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(TEA) Trastorno del Espectro Autista, es un trastorno neurobiológico del desarrollo que se manifiesta durante los tres primeros años de vida, y provocan problemas sociales, comunicacionales y conductuales significativos
Es ampliamente aceptado que el Espectro Autista no debe ser considerado una enfermedad, sino más bien una condición y aunque las personas con condiciones del espectro autista pueden llevar una vida normal, siguen sufriendo discriminación, estigmatización y exclusión en la sociedad. Es frecuente que pasen desapercibidos a los ojos de otros, porque no hay diferencias notables frente a otras personas, pero es posible que quienes tienen un TEA se comuniquen, interactúen, se comporten y aprendan de maneras distintas a otras personas. Sus capacidades de aprendizaje, pensamiento y resolución de problemas se mueven en un espectro muy amplio, donde puede encontrarse personas consideradas “genios” y otras con muchas dificultades en su aprendizaje.
Características de un niño o niña con autismo
- No responde a su nombre cuando ya tiene un año.
- No señala objetos demostrando su interés a los 14 meses de edad, ni mira los objetos cuando otra persona los señala.
- No simula realidades con su entorno a los 18 meses. Por ejemplo, no le da de comer a un muñeco o no lo viste.
- Tiene dificultad para comprender los sentimientos que tienen otras personas y le cuesta identificar sus propios sentimientos.
- Tiene dificultad para relacionarse con los demás, no manifiesta ningún interés por otras personas o puede estar muy interesado(a) en las personas pero no saber cómo hablar, jugar ni relacionarse con ellas.
- Prefiere estar solo y evitar todo tipo de contacto visual.
- Evita el contacto físico, suele evitar los abrazos a menos que sea el(ella) quien lo propicie.
- Tiene retrasos considerables con el lenguaje y el habla.
- Posee ecolalia, es decir, repite siempre las mismas frases o palabras.
- No responde de manera coherente a las preguntas que se le hacen.
- Reacciona de manera poco habitual al sonido de las cosas, al tacto, al olor, al aspecto o al gusto.
- Demuestra obsesión por algunas cosas.
- Tiene dificultades para adaptarse cuando hay un cambio en la rutina.
- Puede tener movimientos repetitivos como mecerse, girar en círculos o aletear.
Diagnóstico
Para llegar a un diagnóstico, los médicos deben observar el comportamiento y el desarrollo del niño. Muchos niños no reciben un diagnóstico hasta que son grandes y eso dificulta que obtengan la ayuda temprana que necesitan. Los especialistas encargados de su diagnóstico son Pediatras del desarrollo, Neurólogos pediatras, y sicólogos o psiquiatras infantiles. Los servicios de tratamiento de intervención temprana pueden mejorar el desarrollo de los niños con TEA.