Visitas: 72

La Doctora Magnolia Arango Loboguerrero, Pediatra Neumóloga y Miembro de la Junta Directiva de la Liga antituberculosa colombiana, presentó esta conferencia en la Academia. Dice así: El espíritu visionario, el altruismo, la bondad de doña Lorencita Villegas de Santos no solamente se demuestra por ser fundadora de la Liga Antituberculosa Colombiana sino porque ayudó a fundar otra serie de instituciones como el Hospital Infantil, el Pabellón Infantil del Hospital de Santa Clara, el Voluntariado para Niños con Tuberculosis. Así que ella fue una visionaria porque desde el primer momento comprendió lo importante que era la tuberculosis en los niños, un problema interesante de analizar y de abordar y hay que recalcar que para el imaginario de mucha gente e incluso de muchos médicos y de muchas personas del equipo de salud puede ser algo verdaderamente inexistente, razón por la cual hoy, haciéndole un homenaje a doña Lorencita y muy especialmente al voluntariado de la Liga que ha permitido que durante 75 años se lleve la bandera de la defensa, la protección y la atención de los niños con tuberculosis, como también de los adultos, recordando que todos esos dramáticos números que existen frente a la incidencia de casos en el mundo, son muchos los niños, desde 500.000 hasta un millón los que pueden estar enfermos, existiendo también un número importante de niños que mueren, con tuberculosis pulmonar la mayoría de ellos. Hay que recordar que el impacto de la tuberculosis no es solamente la enfermedad que le puede producir a los niños sino la cantidad de niños huérfanos que hay por las muertes ocasionadas por la tuberculosis. Se calcula que en 2010 hubo más de diez millones de huérfanos por las defunciones debidas a tuberculosis directa o indirectamente.

Por supuesto que la incidencia de los menores de 15 años se registra pero todos sabemos que hay una realidad de un subregistro y que esa incidencia en los menores de quince años puede ser alrededor de cinco y que también en los niños hay coinfección de tuberculosis y Vih; hay aumento de la resistencia al punto de que se ha estimado un 3,8%; que la cobertura de la Bcg, ideal del 95% para el año 2011, solamente era del 86,7% y tenemos que reconocer que estamos un poco lejos en la protección.

La tuberculosis no es un evento esporádico en los niños. De los 74 casos que hubo en 2012, fueron registrado 524 pulmonares; 150 extrapulmonares y 38 meníngea, lo cual es un número frío que aparentemente no dice mucho pero dice demasiado porque es inconcebible que a estas alturas de nuestro desarrollo haya meningitis con toda su letalidad y con todos sus graves problemas y complicaciones que deja.

Vemos que en el país hay determinantes generales muy claros en los niños: factores de tipo endémico, genético, el deterioro de las condiciones socio-económicas del país, el conflicto, los desplazados, el estado nutricional deficiente, el estado inmunológico, pero también hay situaciones que nos ponen en mayores aprietos en relación a los niños porque ellos están más expuestos, son más susceptibles a la infección temprana, son menos eficientes en contener los bacilos, hay mayor diseminación, mayor gravedad y complicaciones y, un hecho muy importante, es que a menor edad mayor vulnerabilidad hacia la tuberculosis, porque en menores de un año, un niño que se infecte y pase a ser un niño con tuberculosis pulmonar puede llegar hasta al 40% pero además esa tuberculosis pulmonar se puede convertir en una miliar o en una enfermedad del sistema nervioso central hasta el 20% lo cual es muy dramático, que aunque va descendiendo, después de los diez años, en la preadolescencia, la infección puede volver a tener un pico elevado.

