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Ingreso como Académico Correspondiente del doctor Héctor Espinosa García, médico cirujano y especialista en radiología de la Pontificia Universidad Javeriana, especialista en neuro-radiología de la Fundación Instituto Neurológico. 

El término “stent”, muy popular en la actualidad, se originó gracias al dentista Charles Stent, quien en 1856 inventó un material termoplástico para impresiones dentales. Aunque su contribución fue en odontología, el término se asoció con los dispositivos médicos utilizados en radiología intervencionista debido a sus capacidades para dilatar arterias o conductos. 

La radiología intervencionista es una especialidad médica que utiliza técnicas mínimamente invasivas guiadas por imágenes diagnósticas, como la fluoroscopia, para tratar enfermedades. Uno de los primeros procedimientos en radiología intervencionista fue realizado por el neurocirujano portugués Edger Monis, a través de una arteriografía percutánea de la arteria carótida interna en 1927.

La primera cateterización cardíaca humana, fue ejecutada por el doctor Werner Forssman, quien se practicó una auto cateterización con un catéter urinario en una vena en el pliegue del codo, tras una revisión radiográfica pudo comprobar que el catéter había llegado a la aurícula derecha. El experimento llevó a su despido pero en 1956 recibió el premio Nobel de Medicina junto con dos colegas. Posteriormente, el radiólogo sueco Dr. Sven-Ivar Seldinger diseñó una técnica para cateterización a través de la arteria femoral, permitiendo arteriografías en diversas zonas del cuerpo.

En 1955, el Dr. Willard Goodwin realizó la primera nefrostomía percutánea, una técnica crucial para el tratamiento de obstrucciones renales. En 1958, el Dr. Kurt Amplatz, radiólogo austriaco, fue pionero en la escritura sobre arteriografía coronaria y el diseño de catéteres y guías. En la década de 1960, el Dr. Charles Dotter, considerado el padre de la radiología intervencionista, realizó la primera angioplastia femoral en una paciente de 82 años, evitando la amputación de su pierna. Este procedimiento marcó un hito en la cirugía. También fue el primero en describir los stents intravasculares.

En 1965, al neurocirujano Alfred Luessenhop, se le atribuye la primera embolización de una malformación arteriovenosa craneal y la primera cateterización arterial intracraneal para ocluir un aneurisma. El científico ruso Fedor Serbinenko, creó un balón desprendible de látex que amarrado a un catéter le permitió en 1964 realizar una angiografía selectiva de la arteria carótida externa utilizando un catéter con globo para ocluir temporalmente la arteria carótida interna. Debido a la Guerra Fría sus aportes sólo fueron conocidos una década después y empezaron a ser implementados por otros especialistas.

En la década de 1980, los avances en la radiología intervencionista incluyeron el desarrollo de catéteres de micro diámetro y nuevas técnicas de cateterización coaxial y triaxial. 

En 1989, en Estados Unidos y en Europa comenzaron a utilizar uroquinasa para eventos cerebrovasculares agudos. En 1990, el doctor Espinosa García trabajaba en la Fundación Santa Fe de Bogotá cuando un paciente presentó una complicación en un procedimiento, un trombo se desprendió del catéter y ocluyó la arteria cerebral media. Ante las posibles consecuencias neurológicas para el paciente, al doctor Espinosa se le ocurrió hacer lo mismo que hacían los cardiólogos en el tratamiento del infarto del miocardio y era usar estreptoquinasa. El médico tratante autorizó el procedimiento y el paciente recuperó su estado neurológico. No se pudo publicar este primer caso conocido de trombolisis farmacológica cerebral en Colombia porque el paciente no lo autorizó. 

En los 90`s también hicieron su arribo los coils (espirales metálicas usadas para tratar aneurismas, que reducen el riesgo de sangrado) y los activadores de plasminógeno (enzimas que disuelven coágulos de sangre o previenen su formación) para tratar oclusiones cerebrales agudas. 

Ya en el siglo XXI, la evolución de la tecnología ha facilitado el desarrollo de técnicas como la trombectomía mecánica, realizada en casos en los que los trombos no son disueltos por medicamentos. Para aneurismas de cuello ancho se usa un stent diversificador de flujo más coils. Recientemente ha surgido el stent biliar biodegradable para el tratamiento de las estenosis ampulares por vía percutánea o vía endoscópica. 

Hoy en día, la radiología intervencionista es una especialidad médica en constante evolución, con un fuerte enfoque en el uso de la tecnología para realizar procedimientos cada vez más precisos y menos invasivos y se empieza a usar la IA para la caracterización de tumores y la modulación biológica de los dispositivos implantados. 

El Dr. Espinosa aplicó la experiencia lograda en hospitales internacionales como el Jackson Memorial y UCLA para replicar los procedimientos aquí en Colombia con catéteres que traía desde allí. Resultados que presentaba en Congresos ante sus colegas. Ha sido pionero en el país en muchos de estos procedimientos y merecedor de premios en su especialidad. A partir del 30 de enero de 2025 es Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Medicina. 

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Intervención y posesión del Dr. Espinosa en: 

ENSAYO SOBRE HISTORIA DE LA RADIOLOGÍA INTERVENCIONISTA EN EL MUNDO Y EN COLOMBIA

Resumen. Victoria Rodríguez G. Comunicaciones Academia Nacional de Medicina

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