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Imagen Crédito: Laly Malagón / OPS Colombia

En el Putumayo colombiano, aproximadamente el 80% de la población vive en zonas rurales dispersas, muchas de las cuales son de difícil acceso, con comunidades ubicadas a orillas de ríos. Los trabajadores de la salud deben navegar por horas para llegar allí. Este aislamiento complica el desplazamiento hacia los centros de salud así como la distribución de vacunas, afectando la cobertura de inmunización en la región.

La cooperación entre el Gobierno de Canadá y la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) ha sido clave para mejorar esta situación.  La Iniciativa Global de Canadá para la Equidad de Vacunas (CanGIVE), busca garantizar que las poblaciones vulnerables reciban las vacunas necesarias para prevenir enfermedades y proteger vidas. En consulta con el Gobierno de Colombia, se focalizaron diez departamentos con bajas coberturas en niños menores de 5 años: Caquetá, Putumayo, Amazonas, Arauca, Vaupés, Chocó, La Guajira, Nariño, Guainía y Vichada.

CanGIVE, con una inversión de 14,9 millones de dólares canadienses para los años 2023 y 2024, ha ayudado en la compra de equipos para la cadena de frío, suministros para la vacunación, y ha fortalecido el sistema de información y el talento humano del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) en la región. 

La entrega de un bote con motor, ha facilitado enormemente el trabajo de los vacunadores. Antes, los equipos vacunadores debían enfrentar largos y costosos viajes en botes públicos, lo que dificultaba la cobertura regular de los esquemas de vacunación. Para ellos, el bote ha sido una verdadera “bendición” que permite hacer el seguimiento de los esquemas de vacunación y garantizar que los niños reciban las dosis a tiempo. 

Los vacunadores comienzan sus jornadas muy temprano, incluso antes del amanecer. Después de recoger las vacunas y asegurarse de que se mantenga la cadena de frío, se dividen en grupos para realizar recorridos tanto fluviales como terrestres, caminando largas distancias entre aldeas y cerros para llegar a cada hogar, vacunar a los niños y evitar la propagación de enfermedades prevenibles. 

La vacunación en áreas rurales como el resguardo indígena Las Vegas, ha sido posible gracias a esta iniciativa. Antes, viajar al pueblo para recibir las vacunas era un gasto que muchas familias no podían asumir. La mejora en la logística y la disponibilidad del bote también ha ayudado a reducir los costos operativos del hospital local. Esteban López, gerente del Hospital Alcides Jiménez, señala que el uso del bote ha disminuido significativamente los gastos en transporte pues era el hospital quien asumía el costo de alquilar botes particulares.

El Programa Ampliado de Inmunizaciones de Colombia -PAI es uno de los más completos de la región, ofreciendo 22 vacunas para proteger contra más de 30 enfermedades. La vacunación es una herramienta fundamental para prevenir enfermedades como la infección respiratoria aguda, el COVID-19 y la fiebre amarilla, especialmente en áreas rurales y apartadas como Putumayo. Elvin Janeth Botina, jefe de la oficina de salud pública de la región, resalta la importancia de mantener altos niveles de cobertura en toda la población, desde niños pequeños hasta adultos mayores.

Carolina Revelo, enfermera del sistema de información del PAI, menciona que las coberturas en algunos municipios ya han alcanzado un 95%, un objetivo importante en un territorio donde las tasas de vacunación eran tradicionalmente bajas. 

Fuente: OPS

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