Conocemos perfectamente que hay una deficiente cobertura de la vacunación con Bcg, hay una detección de sintomatológícos respiratorios en el diagnóstico o en el tratamiento que puede ser no lo deseado, que el paso de la infección a la enfermedad en niños no es obvio pero suele ser rápido y puede suceder la enfermedad a cualquier edad aún en niños que aparentemente son sanos. Los factores de riesgo que considera la Ops/Oms y los que más nos competen son obviamente el contacto intradomiciliario frecuente con bacilíferos, la edad inferior a cinco años, la infección concomitante por Vih, la desnutrición grave, las poblaciones en condiciones de vulnerabilidad que para un país como Colombia somos los indígenas, los afrodescendientes, los desplazados y los habitantes de la calle. De todas estas condiciones ¿cuál no reunimos aquí en Colombia para que los niños sean especialmente vulnerables? Y, por supuesto, si bien es cierto que ellos son los más susceptibles a la enfermedad o a la infección, todos los niños lo son y a nivel, tanto rural como urbano, poseemos factores de riesgo que hacen que los niños sean especialmente vulnerables a esta enfermedad. Hay muchos contrastes entre la tuberculosis infantil y la de los adultos y es porque muchas veces vemos al niño que está enfermo que generalmente es una primoinfección, tienen poblaciones bacilares bajas, con una baja contagiosidad a pesar de que son altamente vulnerables, esto en contrasta con la de los adultos que generalmente van al médico porque están enfermos, es un cuadro de reactivación, son muy bacilíferos y por supuesto se entiende que para un programa nacional son prioridad porque hay que identificar a los que posiblemente pueden infectar al resto de la población, pero la historia muestra que el hecho de que los niños fueran considerados de baja contagiosidad, habían sido secundarios para los planes nacionales. Por fortuna ya hace algún tiempo las organizaciones Ops/Oms y las autoridades en el país se han sensibilizado mucho sobre el problema y naturalmente han prestado la máxima atención a esta circunstancia y se ha tratado de implementar programas para hacer una mejor referencia de los casos, para registrarlos con más adecuación y tener en cuenta estos datos. También es importante la tuberculosis en los niños porque está directamente relacionada con la presencia de tuberculosis en los adultos y lo que indica como evento centinela que es, es que hay una transmisión reciente y progresiva del bacilo.

Al mirar lo que es el espectro de la tuberculosis en la población infantil recordamos que hay un universo grande de expuestos en nuestro país pues ya sabemos que hay muchas posibilidades que así suceda, un número menor de ellos que se infectan y que hacen una tuberculosis activa dependiendo dependiendo de la edad y de los factores de riesgo, todo lo cual nos plantea tres situaciones que son: 1) de infección, 2) de la tuberculosis latente y, 3) de la enfermedad activa. En este paso entre latente y enfermedad el problema es que el proceso es un continum que a veces es un poco indefinido y es subclínico, siendo uno de los riesgos grandes de que el niño fácilmente pueda diseminar o hacer cuadros clínicos a este paso.

Formas, hay de todos los tipos: pulmonares, linfohematógenas, extrapulmonares y también es muy preocupante porque está resurgiendo la tuberculosis conténita que antes era un tema teórico pero que ya se sabe que en muchas partes del mundo ha resurgido. También hay preocupación por Mycobacterium no tuberculosis que se asocia a estados de inmunodeficiencia.

En cuanto  a los síntomas vale la pena recordarles que puede ser muy variado el cuadro clínico y que una vez que tengamos la secuencia diagnóstica, ante la sospecha, aparte de hacer una magnífica historia clínica y tener datos claros en cuanto al cuadro clínico, los síntomas y signos, es tratar de practicar un Ppd, una placa de tórax y hacer la confirmación bacteriológica, siempre que sea posible; brindarle al paciente pediátrico la posibilidad de hacer un estudio de Vih. Por supuesto que como el niño tiene dificultades para llegarle al diagnóstico debido a que su infección puede ser inadvertida, tener una forma de enfermedad aguda crónica, variable, inespecífica, con formas extrapulmonares que son frecuentes, esto hace que sea más complejo el diagnóstico y por supuesto ese diagnóstico se basa en el análisis de varios criterios como el epidemiológico, el clínico, el de la tuberculina, el del aislamiento del bacilo que es el clave y para el cual hay unos recursos maravillosos pero que no son el día a día a nivel de las grandes poblaciones que pueden estar afectadas porque naturalmente hay muchas limitaciones aún para contar con estos recursos fabulosos y es lo que ha hecho que la Ops/Oms recomienden tener muy en cuenta para el diagnóstico por la tos persistente no remitente por más de 21 días, la fiebre por más de cuatro días, obviamente excluyendo otras causas que en el país las hay muchas, la pérdida o no ganancia adecuada de peso, los síntomas constitucionales que sean ojalá coincidentes con el inicio de la tos o de otra sintomatología y, una vez que tenemos esa sospecha, tratar de demostrar con ayudas diagnósticas, bien sea el estado de infección y enfermedad lo que no es fácil y para ello contamos con la Ppd e idealmente con la prueba de liberación de interferón gamma, que ayudan al diagnóstico de la enfermedad en los niños, en los inmunodeficientes y en algunas formas extrapulmonares, pero que desafortunadamente tampoco está al alcance de todas nuestras poblaciones.

