Decíamos que teníamos cuatro armas fundamentales de lucha por la prevención, cinco, si aceptábamos aquello que yo comentaba de que “no hay quinto malo” (en un artículo previo), pero no nos engañemos, ante una nueva enfermedad infecciosa, nada se le puede comparar, por preparados que nos digan nuestras (respetadas) autoridades sanitarias que tenemos los sistemas sanitarios (ja).Porque, deberemos recordarlo, todavía no tenemos un tratamiento específico y se debate en la literatura especializada si este es mejor que aquel otro protocolo, si el corticoide va antes que el monoclonal, si la heparinización debe ser sistemática, si es en prono o no…, porque la ciencia avanza (lentamente…) con el viejo “ensayo-error” de toda la vida desde Descartes…Pero de pronto, de manera fulminante, en contra del (lento) caminar que siempre habíamos pensado que la ciencia debía tener, llegan los rusos y (al margen de todos los organismos internacionales de control) nos anuncian que ya la tienen; que su vacuna está lista, que ya la han probado, que han resuelto el verdadero camino de la prevención primaria.
Y es que frente a una determinada enfermedad infecciosa (de tratamiento no conseguido aún, merece ser recordado), la pelea está en conseguir un método eficaz (y seguro, sobre todo seguro que “jugamos” con personas sanas…) para prevenir el ataque del nuevo agente infeccioso. La vacuna, la gran deseada, la esperada…
¿Será verdad que es buena?, ¿será eficaz realmente?, ¿será inmunógena en población sana?, ¿será segura por otro lado?, ¿llegará pronto a occidente?, ¿alcanzará para todos? Muchas las preguntas y pocas, si alguna por ahora…, las respuestas.
Por mi parte, he compilado lo último seriamente publicado al respecto que me encantaría te ayudara; está en https://www.neyro.com/2020/08/10/doctor-a-estas-alturas-como-va-el-tema-de-las-vacunas-frente-a-sars-cov2/
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