Visitas: 20

Por Fernando Sánchez Torres

Días pasados, la Academia Nacional de Medicina recibió a Juan Valentín Fernández de la Gala como miembro correspondiente extranjero. Se trata de un médico forense español, antropólogo, profesor de Historia de la Medicina, residenciado en la ciudad de Cádiz.

El mayor de los méritos del recipiendario fue haber escrito una magistral obra titulada Los médicos de Macondo. La medicina en la obra literaria de Gabriel García Márquez, publicada por la Fundación Gabo, de Cartagena de Indias. Tal obra sirvió de trabajo de tesis para que la Universidad de Cádiz le concediera el grado de doctor. Se trata de un enjundioso estudio que le llevó años de preparación.

En su condición de historiador se dispuso a indagar sobre todo lo que tiene que ver con nuestro nobel y su relación con la temática médica. En su afán inquisitivo buceó en incontables fuentes y hasta incursionó físicamente en algunos lugares de nuestra costa Caribe, familiares a Gabo. El médico antropólogo hizo honor a su profesión indagando, auscultando, desenterrando los tesoros que ocultan las maravillosas páginas escritas por aquel. Puede decirse que las magnificó.

Para lograr su objetivo, el profesor Fernández no solo tuvo que leer toda la producción literaria de Gabo, sino que también la escudriñó, la exprimió para extraerle la savia médica que ella encierra. En una entrevista que le hiciera en España el periodista Orlando Oliveros Acosta en septiembre de 2017, a la pregunta “usted ha revelado todo un universo médico que está oculto en el universo literario de Gabo, ¿qué se propone con esto?”. La respuesta fue la siguiente: “Con esta investigación me propongo, primero, disfrutar del gozo que suponen estos hallazgos por sí mismos, de esa emoción que implica encontrar pistas en un camino. Segundo, quiero demostrarles a mis alumnos que desde la literatura –una bien hecha, como la de García Márquez– es posible acercarnos a la medicina, tender un puente de dos vías entre las humanidades y la ciencia. Un buen lector es capaz de extraer información médica de calidad de la obra de Gabo”.

En su intervención en la Academia de Medicina, el profesor Fernández confesó que las reflexiones plasmadas en el libro son el fruto de largos años de lecturas y notas dispersas, subrayados y anotaciones al margen en los cuentos, novelas y artículos escritos por Gabo, pero, sobre todo, de muchas horas de verdadero deleite literario. Su intención fue analizar la obra del nobel desde la perspectiva novedosa que pudieran ofrecer la antropología médica, la biología, la patología general, la historia de la medicina y la lexicografía médica. Escuchadas estas características de la tesis, los médicos iremos a ser, de entre sus lectores, los más beneficiados.

El formato del libro es voluminoso. Como dicen los libreros: es una obra de tomo y lomo, por el número de páginas (son 653) y por el abundante contenido, todo de gran valor médico y literario. El lector atento podrá comprobar que es una rica fuente de maná para el espíritu. Para quienes nos gusta la historia, conocer la pequeña historia que se oculta tras la gran historia es motivo de deleite.

Causa pasmo advertir cómo el médico antropólogo va desentrañando de los relatos del nobel sorprendentes asuntos que cualquier lector jamás hubiera imaginado. Las que parecen narraciones fantasiosas se truecan en realidad. Alguna vez Gabo manifestó que nada de lo narrado por él en sus obras es fantasioso. “Hemingway me enseñó –decía– que uno puede inventar lo que quiera, siempre que sea capaz de hacerlo creer. Y para hacerlo creer tiene que estar seguro de que el lector que lo cree va a averiguar si lo debe creer o no, porque el lector está siempre a la defensiva”. Por lo que se aprecia en su tesis, el profesor Fernández estuvo siempre a la defensiva, pudiendo comprobar, a través de una labor detectivesca, que muy poco –poquísimo– de lo escrito sobre medicina por Gabo fue invento suyo.

Fuente: El Tiempo

Loading

0 0 votes
Article Rating
LAS OPINIONES EXPRESADAS POR LOS AUTORES SON PERSONALES, SU RESPONSABILIDAD, Y NO COMPROMETEN LA INDEPENDENCIA DE LA ACADEMIA O REFLEJAN SUS POLITICAS.
Share This