En los niños a pesar de que hay limitaciones para hacer estudio bacteriológico hay que intentarlo siempre, hay que hacer el estudio completo. También se cuenta con estudios inmunológicos y moleculares, bien sea la Pcr, la hibridación de sonda, las amplificaciones, etc., que son revolucionarios pero que de todas maneras están limitados, no están al alcance de todas nuestras poblaciones.

En la tuberculosis hay que contrastar la posibilidad del diagnóstico con otras enfermedades debido a que como siempre se le ha conocido y se parece a muchas otras enfermedades, no se debe pensar que todo niño desnutrido y que tosa es un niño con tuberculosis, pero tampoco podemos olvidarnos que es una situación real que existe en el país y no se vale tampoco hacer un subdiagnóstico y, por supuesto, lo más importante es hacer un diagnóstico precoz.

En cuanto a la atención integral no olvidemos que contamos con algo válido todavía como es la Bcg, hacer además la prevención general, la profilaxis con Isoniazida en las formas latentes, la detección temprana de la enfermedad y muy especialmente en los adultos que rodean el niño por el peligro del contagio y hay que aplicarlo bajo las normas del Dots y aplicar una terapéutica teniendo en cuenta de que hay pacientes que requieren un tratamiento muy cuidadoso como son los coinfectados o los que tengan eventualmente resistencia.

En cuanto a los tratamientos, hoy en día se consideran tres pasos: 1) los expuestos, 2) los que tengan la forma latente y, 3) la enfermedad tuberculosa que para Colombia se considera que debe ser el tratamiento tetraconjugado. No improvisar esquemas.

A pesar de la revolución de este concepto de la infección tuberculosa latente que se ha implementado por todo el mundo, no deja de haber impedimentos y dificultades para aplicar estrategias tan importantes. La Bcg a pesar de no ser una vacuna perfecta, de tener limitaciones, sigue siendo altamente eficaz contra las formas más graves, meníngeas y miliares, definitivamente mejora la supervivencia, es la única actualmente disponible, autorizada para prevenir la tuberculosis y, según recomendaciones de los organismos que nos rigen en este sentido, en los países de alta incidencia o mediana incidencia como el nuestro, todo niño debe ser vacunado. Perspectivas de vacuna, hay una gran esperanza. Hay mucha investigación en todo el mundo, hay más de 200 tipos de ensayos, unas muy conocidas y nombradas como la del Dr. Patarroyo, moleculares; hay otras asociadas al Dots que se han denominado vacunas terapéuticas, pero indudablemente estamos lejos todavía de tener algo que en definitiva nos cambie el panorama por lo menos de la profilaxis, aunque por supuesto, hay muchas esperanzas bien fundadas.

Pero la esperanza de la humanidad de presenciar algún día el fin de la tuberculosis, se debe contar con una vacuna eficaz, sin muertes por tuberculosis, un tratamiento más rápido; una prueba de detección rápida, barata  y sencilla. Y, si no logramos esto, vamos a asistir a algo que está descrito y publicado por la Ops/Oms, en los próximos cinco años morirán por tuberculosis por lo menos un millón de niños, cifra que puede ser inclusive más alta. Urgente necesidad de comprometernos todos con los niños con tuberculosis.

Por supuesto entonces uno de los lemas fundamentales es “Cero niños y niñas con tuberculosis por siempre”, porque los niños deberían tener la esperanza que un día vivirán en un mundo en donde nadie se enferme de tuberculosis. Todos nuestros esfuerzos deben seguir apuntando a ese momento en donde se logre controlar esta enfermedad y hacer realidad algo que se avizoraba desde las muchas estampillas cuando la Lac sacaba en ellas el lema “Salud y Alegría”. El mensaje es de esperanza y para poder erradicar esta enfermedad se necesita la colaboración de todos y cada uno de nosotros, que ningún esfuerzo va a ser suficiente pero que sumados esos esfuerzos vamos a conseguir ese control de esta enfermedad.

Desafío de la tuberculosis infantil

¿Cuál es entonces la situación de los niños frente a la tuberculosis? Sabemos que hay entre quinientos mil ó un millón de niños; esa variación tan grande es porque se sabe del subregistro. De muertes infantiles hay entre 70.000 y 100.000, casi todas pulmonares, pero en los niños son muy importantes y muy graves los casos de tuberculosis extrapulmonares y pensemos que en el año 2010 se presentaron más de diez millones de huérfanos por la misma tuberculosis.

