Órgano consultor del Gobierno Nacional en temas de  Salud y  Educación Médica. Creada por Ley 71/1890, ratificada por Ley 86/1928, Ley 02/1979, Ley 100/1993.

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Imagen: “Lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp” de Rembrandt (1632)

Artículo basado en la Cátedra de Humanismo Médico. Conferencia del Académico Dr. Manuel Galindo Arias. Médico anestesiólogo de la Universidad Nacional de Colombia. Docente de anestesiología en la Universidad Nacional, Universidad Javeriana, programa del Hospital Universitario de la Samaritana y de la Fundación Universitaria San Martín. 

A lo largo de la historia humana, la cirugía ha sido una respuesta permanente a la necesidad de resolver problemas que afectaban la vida y la integridad física. Desde restos con intervenciones de hace 31.000 años hasta los primeros registros escritos, se evidencia que distintas culturas intentaron procedimientos para sanar lesiones o deformidades. Los avances actuales son posibles gracias a siglos de exploración, ensayo y error de quienes precedieron a los cirujanos de hoy.

Entre los hallazgos más antiguos destacan los restos encontrados de un hombre joven en Borneo, con una estimación de 31.000 años atrás, donde un individuo con amputación de una extremidad sobrevivió tiempo suficiente para desarrollar un callo óseo que muestra recuperación. También se han encontrado cráneos con trepanaciones de 12.000 años a. C. y evidencias similares en territorios como Sopó, Cundinamarca. Estos descubrimientos, junto con artefactos precolombinos como el tumi inca (un cuchillo ceremonial), demuestran que las culturas antiguas realizaban prácticas quirúrgicas rudimentarias, algunas con propósitos rituales y otras como intentos reales de salvar vidas.

Incluso en América prehispánica existieron procedimientos complejos. Hernán Cortés sobrevivió a una herida penetrante de cráneo gracias a la intervención de médicos tlaxcaltecas, y culturas preincaicas como los paracas realizaron trepanaciones exitosas. Ejemplos de que la cirugía había alcanzado niveles notables antes del contacto europeo.

En la Edad Antigua, el conocimiento empezó a sistematizarse gracias a civilizaciones que desarrollaron la escritura. En Egipto, Imhotep (2650-2600 a.C.) destacó no solo como arquitecto, sino como médico, sacerdote y figura inspiradora del Papiro Edwin Smith (1.600 a.C.), donde se describen fracturas, trepanaciones, cataratas y métodos diagnósticos sorprendentemente avanzados. Aunque no se conocen en detalle los métodos quirúrgicos, se sabe que usaban sustancias como el vino y maniobras para inducir inconsciencia, con el fin de realizar circuncisiones y otros procedimientos.

En la India, Sushruta (siglo VI a.C.), considerado uno de los padres de la cirugía, escribió una obra monumental que abarca cientos de enfermedades, plantas medicinales y técnicas operatorias. Sus descripciones incluyen procedimientos oftalmológicos, normas de conducta para el cirujano y la importancia de la destreza manual con ambas manos. 

La medicina griega alcanzó un punto notable con Hipócrates (460-370 a.C.), quien dio a la práctica médica un enfoque racional, ético y sistemático. Aunque él escribió poco, sus enseñanzas fueron recopiladas por sus alumnos, -más aportes propios-, en el Corpus Hipocrático, que incluye escritos sobre higiene, la teoría de los 4 humores, manejo de fracturas y observaciones clínicas detalladas. La prohibición de abrir el abdomen o realizar disecciones en cadáveres refleja un tanto la postura conservadora de Hipócrates en ciertos temas.  

El conocimiento anatómico avanzó significativamente con Herófilo (335-280 a.C.) y Erasístrato (340-250 a.C.) en Alejandría, donde sí se permitían disecciones humanas. Herófilo describió estructuras del sistema nervioso, vasos y órganos, mientras que Erasístrato realizó aportes sobre la fisiología y dejó registros que combinaban observación anatómica con experimentación. A pesar de su contexto, que a la luz de hoy podría ser éticamente cuestionable, sus descubrimientos impulsaron la anatomía científica.

Roma heredó y amplió este conocimiento. Celso (siglo I d.C.), considerado el “Hipócrates romano”, describió técnicas quirúrgicas, manejo de heridas y la actitud que debía tener un cirujano, destacando la importancia de mantener la calma ante el dolor del paciente debido a la ausencia de anestesia. Posteriormente, Galeno (130-200 d.C.), formado en las escuelas de Esmirna, Corinto y Alejandría, ejerció una influencia enorme en la medicina, experimentó con animales para entender el sistema circulatorio y nervioso y  trató lesiones en gladiadores, aunque varios de sus errores anatómicos se perpetuaron durante siglos debido a la prohibición de disección humana.

