iniciarse en el corto plazo su producción que han expresado sería de 50 Millones de dosis antes de terminar el año y 1.300 millones en el 2021.
Como todo, hay aún muchos retos y desafíos que aún se deben afrontar, por ejemplo cuánto durará la inmunidad, como se comportará la eficacia de la vacuna en los distintos grupos etarios, tampoco sabemos aún si la vacuna evitará que una
persona se contagie y pueda propagar el virus o solo evitará que se enferme, lo cual supone que a pesar de vacunarse deberíamos continuar con las medidas de protección que eviten un potencial contagio y claro, los estudios que deben seguir en cuanto a la seguridad en el mediano y largo plazo.
De otra parte, hay algunos temas logísticos que exigirán que todos los países se adecuen de manera inmediata y ello es desde ya, para el tema del almacenamiento por ejemplo, estas vacunas pertenecen a un tipo de vacunas llamadas “ultrafrías”, porque deben transportarse y almacenarse a temperaturas por debajo de los menos setenta grados centígrados (-70º C), temperatura extremadamente baja que no requieren las demás vacunas existentes y por lo tanto para muchos países incluidos varios desarrollados y en áreas rurales el tema podría ser un obstáculo, especialmente porque no cuentan o son limitados los equipos adecuados para alcanzar esas temperaturas.
Si bien, aún faltan datos definitivos y existen limitaciones económicas y logísticas, es fundamental entender el enorme esfuerzo que ha significado el encontrar una vacuna, felicitar a los científicos y empresas que han permitido alcanzar lo que hoy ya existe.
Finalmente debemos reconocer en el caso de nuestro país, el esfuerzo del gobierno, del señor Ministro de Salud y todo su equipo, para poder una vez esté disponible la vacuna, garantizar de manera progresiva iniciando por los grupos de mayor riesgo (mayores de 60 años, profesionales de la salud, pacientes inmunosuprimidos o con comorbilidades, entre otros) que toda la población pueda acceder de manera gratuita a esta vacuna, eso sin duda seria el mayor logro de este Gobierno ya que gracias a ello seria posible continuar como es el anhelo de todos la recuperación y el crecimiento de nuestro país.
Decía Mario Benedetti, que contra lo único que no hay vacunas es contra el optimismo y bueno, diría yo que tampoco contra el amor.
FERNANDO SALGADO QUINTERO MD MsC Trop Med