Pero si no hacemos más por los enfermos adultos y por los niños vamos a continuar aumentando cada día más ese número de niños y por lo tanto, posiblemente, muera más de un millón de niños en cinco años. Es la razón por la cual nos interesa sobremanera tratar estos temas en todos los foros que sea posible.

Incidencia en Colombia

Alrededor del 5% en niños. Observemos que el número de niños que más se afectan son los menores de un año. Progresivamente va bajando pero es que en los niños también hay casos de coinfección con Sida, que a veces se olvida que esa dupleta tan trágica también afecta a los niños. Entre los niños también se presentan casos de multi-drogo-resistencia, que iba en una cifra de 3.8 % y que es ascendente, siendo pocos casos así y todo, quiere decir que se está haciendo una transmisión de gérmenes virulentos, esto ha sido informado por el Instituto Nacional de Salud y los Laboratorios de Salud Pública de Antioquia. La cobertura de la BCG en Colombia está alrededor del 82.7 % siendo la ideal 95.5%. en zonas apartadas se sabe que la cobertura no va más allá del 40%.  Hubo 674 casos de niños e iban en descenso, pero es muy impactante que haya casos de tuberculosis de las formas más graves extrapulmonares y aún meníngeas como son 38 niños afectados por tuberculosis.

Es de resaltar un hecho: todos hablábamos de tuberculosis infantil en todos los congresos y reuniones médicas pero al mismo tiempo que hablamos de la tuberculosis, tenemos que decir que definitivamente en los niños ha sido una entidad muy olvidada, muy subestimada, con unas razones que si no son muy buenas, sí explican por qué ha sucedido y es que ante todo los organismos internacionales y nacionales lo que más captan y lo que más interesa en captar son los bacilíferos, los que tienen una baciloscopia positiva porque se consideraba que eran los únicos que transmitían; cada día se informa más que los niños son capaces de transmitir la enfermedad.

Con la tuberculosis de los adultos, los niños comparten de que hay factores y determinantes que son endémicos, genéticos o socio-culturales o socio-económicos, del conflicto, del desplazamiento o de la desnutrición, que se comparten como factores de riesgo; pero es que hay un problema y es que los niños están más expuestos a la tuberculosis en la medida que está el que lo cuida, el profesor que de pronto está enfermo, las personas adultas de la familia que están enfermas; pero además es mucho más susceptible, tanto la infección como la enfermedad más grave. Pensemos nosotros que en menores de un año la mortalidad es de hasta el 50% e incluso más. Para que una infección pase a enfermedad está alrededor del 5% en los adultos. En un menor de un año la posibilidad de que pase de una infección a una forma pulmonares del 30 al 40 % y que esa forma pulmonar se disemine al cerebro o que se haga totalmente generalizada hasta el 20%, que va disminuyendo a medida que va bajando la susceptibilidad del niño. Podríamos dar muchas explicaciones y seguramente la entendemos en la fisiopatogenia, sabemos que los niños diseminan más, que inmunológicamente aun son inmaduros, sin contar otros problemas, que aun la cobertura de vacunación no es la ideal, que ha habido una detección de los sintomáticos respiratorios que no es muy deficiente, y que además en el diagnóstico del tratamiento se hace mucho subregistro y además se pasa por alto confundida con otras entidades.

Otra situación es que el niño pasa de la infección a la enfermedad en forma muy rápida pero a veces muy imperceptible y en forma aguda; los adolescentes comienzan a hacer formas de tuberculosis muy similares a las del adulto. Otro aspecto que se debe puntualizar es que hoy en día se considera por parte de la OPS/OMS y los organismos que tienen que ver con la lucha contra la tuberculosis en que lo más importante como factores de riesgo para los niños es un contacto intradomiciliario o frecuente con otro adulto o con otro niño que sea bacilífero; los niños que sean menores de cinco años, la infección por VIH, la desnutrición grave; y se consideran con vulnerabilidad como los indígenas, los afrodescendientes, en la medida en que un país que no es igualitario como Colombia, necesariamente muchas de estas poblaciones son marginadas, los desplazados, los habitantes de la calle. Todos los niños son vulnerables.

