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Ha sido declarado por la ONU el 27 de Diciembre, como una forma de visibilizar el impacto en el desarrollo económico y social que tienen las enfermedades infecciosas, epidemias y pandemias en la vida humana, especialmente en países en vías de desarrollo o con economías vulnerables.

La fecha fue escogida por el natalicio de Louis Pasteur, precursor de la microbiología moderna y uno de responsables de crear los fundamentos de la medicina preventiva.

Las epidemias se relacionan con el aumento en la incidencia de algunas enfermedades, las cuales se diferencian de acuerdo a su origen, periodos de incubación y niveles de propagación. Si la enfermedad hace una aparición repentina debido a una infección en un lugar específico y en un momento determinado, se denomina brote epidémico, como por ejemplo los casos de intoxicación alimentaria, meningitis o sarampión.

Cuando una enfermedad infecta a un número de individuos en un área geográfica específica con cifras superiores al número de casos esperado en una población, durante un tiempo determinado, puede considerarse ya una epidemia. Y cuando esa epidemia se extiende a varias regiones geográficas, atravesando continentes para cubrir el planeta hablamos de pandemia, caso claro el coronavirus. Una pandemia debe cumplir los siguientes criterios: el brote epidémico debe afectar a  más de un continente, y los casos de cada país ya no son importados, sino provocados por transmisión comunitaria.

Cuando la enfermedad es ya una presencia habitual en una zona geográfica, hablamos de endemia. Y una endemia puede convertirse nuevamente en epidemia si las condiciones ambientales lo permiten.

La historia hace referencia a varios brotes epidémicos registrados, que cambiaron el curso de la humanidad, en varios periodos de tiempo.

Peste bubónica:

Una infección producida por la bacteria Yersinia Pestis, que se caracteriza por la inflamación de ganglios infectados en órganos sexuales y ojos. Fue una enfermedad mortal, tan mortal que se cree mató a un tercio de la población Europea especialmente a finales de la Edad Media (1300-1400 d.C.), y de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pandemia estuvo activa hasta el año 1959, contabilizando anualmente 200 víctimas alrededor del mundo.

 

Gripe española (1918-1919):

Considerada hasta hoy la pandemia más devastadora de la humanidad, denominada “la madre de todas las pandemias”, causada por un brote del virus de la gripe tipo A (H1N1). Se calcula que en un año el número de víctimas estuvo entre los 20 y 40 millones de personas. Afecto a toda la población sin distinción de edad, e incluso a animales domésticos.

Tradicionalmente, se ha localizado al paciente cero en Estados Unidos, en el Condado de Haskell, en abril de 1918, y se cree que en algún momento del verano de ese mismo año el virus sufrió una mutación o grupo de mutaciones que lo transformó en un agente infeccioso letal. El primer caso confirmado de la mutación se dio el 22 de agosto de 1918 en Brest, el puerto francés por el que entraba la mitad de las tropas estadounidenses aliadas en la Primera Guerra Mundial.

 

Cólera:

Una enfermedad infecto-contagiosa intestinal aguda o grave, causada por la bacteria Vibrio Cholerae. Es una de las enfermedades más antiguas de las que se tiene registro, existen indicios sobre brotes devastadores de cólera en registros hechos incluso por Hipócrates (460-377 AC) y Galeno (129-216 DC), describiendo una enfermedad que probablemente era cólera. Oficialmente la primera epidemia a nivel mundial de esta enfermedad comenzó en el año 1817, en Asia sudoriental.

El Cólera ha rebasado las barreras del tiempo pues en 1994 surgieron varios brotes de cólera en Rwanda, generando 48.000 casos y más de 23.000 muertes en el intervalo de un mes e incluso en 2001, la Organización Mundial de la Salud y países asociados de la Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos verificaron 41 brotes de cólera en 28 países.

Gripe Aviar:

Entre las enfermedades más recientes registradas tenemos a la gripe aviar, una enfermedad viral causada por algunos subtipos del tipo A del virus de la gripe, que afecta principalmente a las especies de aves, con potencial para infectar a mamíferos y seres humanos. Identificada por primera vez en Italia en el año 1878, pero el mundo prestó mayor atención en 2005 cuando  la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre el riesgo potencial de esta epidemia a nivel mundial. En el periodo 2004-2006 se presentaron casos en prácticamente todos los continentes.

Ébola:

Un virus que puede contraerse por contacto con la sangre o los fluidos corporales de infectados (generalmente monos o murciélagos de la fruta). Se identificó por primera vez en el año 1976 en Sudán y la República Democrática del Congo, ha aparecido normalmente en brotes en las regiones tropicales del África subsahariana.

En 2014-2015 ocurrió el brote más virulento de esta enfermedad, afectando a Guinea, Sierra Leona, Liberia y Nigeria, con una tasa de mortalidad elevada, estimada entre el 50% y 90% de personas fallecidas, infectadas por este virus.

Covid-19:

La última identificada y plenamente conocida es Covid-19. Una enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2, cuyos síntomas van desde fiebre, tos y fatiga hasta dificultad respiratoria aguda, neumonía y sepsis. La transmisión del virus se produce mediante pequeñas gotas que se emiten al hablar, toser, estornudar o espirar, o bien por el contacto con objetos y superficies contaminados, cuya vía principal de propagación es a través de las mucosas orales y nasales.

En el año 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al Covid-19 como una pandemia, debido a su propagación mundial, y aunque las cifras se actualizan permanentemente  y surgen nuevas variantes, se contabilizan ya más de 480 millones de casos en todo el mundo, con más de 5 millones de muertos, a Diciembre de 2021.

Con cada epidemia se aprende algo nuevo, se toman acciones más rápidas y se trabaja conjuntamente en su prevención y erradicación. La concientización es clave a través de campañas educativas y divulgación de información para combatirlas. La capacidad de respuesta influye enormemente en su letalidad, por lo que se requiere un trabajo conjunto y coordinado de todos los actores sociales: comunidades, el Estado, y las organizaciones regionales e internacionales en la gestión de enfermedades epidémicas, endémicas y pandémicas. Además, reforzar los sistemas públicos de salud, para la atención a las comunidades y personas vulnerables.

El apoyo de organismos internacionales, como el sistema de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud es fundamental en la coordinación de las respuestas a las epidemias, actuando de manera mancomunada con organismos nacionales, regionales e internacionales, orientados a la prevención y mitigación de las epidemias y enfermedades infecciosas.

Fuente: Día Internacional de

 

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