Visitas: 10
Académico Correspondiente Dr. Álvaro Franco Zuluaga. Médico psiquiatra infantil y de adolescentes de la Universidad de Barcelona y doctor en bioética de la Universidad El Bosque. Comentario de orden al libro Literatura y Locura del Dr. Àlvaro Rodríguez Gama.
En la literatura universal, muchos libros son considerados autobiográficos. Escritores, como García Márquez, incorporan experiencias personales en sus obras, pues la literatura, según él, no es más que la narración de lo vivido y lo sentido. La perspectiva del autor toma en cuenta los contextos históricos y sociales de cada obra, ya que estos influyen profundamente en el desarrollo de los personajes y en los conflictos que enfrentan.
La literatura, a menudo, anticipa lo que la psicología y la psiquiatría describen en sus diagnósticos. Trastornos psicológicos, como los que se encuentran en personajes de obras como Otelo o El retrato de Dorian Gray, son abordados desde la óptica de la psicopatología. La literatura, a su vez, ofrece una rica fuente de conceptos, como los síndromes descritos en los trastornos mentales que ya existían antes de que la psicología los formalizara.
Los dilemas psicológicos también se reflejan en los personajes literarios. En Crimen y Castigo, por ejemplo, el protagonista enfrenta dilemas morales y existenciales que muestran conflictos internos profundos.
La memoria, el tiempo y la identidad también son temas recurrentes, como en La búsqueda del tiempo perdido, donde se exploran los efectos de la memoria en la percepción del ser. Estos conflictos no solo son de carácter literario, sino que también tienen un vínculo estrecho con la psicología clínica y la psicopatología.
En El idiota de Dostoyevski, la obra se detiene en la doble patología del protagonista, quien no solo enfrenta un trastorno del desarrollo, sino que también sufre de acoso social, un fenómeno que refleja la realidad de muchas personas con discapacidades. Esta mirada psicológica sobre los personajes permite comprender mejor sus decisiones y sus interacciones dentro de la narrativa.
La mitología también permite analizar trastornos psicológicos, como el narcisismo, el síndrome de Edipo, o el infanticidio de Medea. La literatura, no solo cuenta historias, sino que ofrece una ventana a las distintas dimensiones del ser humano, tanto las más brillantes como las más oscuras.
Las narrativas vivenciales -individuales o grupales-, se mezclan para mostrar condiciones como la hipermnesia en la obra Funes el memorioso, que al estar limitado por una cuadriplejia, desarrolla esta condición que se caracteriza por una memoria extraordinaria, que permite recordar con gran detalle eventos, datos o emociones que terminaban consumiéndolo. Como ejemplo de las narrativas grupales centradas en la complejidad de las relaciones interpersonales está Cien años de soledad, donde la peste del olvido terminó contagiando a toda la población.
Para el doctor Franco, en general la literatura contextualiza la condición humana y su relación con la cultura, la época, los aspectos psicológicos y psicopatológicos.
La trama es el eje central y desde allí orbitan los personajes principales y secundarios que imprimen el verdadero sentido y significado a la obra. Cuáles son sus características físicas y psicológicas, sus conflictos internos y externos, en qué contexto social y cultural se mueve, qué dilemas enfrenta e incluso cuál es la visión de sí mismo y el mundo que lo rodea.
Ese arco narrativo que permite seguir la transformación del personaje a lo largo de la historia y que es esencial en la trama determinará también su desenlace.
Para comprender la psicopatología de los personajes literarios o de cualquier persona, es esencial diferenciar entre lo normal y lo patológico. La psicopatología se caracteriza por su impacto en la vida social, familiar, laboral o académica, y no siempre está relacionada con el malestar del individuo. Por ejemplo, una persona con hiperactividad puede no sentir sufrimiento por su condición, pero su comportamiento interfiere en su entorno. De igual manera, una persona con anorexia puede no percibir su trastorno como un problema, sino como un medio para alcanzar sus metas. Es importante entender que la psicopatología es un continuo, donde las condiciones pueden variar desde leves a graves, y las personas experimentan distintos tipos de sufrimiento según su situación y percepción del mundo. Cuando no hay coherencia entre lo que se piensa, lo que se siente y lo que se hace se va a presentar un conflicto psicológico.
En la literatura, la identificación con los personajes juega un papel crucial para entender sus dilemas psicológicos. La teoría de la mente y la empatía permiten al lector ponerse en el lugar de los personajes y comprender sus decisiones. Las emociones y los sentimientos en las obras literarias son similares a los dilemas de la vida real, como el cálculo utilitario de un personaje que decide actuar de una manera u otra en función de sus beneficios personales. La psicopatología, tanto en la ficción como en la vida real, está vinculada a la toma de decisiones, la percepción de las emociones y la importancia de los sentimientos en situaciones a corto o largo plazo. La narrativa vivencial de cada persona se convierte entonces en una especie de “novela” donde predominan los dilemas reales inmediatos o diferidos y se toman decisiones basadas en el contexto emocional, la relación costo-beneficio y un alto nivel de incertidumbre.
::::::::::::::::
Comentario en: Presentación libro: Literatura y locura
Nota. Victoria Rodríguez G. Comunicaciones Academia Nacional de Medicina