Uno no se explica por qué no se puede enfermar si a veces tiene tantas contingencias de salud y sin embargo hay tanta gente resistente a la tuberculosis. Pero de hecho, el niño cuando nace no tiene ninguna defensa contra la infección o contra la enfermedad, hasta ahora. Si nos ponemos a revisar todos los factores de riesgo, los cuales son casi infinitos, recordemos que colombianos y como país nosotros tenemos todos los factores de riesgo, unos más presentes que otros, eso lo podemos ver en cualquiera de nuestras comunidades indígenas, en cualquiera de nuestras zonas marginales de la ciudad. En un país como Colombia, todos estamos expuestos pero especialmente los niños. De ese universo hay unos infectados, otros que desarrollan la tuberculosis activa y en pocos podemos confirmarlos. Para el diagnóstico, hay muchos síntomas clínicos  que son compatibles con tuberculosis y compartidos por muchas otras patologías y, además, en el niño se ha definido en los últimos años unos estadios que son muy importante de entender: la infección, el estado latente y la enfermedad activa. Este proceso en los niños es continuo y a veces no son permite hacer diferenciaciones.

Todos los órganos pueden ser atacados como las pulmonares que se pueden confundir perfectamente con neumonía; hay formas miliares, hay formas que pueden comprometer cualquier órgano.Hay publicaciones muy recientes como la de la Universidad de Antioquia en donde ya dan cuenta de una cantidad de casos de tuberculosis congénita que están apareciendo. Por supuesto ganglionares o la tuberculosis del SNC en todas sus presentaciones o la osteoarticular. También hay que tener en cuenta que no solo la tuberculosis la produce el Mycobacterium tuberculosis sino lo que antiguamente se llamaban las atípicas o no tuberculosis y que dan todas las formas posibles de manifestaciones en los niños.

El niño de mayor riesgo es el menor de cinco años, el que está infectado, el que tenga coinfección con VIH y el desnutrido; pero es que el niño tiene además unas peculiaridades epidemiológicas, clínicas y patológicas. Primero que todo la infección suele ser inadvertida, se puede parecer a cualquier gripa; hay un período de latencia o de enfermedad que es muy variable, con un cuadro clínico inespecífico o poco evidente, las formas extrapulmonares son muy graves y muy frecuentes. Es muy difícil obtener las muestras porque normalmente los niños no expectoran sino a partir de los cinco años. Antes de los cinco años, en donde se presenta mayor riesgo, no tenemos facilidad para hacer esas muestras; la confirmación es de bajo rendimiento, en donde el BK puede ser solamente del 20% y los cultivos positivos hasta el 75%, por lo cual es mandatorio que toda muestra que se le tome a un niño debe ser cultivada. Esto se reflejaba mucho en los programas nacionales de salud. Todos estos datos nos permiten colegir que el diagnóstico se basa aun en el análisis muy juicio de varios criterios pero sí tenemos que decir que todo niño que esté expuesto a tuberculosis o a VIH debe ser estudiado y seguido como un posible paciente con tuberculosis.

Dada la inespecificidad de la clínica, se han hecho una serie de investigaciones por parte de la OPS/OMS como para tratar de hablar un lenguaje común en lo que lo mínimo que se busque en un niño que esté propenso es saber si ese niño tiene tos persistente por más de 21 día o una fiebre -naturalmente excluyendo otras causas- mayor a 38ºC o que la pérdida o no ganancia de peso se esté presentando en los tres últimos meses o que haya síntomas constitucionales como la fiebre u otra serie de manifestaciones generales que coincidan, sobre todo con la tos o con manifestaciones neurológicas. Como ustedes ven eso es muy general porque es común a todas las enfermedades pero por lo menos si un niño presenta eso, ya es un motivo de alerta, según la OMS. Lo que sugieren es combinar tres o más elementos de estos y así averiguar si esos síntomas crónicos pueden ser de tuberculosis o los signos físicos o la prueba de tuberculina o la placa de tórax. Las imágenes así como son de valiosas, imágenes que sean absolutamente típicas no existen y la tuberculina a pesar de ser una herramienta valiosa en pediatría, desafortunadamente no contamos con ella en todas partes.

En cuanto a la secuencia diagnóstica ante la sospecha de tuberculosis, sigue siendo el mismo ejercicio clínico con la herramienta intelectual más grande que tenemos los médicos que es hacer una buena historia clínica y dependiendo de eso, saber los síntomas, hacerle una placa de tórax y en lo posible hacer una confirmación bacteriológica, y dependiendo de la situación del niño hacerle otros estudios complementarios según el estado pulmonar o extrapulmonar y se hay sospecha de coinfección con VIH.