En China también surgieron innovadores, como Hua Tuo (140-208 d.C.), quien empleó mezclas herbales que probablemente actuaban como anestésicos y realizó drenajes, extirpaciones y otras intervenciones. Con el paso a la Edad Media (476-1492 d.C.), la medicina entró en una especie de oscurantismo, pues fue un periodo marcado por el dogma religioso y ciertas restricciones, que obligaban a los médicos y científicos a callar sus descubrimientos. Aun así, figuras como Abulcasis (936-1013) realizaron enormes avances, describiendo más de 200 instrumentos, muchos diseñados por él mismo, y procedimientos que abarcaron desde la otorrinolaringología hasta la neurología. Avicena (980-1037)  sistematizó la medicina y fue un teórico que fundamentó la medicina universitaria europea.

Cirujanos europeos medievales como Teodorico Borgognoni, Lanfranco de Milán, Henri de Mondeville y Guy de Chauliac también dieron pasos decisivos hacia la cirugía moderna. Introdujeron prácticas antisépticas rudimentarias, defendieron la necesidad de unir la cirugía con la medicina universitaria y promovieron una ética quirúrgica rigurosa. La obra monumental de Guy de Chauliac (1300-1368), escrita durante la peste negra, consolidó gran parte del conocimiento quirúrgico de su tiempo, pues fue considerado el padre de la cirugía medieval europea.

Con el inicio de la Edad Moderna, la cirugía experimentó una transformación decisiva gracias a la libertad intelectual del Renacimiento. Ambroise Paré (1510-1590) revolucionó el tratamiento de heridas de guerra y perfeccionó la ligadura de vasos; Andreas Vesalio (1514-1564) derribó los dogmas galénicos al fundamentar la anatomía en la disección y las autopsias, fue autor del afamado De humani corporis fabrica; William Harvey (1578-1657) estudió la circulación de la sangre, corrigiendo la teoría previa de Galeno; y otros pioneros como Tagliacozzi, John Hunter y Pierre Desault impulsaron la cirugía plástica, la experimentación científica y la anatomía quirúrgica. 

La Edad Contemporánea (1789-2025) ha marcado una transformación decisiva en la historia de la cirugía, impulsada por avances científicos y técnicos que permitieron procedimientos antes impensables. Seishu Hanaoka (1760-1835) en Japón realizó una mastectomía de mama exitosa, con métodos pioneros de anestesia, aunque sin difusión internacional debido al aislamiento del país. La llegada de la anestesia en 1846 con W.T.G. Morton y el posterior desarrollo de la antisepsia gracias a Joseph Lister transformaron radicalmente la práctica quirúrgica.

El progreso continuó con cirujanos que ampliaron los límites de lo posible: Theodor Billroth en cirugía abdominal, William Halsted en técnicas oncológicas y de asepsia, y avances paralelos como el descubrimiento de los rayos X por Wilhelm Röentgen en 1895 y la penicilina por Alexander Fleming en 1928, que redujeron drásticamente la mortalidad. La aparición de los relajantes musculares con Harold Randall Griffith permitió intervenciones más seguras y precisas, mientras que especialistas como Cushing en neurocirugía, Carrel en suturas vasculares y pioneros del siglo XX como Christian Barnard, autor del primer trasplante de corazón en 1967, y René Favaloro, innovador del bypass coronario,  revolucionaron sus campos. A esto se sumaron instituciones emblemáticas como el Johns Hopkins Hospital, que consolidaron la cirugía moderna.

Ya en el siglo XXI, el desarrollo tecnológico ha impulsado nuevas fronteras: cirugía robótica, microcirugía, procedimientos mínimamente invasivos y modelos de atención de alto impacto social. Los avances de los últimos dos siglos han sido extraordinarios, pero el ritmo actual sugiere que el futuro de la cirugía crecerá de manera aún más acelerada, con transformaciones que podrían superar todo lo conocido hasta ahora.

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Intervención completa en: 

LA CIRUGÍA A TRAVÉS DE LA HISTORIA | cirujanos estelares

Artículo. Victoria Rodríguez G. Comunicaciones Academia Nacional de Medicina

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