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La sesión solemne para celebrar el Día del Médico en la Academia Nacional de Medicina el pasado 5 de diciembre tuvo una alta dosis de poesía, música y cultura. El presidente de la Academia, Dr. Gabriel Carrasquilla Gutiérrez, dio la bienvenida a todos los invitados y recordó que el Día del Médico en la Academia es una fecha muy especial, celebrada en diciembre para conmemorar el nacimiento del Dr. Carlos Finlay, un médico cubano que descubrió que el mosquito Aedes aegypti es el principal transmisor de la fiebre amarilla. Este día fue establecido en 1953 por la Federación Médica Argentina y adoptado por la Organización Panamericana de la Salud como el Día Panamericano del Médico.
La Academia, compuesta en su mayoría por médicos, organiza anualmente una celebración cultural para destacar el humanismo de la medicina, diferenciándose de las sesiones académicas habituales. En este evento, se pone énfasis en habilidades distintas a las clínicas, como la poesía y la música, para resaltar el talento multifacético de los académicos. Este año, se eligió el lema “Auscultando el corazón”, para resaltar las poesías de los miembros de la Academia, un enfoque más humanista de la medicina.
Regularmente, la Academia trata temas enfocados en la salud y la educación médica. Este año los temas más destacados giraron en torno a la inteligencia artificial en medicina, el cambio demográfico y la longevidad, la erradicación de comportamientos disruptivos en la educación médica y el abuso sexual en el contexto del conflicto armado, entre otros. La Academia, en colaboración con otras entidades como Ascofame, promueve la Cátedra de Humanismo Médico para sensibilizar a los estudiantes de medicina sobre la importancia de la dimensión humanitaria en su profesión. Además, la Academia ha propuesto la construcción de un monumento en honor a los trabajadores de la salud que perdieron la vida durante la pandemia de COVID-19, como reconocimiento a su sacrificio y que avanza satisfactoriamente con ayuda de la Secretaría de Cultura de Bogotá.
Los Académicos Fernando Raffan Sanabria, David Vázquez Awad, Robin Prieto Ortiz, Cristina Maya Gallego de la Academia Colombiana de la Lengua y Luis María Murillo, mostraron su faceta como poetas bajo la moderación del Académico Diego Rosselli Cock. El Académico Horacio Giraldo Estrada los acompañó con la guitarra. Aquí algunos de sus poemas:
FINAL
Académico David Vásquez Awad
Y yo cerraré los ojos.
Y vendrá una oscuridad serena y complaciente.
Y la tierra no girará más. Ni se trasladará. Ni se bamboleará.
Y la música dejará de sonar. Todo quedará sumido en un silencio gris.
Y los poetas dejarán sus cálamos y laúdes. Una helada insensibilidad se apoderará de sus almas. Y, entonces, ya no habrá poesía.
Y en la cerúlea esfera el sol dejará de brillar. Y se volverá opaco y frío. Y las estrellas se apagarán. Y Venus perderá su brillo. Y los cometas caerán al vacío de lo insondable.
Y en los mares las olas ya no se moverán. Y los peces dejarán de nadar. Y las estrellas de mar perderán sus puntas y se convertirán en superficies ásperas e infladas. Y la sal se disolverá.
Y las hojas de los árboles caerán como si hubiera llegado el otoño. Y las flores se deshojarán.
Y las abejas no zumbarán más. Ya no visitarán las rosas de mi jardín. Y el néctar se volverá amargo y grueso.
Y el buey se despojará de la yunta. Y el campo será yermo. estéril.
Y las fieras dejarán de rugir. Y las palomas de cantar.
Y las aves detendrán su vuelo. Y se quedarán estáticas. Sostenidas en el espacio.
Y las mariposas e insectos no cambiarán más de color.
Y las serpientes no cambiarán de piel. Ni los lagartos. Ni los anfibios. Ni los camaleones. Ni los cangrejos cambiarán de caparazón.
Y mi perro me buscará por todos los rincones de la casa. Me traerá su pelota en el hocico. Y se echará al lado de mi cama. Y contemplará el vacío con su mirada dulce y fiel.
Y las madres no amamantarán más a sus hijos. Y las criaturas dejarán de succionar.
Y los niños dejarán de reír y de jugar. Y de correr. Los triciclos abandonados se llenarán de polvo y de melancolía.
Y los ancianos ya no se mirarán los unos a los otros. No se contarán más historias.
