Órgano consultor del Gobierno Nacional en temas de  Salud y  Educación Médica. Creada por Ley 71/1890, ratificada por Ley 86/1928, Ley 02/1979, Ley 100/1993.

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Artículo basado en la conferencia del Académico Correspondiente Dr. Camilo Blanco Avellaneda, especialista en cirugía gastrointestinal y endoscopia digestiva, y en docencia universitaria.

Los relatos más antiguos cuentan que Jasón y los Argonautas fueron los primeros en lanzarse hacia lo desconocido, impulsados por la necesidad de recuperar un tesoro que parecía inalcanzable, el vellocino de oro. Así, construyeron el barco Argo y navegaron hacia la lejana Cólquide, sin garantías, solo con el valor de quien confía en un destino incierto. Para el Dr. Blanco, cada migrante es también un argonauta que parte con más dudas que certezas, con un océano de miedos delante, esperanza y un destino en mente. 

Los argonautas enfrentaron rocas colosales, sirenas que confundían la razón y tormentas interminables. Los migrantes enfrentan trámites interminables, sistemas burocráticos que parecen laberintos, discriminación y el miedo a fracasar. Llegan con poca red de apoyo, pero con una resistencia interior que los sostiene como la madera a Argo.

Migrar, como en el relato, para muchos no es un capricho. Es una obligación movida por la necesidad y la búsqueda de mejores oportunidades.  El Dr. Blanco, al llegar a Chile como médico, debía validar sus títulos, adaptarse a una cultura nueva y recomponer un corazón que se divide en dos países. Los mitos de Hércules y Odiseo, junto con las meditaciones de Marco Aurelio, no son piezas del pasado, sino guías vivas para sobrevivir a los desafíos presentes. Cada migrante tiene también sus doce trabajos como Hércules; cada trámite burocrático, cada examen para convalidar el título, cada fila, cada inscripción para ajustarse a las normas del nuevo país son como una nueva misión para culminar una tarea.

Los desafíos laborales y financieros no son distintos a la persecución interminable de la Cierva de Cerinea, esquiva y brillante. Correr detrás de oportunidades, aprender de sistemas nuevos, enfrentar inestabilidades, discriminación y malentendidos culturales, mientras intentan no dejarse seducir por el espejismo del dinero que, como se gana, se gasta dependiendo de la economía de cada país. 

También están los ritos culturales que exigen paciencia: el saludo que no llega, las expresiones que adquieren significados nuevos, los ritmos de trabajo diferentes, incluso la música no solicitada que acompaña largas jornadas. Todo ello se asemeja a las Aves del Estínfalo que se desearía espantar con “címbalos” propios.

Odiseo aparece cuando la nostalgia aprieta el pecho, como el héroe que tardó 20 años anhelando regresar a casa en Ítaca. El anhelo del hogar duele, pero la Odisea también enseña que la astucia es crucial para sobrevivir en territorios nuevos. La inteligencia práctica enseña a interpretar códigos sociales, a adaptarse, a crear soluciones y a aceptar que Ítaca puede ser más de un lugar. La tierra que se deja y la que se construye. No es traición: es evolución.

En ese viaje interior llega también Marco Aurelio, el emperador romano y sus meditaciones. La dicotomía del control se vuelve un salvavidas emocional: estudiar y trabajar con disciplina, sí; pero aceptar que los tiempos de los trámites, la discriminación o las decisiones ajenas no dependen de quien migra. Cada obstáculo deja de ser enemigo y se transforma en entrenamiento para fortalecer la fuerza interior, donde se resiste la soledad, el desarraigo y la incertidumbre. El retorno mismo, cuando asoma como posibilidad, es otro estrecho entre Escila y Caribdis, donde cualquier decisión tiene sus retos. 

La migración exige el esfuerzo de Hércules, la astucia de Odiseo y la serenidad de Marco Aurelio. Validar títulos, planear metas, reconstruir la identidad y mantener la calma se vuelven tareas diarias que requieren coraje, persistencia y disciplina. Cuando se logra integrar esas dimensiones, la adaptación deja de ser un peso insoportable y se convierte en una forma de expansión personal, un modo de habitar nuevos espacios con un propósito claro.

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Intervención completa en: 

EL MÉDICO MIGRANTE O EL ARGONAUTA MODERNO: UN VIAJE DE CORAJE APOYADO EN LAS HUMANIDADES

Nota. Victoria Rodríguez G. Comunicaciones Academia Nacional de Medicina

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