Visitas: 2
Artículo sobre el comentario de orden del académico Dr. Camilo Uribe Granja, médico cirujano del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, especialista en Toxicología de la Universidad de Buenos Aires, en la sesión “Colombia: Consumo y trabajo en la historia”.
El Dr. Uribe destacó que el consumo de sustancias sigue siendo un tema envuelto en mitos y estigmas, especialmente en países latinoamericanos, donde aún no se reconoce plenamente como un problema de salud pública. Aunque la Organización Mundial de la Salud lo denomina “trastornos producidos por el consumo de sustancias”, los cambios de nombre no han resuelto la complejidad del fenómeno. En el ámbito laboral, la situación se agrava debido al miedo, las interpretaciones normativas erróneas y las implicaciones sociales que acompañan estas patologías.
En Colombia, las dimensiones consumo y trabajo han estado siempre ligadas. A pesar de los esfuerzos investigativos recientes, el tema continúa siendo muy poco desarrollado en el país; incluso tras décadas de trabajo, aún no existe suficiente atención institucional.
El vínculo entre oficios y uso de plantas o bebidas ha estado presente a lo largo de la historia humana. Desde los rituales indígenas hasta imperios como el romano o el griego, el consumo ha tenido efectos en el auge y la decadencia de las sociedades. Se dice que antes de las batallas en tiempos de Carlomagno, había consumo de cannabis entre los combatientes, así que las raíces de estas prácticas son más profundas y antiguas de lo que se cree.
Dentro del contexto indígena andino, siempre se ha resaltado la importancia del mascado de hoja de coca como parte de sus costumbres, no solo para mitigar el hambre ante la insuficiencia de alimentos, sino para aumentar la resistencia física durante labores intensas. Los conquistadores españoles aprovecharon este efecto para explotar mano de obra indígena en minas y campos, configurando uno de los antecedentes más claros de la relación entre consumo y trabajo, o más bien esclavitud.
En la historia colonial y republicana, bebidas como la chicha, el guarapo y el aguardiente tuvieron un papel central en la vida laboral de trabajadores, esclavos y sectores populares. Diversas prohibiciones que buscaban frenar el consumo -como las impulsadas por Santander, Uribe Uribe o la ley antichicha- surgieron más por intereses políticos, económicos o sanitarios que mezclaban moral, control social y disputas industriales, porque irónicamente para muchos trabajadores parte del pago se hacía con alcohol y tabaco, lo que iría en contravía de lo que decían promulgar.
Aunque el alcohol estaba más asociado con la clase obrera, las élites tenían sus propias formas de consumo, como el whisky, evidenciando que la problemática no era exclusiva de un estrato social.
En el siglo XX, el consumo se diversificó y surgieron nuevas sustancias: estimulantes, depresoras, alucinógenas, sintéticas y “naturales”. En políticas públicas, Colombia posee un marco normativo abundante sobre prevención del consumo de alcohol y drogas en el trabajo, pero, como ocurre con muchas de las leyes, su aplicación es insuficiente. Las empresas suelen ver estas políticas como un mecanismo punitivo y no preventivo, omitiendo elementos esenciales como perfiles diagnósticos propios, participación de directivos y trabajadores, programas de sometimiento voluntario y monitoreos con protocolos rigurosos, un programa diseñado para ayudar, no para castigar. La ausencia de implementación real genera un desfase entre lo escrito y la realidad laboral y, en contextos laborales informales o precarios, el consumo suele aparecer profundamente ligado a condiciones de explotación y supervivencia.
La prevención exige visión a largo plazo y sistemas de vigilancia epidemiológica robustos. Sin embargo, este tipo de inversiones no suele ser atractivo para líderes empresariales o autoridades, lo que perpetúa la falta de acción. El consumo sigue siendo un problema vigente, histórico y estructural, para el cual aún no se han desarrollado políticas efectivas ni una comprensión integral que permita enfrentarlo adecuadamente.
:::::::::::::::::::::::
Intervención completa en: COLOMBIA: CONSUMO Y TRABAJO EN LA HISTORIA
Nota. Victoria Rodríguez G. Comunicaciones Academia Nacional de Medicina
![]()





