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Conferencia del Dr. Gerson Orlando Bermont Galavis, Secretario Distrital de Salud de Bogotá, en la Academia Nacional de Medicina.
Señala el Dr. Bermont que el proyecto de atención primaria social en Bogotá nació incluso antes de que Carlos Fernando Galán fuera elegido alcalde. Surgió como una respuesta a la incertidumbre que generaba la reforma al sistema de salud actualmente en discusión y la necesidad de pensar cómo actuar frente a los cambios venideros. Grupos de expertos empezaron a delinear propuestas que luego serían incluidas tanto en el programa de gobierno del entonces candidato como en el plan de desarrollo del alcalde ya electo.
La pandemia jugó un papel decisivo en este proceso. Fue una experiencia que dejó muchas enseñanzas sobre qué se podía hacer para responder en momentos críticos. La red de salud de Bogotá es grande y compleja, tanto en el sector público como en el sector privado, con buena capacidad de respuesta. La crisis que afronta el sistema de salud ha convertido ese plan inicial en un plan de mitigación para enfrentar los desafíos que ha traído el modelo de salud en franco deterioro, con cierre de servicios en muchos lugares del país.
Actualmente, Bogotá recibe un promedio de 13 a 15% de pacientes que buscan atención provenientes de otras regiones del país, lo que representa 2.400 camas adicionales disponibles. Aunque la falta de recursos para el sistema es una de las causas principales de la crisis, no es la única. La salud no depende solo de hospitales o médicos, sino también de factores externos como el agua, la vivienda, el aire, la educación y la cultura, considerados determinantes sociales. El modelo “Más Bienestar” que plantea la Secretaría se centra en la atención primaria social. Más que una disputa con la atención primaria en salud que promueve el Gobierno, busca fortalecerla y darle sentido real.
La atención primaria social es una cuestión de gobernanza, pues involucra varios sectores. El reto era mayúsculo: convencer a secretarías y dependencias de que cada una, desde educación hasta cultura o integración social, se convierta en parte activa del bienestar colectivo. El alcalde asumió ese liderazgo local, conduciendo a Bogotá hacia un modelo en el que la salud pública se construya desde la intersectorialidad.
Con ese espíritu se creó la Comisión Intersectorial de Determinantes Sociales de la Salud y el Bienestar, liderada por el alcalde. Este espacio permite que diferentes sectores comiencen a ver los problemas desde una misma perspectiva y a actuar de manera coordinada. Los primeros resultados se hicieron visibles en ámbitos sensibles como la reducción de suicidios en instituciones educativas, así como el seguimiento a programas de cobertura de vacunación en entornos educativos y la atención de poblaciones invisibilizadas como los habitantes de pagadiarios y de calle, de los que no se tenían muchos datos.
El modelo sigue en construcción permanente. No es un esquema cerrado, sino una estrategia que se adapta a las realidades de cada territorio dentro de Bogotá. Se centra en mejorar la resolutividad, la oportunidad, la accesibilidad, la continuidad, la integración e integralidad de los servicios, pero sobre todo en entender que el bienestar se construye desde la vida cotidiana de cada ciudadano.
Bogotá avanza en una transformación profunda de su sistema de salud, basada en la tecnología y el manejo de datos. La Secretaría Distrital de Salud emprendió la construcción de una gran base maestra que concentra información de casi toda la población, permitiendo conocer en detalle riesgos y condiciones de vida de los ciudadanos. Este ejercicio, apoyado en la interoperabilidad de sistemas, ya tiene consolidados datos de más de cinco millones de habitantes, lo que abre a futuro la puerta a una atención más oportuna y precisa.
Uno de los pilares de este cambio es SaluData, una plataforma que ofrece caracterización territorial de la ciudad. Bogotá no es un bloque homogéneo, sino un mosaico con 20 localidades y 1.190 sectores catastrales con realidades muy distintas. Gracias a esta herramienta, se cuenta con boletines actualizados por localidad y se construyen planes de acción adaptados a cada territorio. Esta mirada detallada permite identificar, por ejemplo, cuántos niños, gestantes o personas con discapacidad viven en cada sector, facilitando la toma de decisiones junto con los alcaldes locales.
A la par, se fortalecen los sistemas de información que integran a distintos sectores. El Sistema Integral de Referencia y Contrarreferencia (SIRC) permite que salud, educación y otros actores dialoguen en tiempo real y midan el impacto de sus acciones. Además, Bogotá desempolvó una potente plataforma de interoperabilidad adquirida en 2018, “Bogotá Digital”, que ahora conecta no solo historias clínicas, sino también políticas sociales, logrando un verdadero diálogo digital para la gestión de riesgos.
El modelo “Más Bienestar” también incorpora la participación ciudadana. Se están tejiendo redes comunitarias, juveniles y de pacientes, con especial énfasis en problemas urgentes como el consumo de sustancias en menores de edad y el acompañamiento a personas con cáncer. Además, se está consolidando un canal ágil para que los ciudadanos reporten fallas en la atención en salud, buscando respuestas más rápidas frente a citas, medicamentos o cirugías represadas.
Sobre el terreno, los protagonistas son los Gestores de Bienestar. A diferencia de los antiguos equipos extramurales, ahora trabajan para todas las aseguradoras y no recorren casas al azar, sino que actúan con base en información de riesgos priorizados. Su misión es canalizar a los pacientes hacia las rutas integrales de atención y dar seguimiento a casos como cáncer, embarazo o enfermedades crónicas.
El modelo también apuesta por resolver cuellos de botella en la atención. La infraestructura para algunos servicios específicos está concentrada en ciertas zonas, obligando a los pacientes a desplazamientos absurdos a través de la ciudad o zonas aledañas para conseguir la atención. Las Unidades Primarias Resolutivas concentrarían en un solo lugar médicos generales, especialistas y equipos diagnósticos, pues en ocasiones los pacientes se ven obligados a tomar 4 o 5 citas para la autorización de un procedimiento o un medicamento. Desde la Secretaría se pretende promover un modelo diferente de contratación que permita agilizar el proceso evitando las demoras de múltiples autorizaciones y citas.
La creación de una línea única de urgencias (125) que permita orientar al paciente hacia los centros donde realmente les puedan resolver el problema, en una especie de “tríage telefónico”, es otro objetivo claro. A esto se suma el fortalecimiento de la red pública y la hospitalización domiciliaria, que ya ha demostrado reducir costos en más del 60% y liberar camas.
El Secretario de Salud anota que este proceso de implementación se concibe como un proceso abierto y colaborativo. La academia, los hospitales públicos y privados, las EPS y la ciudadanía están llamados a construir y validar el modelo. No se trata de una receta cerrada, sino de un camino que se ajustará en la práctica. Lo que se busca es que los bogotanos perciban un sistema más ágil, eficiente y humano, capaz de anticiparse a los riesgos y responder a sus necesidades reales. Ese es el corazón de la iniciativa “Más Bienestar”, que ya ha empezado a implementarse en algunas zonas de la ciudad y que espera cubrir todo el territorio de la capital.
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Intervención completa del Secretario Distrital en:
PRESENTACIÓN PROGRAMA +MAS BIENESTAR
Infórmese sobre el modelo Más Bienestar.
Nota. Victoria Rodríguez G. Comunicaciones Academia Nacional de Medicina