Y el cura no dará más misas. No confesará. No absolverá pecados.
Y los amantes ya no buscarán rincones oscuros. Desparecerán los ósculos en las esquinas y en las habitaciones encubiertas.
Y las campanas dejarán de tañer sumiendo a la campiña y los tejados en un silencio sepulcral. Sí, sepulcral.
Y las fuentes en los parques no despedirán más agua.
Y ya no habrá auroras ni crepúsculos. Ni día ni noche. Ni llanto ni risa. Ni verano ni invierno. Ni blanco ni negro. Ni plano ni redondo. Ni frío ni calor. Ni cóncavo ni convexo. Ni sed ni saciedad. Ni placer ni dolor. Ni miedo ni confianza. Ni recuerdo ni olvido. Ni íncubos ni súcubos. Ni pena ni alegría. Ni duda ni fe. Ni esperanza ni desánimo. Ni orugas ni crisálidas. Ni conocimiento ni ignorancia. Ni inspiración ni expiración.
Y el corazón dentro del pecho dejará de latir.
Y no pasará nada…
SALTO
Académico Robin Prieto Ortíz
Ocho pisos, hace frío
de pensarlo por tres meses,
de la ventana abierta
de la ciudad tan gris.
Dolor que desgarra
el hijo ya se ha ido,
no pudo vivir más.
Culpa insoportable
¡por darle todo!
¿por no darle amor?
Recuerdos que invaden
esquinas y rincones,
pero no cubren las noches de desvelo
ni las lágrimas de sangre.
Su guitarra ya no suena,
pero las notas retumban,
en la cabeza, en la conciencia.
Por fin llega el silencio
pocos segundos de vacío,
de la ventana a la luz pasa la vida
pronto se verán,
solo falta el sonido seco
en el cuerpo, en el asfalto
PATRIA
Académico Luis María Murillo
Eres el suelo que guarda
el polvo de mis muertos,
y que hace temblar mi corazón
en la distancia.
Eres la historia que se confunde
con la historia de mi casta
y el porvenir que aguarda
la savia de mis deudos.
Eres la emoción que una nota marcial
convierte en lágrima;
ausencia hecha nostalgia
en la orfandad que nace en el exilio.
Eres el aire que se escapa en mis suspiros,
el mismo que aspiro en mis mañanas,
y el soplo vital que corre por mis venas.
Eres mi cuna y potencial mortaja,
feudo grandioso
que sin ser mi heredad
me pertenece.
Eres mi tradición y mis creencias,
mi forma de ser y de expresarme,
impronta y troquel,
mi sello hasta la muerte.
Eres el cielo que imagino propio
y el suelo en que no me siento extraño;
eres la exaltación que me convierte en héroe:
mártir dispuesto a lucir tu pabellón como sudario.
Eres urdimbre de recuerdos rancios,
memoria de gestas que me jactan,
invocación de mitos y leyendas,
evocación de infortunios y calvarios.
Eres la estirpe en que se hermana
el prohombre del busto patinado
y la humanidad del humilde ciudadano.
Eres en últimas…
el alma del terruño
confundida con su par en mis entrañas.
ENCERRADO Y LIBRE
Académico Fernando Raffán Sanabria
Cuando el mundo llora con tristeza en esta hora,
en esta tarde lánguida, quieta, gris y sin demora,
paso y repaso mi vida, y en el libro de mi nombre
me encuentro con sorpresas, mis poemas y temores.
Aparecen toda mi familia, mis amigos, mis amores,
los recuerdos, los olvidos, la magia y sus colores.
Me siento encerrado y libre, y veo con acierto
mi profesión escogida, y también mis sentimientos.
Porque al despertarme con Dios cada mañana,
la esperanza de un mundo mejor hoy me acompaña;
y ofrezco mis sacrificios y alegrías por montones.
Le pido que apacigüe la tempestad: llegue la calma,
que llene de salud, paz y alegría nuestras almas,
liberándonos de nuestras ataduras y dolores.
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//Encerrado y libre: Con aprecio y cariño para todos mis lectores.
FERNANDO RAFFAN SANABRIA ( el Mago.)
Anestesiòlogo- Intensivista.
/Bogotá D.C. 17 de Diciembre del año 2020 que no olvidaré jamás.//
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Intervenciones en: SESIÓN SOLEMNE RECITAL AUSCULTANDO EL CORAZÓN
Nota. Victoria Rodríguez G. Comunicaciones Academia Nacional de Medicina