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Cátedra de Humanismo Médico, Academia Nacional de Medicina y ASCOFAME. Conferencia del académico Álvaro Rodríguez Gama, médico cirujano de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en Psiquiatría, Miembro de Número de la Academia Nacional de Medicina, secretario ejecutivo de ALANAM.
El ser humano, a pesar de ser una especie relativamente reciente en el planeta, ha tenido un impacto significativo en su entorno desde su aparición hace aproximadamente 100.000 años, en un período de 4.500 millones de años desde la formación de la Tierra. La ciencia se presenta como uno de los mayores logros de la civilización, esencial para el bienestar humano, el desarrollo tecnológico y la investigación científica impulsada por la curiosidad inherente a la especie humana. Pretende ser objetiva, contrastando con la subjetividad propia de la experiencia humana, y reconoce que el conocimiento está en constante evolución.
La epistemología es la ciencia del conocimiento, examina cómo se produce y se valida el conocimiento, identificando tanto aciertos como errores. Hoy en día, existe una sobreabundancia de información; se calcula que hay más de 148 billones de libros diferentes publicados hasta hoy, se divulgan artículos científicos cada cinco segundos, lo que dificulta la tarea de discernir qué datos son relevantes y consistentes. Este panorama resalta la importancia de la epistemología para navegar entre el vasto océano de información disponible.
Protágoras, un filósofo griego, afirmaba que el ser humano es la medida de todas las cosas, la visión del mundo pasa a través de la mirada humana. La naturaleza humana o la psique humana es compleja y diversa, marcada por emociones, traumas, conductas, relaciones, personalidades, entre muchos otros factores. Cada individuo es único, con su propia combinación de características, y en él pueden coexistir la generosidad y el egoísmo, la autonomía y la dependencia, la verdad y la mentira.
Las características principales del ser humano son el pensamiento, la comunicación, la creatividad, la emocionalidad y el narcisismo. El narcisismo, como rasgo humano, puede variar desde lo normal hasta lo patológico. La leyenda de Narciso ilustra cómo la arrogancia y la búsqueda excesiva de la autoimagen pueden llevar a la soledad. Freud exploró este concepto, diferenciando entre un narcisismo saludable y uno disfuncional que puede causar daño tanto al individuo como a sus relaciones.
Los narcisistas suelen tener una visión exagerada de su importancia y pueden carecer de empatía hacia los demás. Este rasgo no sólo se manifiesta en el ámbito personal, sino también en contextos grupales e incluso nacionales, donde la superioridad se reivindica de diversas maneras, en el ámbito religioso, político, racial.
Yuval Noah Harari en su libro “21 lecciones para el siglo XXI” dice “cada ser humano se siente el centro del mundo y, por ende, cree que todas sus ideas y conceptos son los correctos”. Nietzsche pedía que su orgullo siempre fuera del brazo con su cordura, y como ellos muchos autores han acuñado frases sobre el tema.
El conocimiento humano, a menudo influenciado por el narcisismo, ha llevado a errores históricos en la comprensión del mundo, como la creencia de que el sol giraba alrededor de la tierra, o que la tierra era plana o que el viento era causado por las olas según la visión de los antiguos griegos.
El narcisismo también se refleja en las nomenclaturas y epónimos en medicina, botánica, química, zoología y astronomía, entre otras áreas. Muchos descubrimientos llevan nombres de individuos. En la naturaleza, los seres humanos han asumido erróneamente la superioridad sobre otros seres vivos. Este egocentrismo ha llevado a la creación de conceptos como “zoonosis”, que ignora la realidad de cómo las enfermedades se transmiten de animales a humanos, debido a la manipulación de las especies animales por parte de los humanos, enfatizando la necesidad de un cambio de perspectiva hacia lo que propone el Dr. Rodríguez Gama como “antroponosis”.
De hecho, los descubrimientos recientes sobre la comunicación entre plantas y animales han puesto en evidencia el narcisismo humano. Se ha comprobado que los árboles se comunican entre sí a través de sus raíces, para por ejemplo, enviar nutrientes a árboles enfermos, e igual ocurre con los animales e incluso los microorganismos crean redes de ayuda para suministrar nutrientes a sus pares, desafiando la creencia de que solo los humanos pueden comunicarse.
El método científico surge como un antídoto contra el narcisismo, al exigir evidencia objetiva en lugar de opiniones subjetivas. Sin él, las afirmaciones de superioridad personal podrían prevalecer, distorsionando el avance del conocimiento. Sin embargo, el narcisismo no siempre es negativo. Puede ser un motor para el progreso y la creatividad. Muchas acciones de individuos narcisistas han resultado en contribuciones valiosas a la sociedad y la civilización, desde avances en medicina hasta expresiones artísticas.
El narcisismo es una característica universal con matices. Este rasgo humano, aunque puede ser destructivo en su forma patológica, también puede fomentar la autoestima y el progreso colectivo. El narcisismo normal puede ser beneficioso para la salud mental y el desarrollo científico, actuando como un impulso para la mejora personal y social.
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Charla completa en IMPACTO DEL NARCISISMO EN LA CIENCIA
Nota. Victoria Rodríguez G. Comunicaciones Academia Nacional de Medicina