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Imagen introducción: “Une leçon clinique à la Salpêtrière” de André Brouillet
Cátedra de humanismo médico, iniciativa creada por la Academia Nacional de Medicina con el acompañamiento de la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina – ASCOFAME. Conferencista invitado el Académico Correspondiente Dr. Robin Rada Escobar, especialista en medicina interna de la Pontificia Universidad Javeriana, especialista en neumología, medicina crítica y cuidado intensivo y docencia universitaria de la Universidad Militar Nueva Granada.
La medicina es un arte que se fundamenta en la ciencia, pero su verdadera esencia va más allá de los resultados de los estudios. El acto médico, aunque a menudo carezca de suficiente evidencia para respaldarlo, siempre está guiado por la buena fe y los principios éticos. A lo largo de la historia, la medicina y el arte han estado profundamente entrelazados, ambos con un objetivo común: el bienestar del ser humano. Los artistas han plasmado en sus obras los avances científicos y las grandes tragedias de la humanidad, como la peste negra, ayudando a documentar momentos cruciales para la medicina y la salud pública.
En la antigüedad, la práctica médica era una disciplina marcada tanto por la espiritualidad como por el conocimiento práctico, esto se ilustra en las pinturas egipcias donde aparecen varias representaciones masculinas y femeninas del acto médico.
Los relatos sobre la medicina también están presentes en obras literarias y artísticas, como en La Iliada de Homero, donde se muestra a Aquiles atendiendo a Patroclo, lo que simboliza la práctica de la cura y la compasión en tiempos de guerra. Pinturas de grandes artistas como Rembrandt en su Lección de anatomía del Dr. Tulp de 1632 y Mondino de Luzzi en 1493, reflejan cómo la disección humana se convirtió en un componente fundamental del aprendizaje médico.

A lo largo de los siglos, la medicina ha sido acompañada tanto por avances científicos como por charlatanería. Los primeros “sacamuelas”, quienes probablemente sentaron las bases de la odontología moderna, eran conocidos por sus prácticas no siempre seguras, representadas en la obra El charlatán sacamuelas de Theodoor Rombouts en 1620.
El arte ha seguido capturando estos avances, mostrando la esencia de las tragedias humanas, como los accidentes de los pescadores o las complicaciones de enfermedades devastadoras como la tuberculosis, que aún no tenía cura efectiva en su época, con un nivel de detalle asombroso.
A través del arte no solo podemos observar avances médicos, sino también las emociones y la experiencia humana detrás de cada acto de curación. Obras de artistas como Joaquín Sorolla, Cristóbal Rojas y Eduardo Rosales muestran el impacto profundo que la salud y la enfermedad tienen en la sociedad.

La obra de Miguel Ángel, La Creación de Adán, tiene varios elementos significativos. Uno de los aspectos más destacados es la representación de Dios y Adán, donde Dios extiende su dedo completamente mientras que Adán apenas lo estira, lo que algunos críticos interpretan como una metáfora de la distancia entre algunos seres humanos y Dios.
Además, la figura de Dios emerge de un cerebro, lo que ha generado diversas teorías. Algunos sugieren que representa la imaginación humana, mientras que otros argumentan que es un símbolo de Dios como creador del universo.
Por otro lado, en la obra Las Meninas de Diego Velázquez, la complejidad de la composición se muestra en tres planos: el primero con la corte, el segundo con la infanta y su séquito, y el tercero con el rey y la reina al fondo. Además, introduce un elemento destacado, la acondroplasia o enanismo, no solamente en esta obra sino en otras, lo que resalta la inclusión de esta condición en el arte de la época.
La obra La Primavera de Alessandro di Mariano en 1477, también ofrece matices interesantes, como la representación del bocio y el hipertiroidismo, observadas en el rostro de una de las figuras. En la pintura de Rubens, Las tres gracias, se observa una representación de 3 mujeres donde destaca la figura femenina, una de ellas parece sugerir un cáncer de mama por los detalles anatómicos de la obra.

El nacimiento de Venus de Alessandro Botticelli la figura está relacionada con Simonetta Vespucchi, quien fue modelo de varios artistas y que, a pesar de sufrir tuberculosis, rompió los estereotipos de belleza de la época al posar desnuda para los pintores. Su enfermedad le otorgaba características que la hicieron convertirse en musa de muchos, una palidez excesiva, delgadez y aspecto frágil que la convirtió en el paradigma de la belleza romántica.
La historia también registra obras producto de las enfermedades de sus autores, como en el caso de Vincent Van Gogh y su predilección por la paleta de los amarillos que se creía era el resultado de haber sido tratado con digital (digitalis purpurea) que le provocaba xantopsia, una alteración en la percepción de los colores que da a los objetos visibles un tono amarillento, o Raoul Dufy que padecía de artritis reumatoidea que lo obligó a migrar del óleo a la acuarela, más fácil de manejar.
El arte cambia y se renueva como hemos podido observar en la actualidad, con instalaciones y representaciones de hechos más recientes como la pandemia por covid-19. La medicina y el arte siempre han ido de la mano en la historia de la humanidad.
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Conferencia completa en: ARTE Y MEDICINA
Nota. Victoria Rodríguez G. Comunicaciones Academia Nacional de Medicina