En pediatría como en todos los grupos, naturalmente lo fundamental es no hacer un sobre diagnóstico, es decir, que como es pobre, es flaquito, tose, es un paciente con tuberculosis y, tampoco podemos caer en el sub diagnóstico especialmente en aquellos niños que son muy vulnerables, que pasan de la infección o la latencia a la enfermedad, por lo tanto, lo fundamental es el diagnóstico precoz. Lo ideal para hacer el diagnóstico en los niños es la confirmación, por supuesto que es muy difícil, primero por la historia natural de la enfermedad en el niño y de la infección, porque tiene una población bacilar baja, porque no es fácil de tomarles muestras y porque a veces son inespecíficas; sin embargo, estas limitaciones son indicación precisa de la OMS, tratar de confirmar el diagnóstico en los niños.

Las ayudas diagnósticas son excelentes como el GeneXpert, hacer un PCR o hacer unos exámenes muy sofisticados y muy elegantes pero muy costosos y que, aunque están disponibles, no están disponibles para todo el mundo; no en el sentido de que no se puedan hacer sino que es muy difícil, si centramos los sitios de estudio en Medellín, Barranquilla o en Bogotá, que sea accesible a toda la gente este tipo de estudios maravillosos. Además estos estudios tienen una limitación y es que el bacilo tuberculoso es excesivamente complejo y además, en los niños no diferencian entre infección, latencia, enfermedad activa o antecedente del niño vacunado, especialmente al PPD. Lo que si es importante decir es que son unas grandes ayudas diagnósticas pero no son un Gold estándar que permita aisladamente pensarlo.

En Colombia el problema no se controla fácilmente pero encontré un artículo de un muchacho en Dinamarca que consultó por un absceso y lo trataron como un absceso bacteriano, purulento, común y corriente, y realmente lo que se comprobó fue una tuberculosis.

En profilaxis y tratamiento hay que hacer las siguientes consideraciones: no hay suficientes medicamentos hoy en día en el mundo, no se da basto para todas las indicaciones que habría de profilaxis para contactos y latentes. Los controles de BK y cultivo son difíciles; la monitorización de la toxicidad es muy complicada y dispendiosa en los niños; los estudios de seguimiento son escasos y, el otro problema es que no tenemos una disponibilidad que sea fácil para los niños.

Sabemos que los medios terapéuticos que se usaron son fantásticos y son apasionantes de estudiarlos pero no siempre llegaron a los niños en su debido momento y después que comenzó la época de la quimioterapia, naturalmente cambió el panorama.

Lo que es importante en la atención integral del niño, para que se haga una terapéutica efectiva y para que haya una verdadera cobertura de toda la población, con los beneficios de la ciencia, es que haya una prevención general y una aplicación de la BCG, una profilaxis con isoniazida en los niños expuestos y en las formas latentes; sin embargo, no son muy optimistas las cifras de cobertura, aquí en Colombia, de esta profilaxis. Es importante una detección temprana de la enfermedad. Aplicar con toda dedicación la estrategia DOTS y algo muy importante, es que en los niños está indicado el tratamiento, aun con la sospecha clínica, sin que sea absolutamente confirmada. Si lo podemos confirmar, tanto mejor.

Tanto la OPS/OMS como el Ministerio de Salud y de Protección Social, recomiendan, para Colombia en niños con o sin BK positivo, tratamiento tetraconjugado recordando que tenemos que estar muy atentos a la coinfección y a la resistencia.

En cuanto a la vacuna, todos ustedes saben que ha sido lo más controvertido, se le han achacado problemas que no tiene y de pronto se ha subestimado mucho como vacuna, pero la recomendación actual, mundial, es que se sabe que la BCG es altamente eficaz, sobre todo contra las formas más graves. Es la única disponible para vacunación en todo el mundo para prevenir la tuberculosis y, según recomendaciones de estos organismos internacionales, en países de alta y mediana incidencia como es el nuestro, deben ser vacunados todos los niños.

