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Por Álvaro Bustos González

En un minucioso trabajo que lleva este título, el doctor Álvaro Rodríguez Gama, profesor titular de psiquiatría de la Universidad Nacional de Colombia y miembro prominente de la Academia Colombiana de la Lengua y de la Academia Nacional de Medicina, analizó, en sus aspectos psiquiátricos, a personajes clave de cincuenta obras clásicas, desde la antigüedad hasta nuestros días, para recordarnos que existe una condición humana y que ella, con sus matices, virtudes y miserias, conformando la esencia del ser, de su naturaleza más profunda y compleja, es la fuente primigenia de la gran literatura de todos los tiempos.

Ahí está la analogía de la justicia impartida por Dante en La Divina Comedia, con sus personajes distribuidos en el purgatorio y el infierno; los celos pavorosos de Otelo inducidos por la perfidia de un envidioso; los disparates de Don Quijote en aras de una vesania risueña, ingenua y, a veces, delirante; la ruina de Papá Goriot provocada por sus hijas vanidosas y desmesuradas; el suicidio de Madame Bovary, presa de la usura, subsumida en sus fantasías erótico-literarias, habiendo sofocado su cuerpo de yegua fina en los brazos de unos mequetrefes; la doble personalidad encarnada en Dr. Jekyll y Mr. Hyde; la transformación en un insecto de Gregorio Samsa en La Metamorfosis; el paso de la infancia a la vida adulta en El guardián entre el centeno; la obstinación del viejo en el mar, su voluntad indomable y su orgullo silencioso; los tambores perpetuos de la guerra en Cien años de soledad; la personalidad narcisista, megalomaníaca y canallesca del dictador en La fiesta del Chivo, y cuarenta libros más, especialmente del género narrativo, que constituyen una fuente de enseñanza inagotable sobre el espíritu humano, que surge de una aleación invisible entre la biología y el carácter de cada uno, que mucho tiene que ver con la educación recibida y la cultura adquirida a través de los años.

Se dirá que hay criminales natos y malas personas congénitas, ambiciosos sin límites, intrigantes de oficio y cizañeros a morir; charlatanes sin remedio y perturbados ideológicos; irresponsables de profesión y mentirosos compulsivos, que constituyen una eficaz materia prima de la literatura. Todo eso es cierto. Pero también es cierto que una educación exigente, el desprendimiento del dinero y la certeza de lo efímero de la existencia ayudan mucho más al bien vivir y al bien morir. Con un buen libro a mano, por supuesto.

Fuente: El Meridiano


Dr. Álvaro Bustos González

El Académico Álvaro Bustos González es especialista en pediatría. Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad del Sinú, y pertenece al Capítulo de Córdoba de la Academia Nacional de Medicina.

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