Perspectivas para el futuro

Hay muchas promesas en medicamentos pero lo mejor sería que hubiera una promesa muy cercana de cómo prevenirla ya no de cómo tratarla solamente.Todos sabemos que se requieren nuevas vacunas más efectivas; hay muchísimas en ensayo y otras como las formuladas por el doctor Patarroyo, que nos honra con todos sus trabajos como las moleculares pero, todos ustedes saben que apenas está en etapa de investigación y todavía no conclusivas. En desarrollo hay una cantidad cuyas nomenclaturas son complejas, pero sí se está trabajando en esto.Solamente recordar que en las Naciones Unidas hubo una declaración del Milenio que fue un acuerdo de todos los países que pertenecen a Naciones Unidas y Colombia suscribió todos estos convenios. Entre esos objetivos y metas están dos puntos que tocan a la humanidad, pero hay que reducir la mortalidad infantil, la tasa de mortalidad en niños menos de cinco años, y combatir el VIH/Sida, el paludismo y otras enfermedades entre las cuales sobresale la tuberculosis.

Retos

La prevención y vacuna eficaz. La mejoría de los sistemas de bioseguridad. La detección de todos los contactos, de los infectados, de los latentes, de los enfermos. Hacer un diagnóstico lo más rápido, con los métodos más económicos, sencillos, específicos. Dar una profilaxis y un tratamiento suficiente, pero ojalá rápidos, con el cumplimiento estricto de los dos. Y, por supuesto, contar con medicamentos que sean de presentación infantil. Lo mínimo que deberíamos contar en países como Colombia es con tratamientos amigables con los niños. Recordar que la tuberculosis cuesta 10 dólares y seis meses. Pero tratar un niño con una tuberculosis resistente o con una asociación Sida-tuberculosis resistente que es lo que vemos cada día más, no solo aumenta el costo, el problema es que aumenta el sufrimiento y el costo puede ir entre cien y mil veces más y además durar 24 meses ó más. Una de las prelaciones en este momento de la OPS/OMS es que los niños de hoy deberían tener la esperanza que un día vivirán en un mundo en donde nadie se enferme con tuberculosis y uno de los lemas que se está usando en este momento es: ¡No más muerte, no más llanto! Vale la pena hacer algo por unos niños que están sufriendo a diario y vale la pena comprometerse y poder tener al fin algo que coincide con la LAC, que ojalá para los niños haya salud y alegría.

Lecturas recomendadas

  1. Advances in Diagnosis and Treatment of Latent Tuberculosis Infection. Chapman HJ, Lauzardo M. J Am Board Fam Med. 2014 9/10;27(5):704-712
  2. Pediatric teleradiology in low-income settings and the areas for future research in teleradiology. Andronikou S. Front Public Health. 2014 Aug 21;2:125
  3. Effect of BCG vaccination against Mycobacterium tuberculosis infection in children: systematic review and meta-analysis. Roy A, Eisenhut M, Harris RJ, Rodrigues LC, Sridhar S, Habermann S, Snell L, Mangtani P, Adetifa I, Lalvani A, Abubakar I. BMJ. 2014 Aug 5;349:g464
  4. Tuberculosis in Children. Marais BJ, Schaaf HS. Cold Spring Harb Perspect Med. 2014 Jul 18;4(9). pii: a017855.
  5. Epidemiology and disease burden of tuberculosis in children: a global perspective. Seddon JA, Shingadia D. Infect Drug Resist. 2014 Jun 18;7:153-65.
  6. Intermittent and daily therapy for tuberculosis in children. Stern C. Nurs Times. 2014 May 21-27;110(21):19.
  7. Multidrug-resistant and extensively drug-resistant tuberculosis: a review of current concepts and future challenges. Günther G. Clin Med. 2014 Jun;14(3):279-85
  8. Recombinant BCG: Innovations on an Old Vaccine. Scope of BCG Strains and Strategies to Improve Long-Lasting Memory. da Costa AC, Nogueira SV, Kipnis A, Junqueira-Kipnis AP. Front Immunol. 2014 Apr 7;5:152
  9. Incidence of multidrug-resistant tuberculosis disease in children: systematic review and global estimates. Jenkins HE, Tolman AW, Yuen CM, Parr JB, Keshavjee S, Pérez-Vélez CM, Pagano M, Becerra MC, Cohen T. Lancet. 2014 May 3;383(9928):1572-9
  10. Systematic review and meta-analysis on the utility of Interferon-gamma release assays for the diagnosis of Mycobacterium tuberculosis infection in children: a 2013 update. Sollai S, Galli L, de Martino M, Chiappini E. BMC Infect Dis. 2014;14 Suppl 1:S6

Loading

0 0 votes
Article Rating
Share This